💪 Reto 12: Sustituir hábitos

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Uno de los grandes retos en la vida es establecer buenos hábitos. Los hábitos tienen una potencia enorme, porque casi se hacen solos. Si consigues que una buena acción se realice repetidamente y sin esfuerzo, a largo plazo, tendrás resultados increíbles. Todo suena muy bonito, excepto que si fuera tan sencillo, todo el mundo lo habría conseguido.

Para el mes de febrero la comunidad eligió la sustitución de hábitos como el reto del mes. Tengo que decir que fue un poco trampa. En la encuesta, salió un empate del 50% para «Eliminar un mal hábito» y otro 50% para «Comenzar un nuevo hábito». Como ya sabemos que la estrategia ganadora es sustituir hábitos, al final combinamos todo en un único reto donde sustituiríamos un mal hábito por uno bueno.

*Puedes ver la dinámica de los retos, las «normas» básicas, y los retos efectuados hasta ahora aquí.

Cuál fue mi propuesta

¿Cómo planteé yo el reto? Esto es lo que compartí en el grupo:

Por mi parte, he pensado que podría sustituir las pausas de pomodoro por algo de ejercicio. En esos tiempos muertos, me pongo a revisar sin necesidad páginas web relacionadas con el trabajo. A veces se me pasa la pausa y no me he levantado del asiento. En vez de eso, voy a hacer ejercicios básicos: flexiones, dominadas con una barra que se coloca en la puerta en un momento, estiramientos, o si la pausa es más grande, pasear por el barrio.

A simple vista era una propuesta sencilla. Suelo trabajar con pomodoros, y hago bastantes pausas. El problema es que me perdía revisando mensajes, correos, cositas pendientes, vamos. Como ese tipo de microtareas no parecen gran cosa, te lías, y se te va el tiempo. Además, notaba que perdía el enfoque. Ya sabía la teoría y estoy convencido de que lo mejor en las pausas de los pomodoro es salir a pasear, tomarse un cortado. Es decir, cambiar de actividad, pero una y otra vez, me veía cayendo por el agujero. Así que sustituir esto era un buen reto.

Otras propuestas de la comunidad

Al ser un reto de hábitos, se podían elegir muchas opciones. Por ejemplo, Yendira se lanzó a limitar el consumo de azúcar.

Dennis fue muy ambicioso y se propuso consolidar su ritual de apagado. Nos dio bastantes detalles, lo cual se agradece porque nos permite aprender unos de otros. Incluso se dieron algunas ideas para mejorarlo. Aunque era de por sí, un ritual de apagado espectacular, la verdad.

Davi decidió limitar el uso del móvil y decidir en qué horas lo usaría. Sustituiría el uso del móvil por enfoque en algunas tareas y momentos de reflexión.

Laura se puso como reto afianzar el hábito de levantarse muy temprano (5:30). Para ello tendría que trabajar también la hora de acostarse. Y esto incluía compatibilizar el horario familiar, lo cual no siempre es sencillo.

Raül se propuso limitar el uso del móvil (como Davi), y cambiar la lectura de libros a sus hijos a un modo más activo, en el que ellos leyesen algo. Doble sustitución y de nuevo la familia incluida. Muy bien!

Grethel también comentó que quería sustituir impuntualidad por puntualidad sin prisas. Además, quería registrar cómo lo haría para compartirlo con su hija.

Juan eligió un reto interesante. Limitar la cantidad de inputs y sacar partido a la información que ya tenía acumulada. Cosa que hizo, por cierto, regalando muy buenos resúmenes de libros.

Por último, Yolanda se propuso el ayuno intermitente como reto.

Como vemos, una interesante variedad de opciones, con el denominador común de los hábitos.

¿Cómo nos fue con el reto?

A medida que avanzaba el mes, se fueron comentando sensaciones. A la mayoría nos ha costado bastante, aunque sí que se ha logrado progreso.

Algo muy positivo fue la ayuda que se prestaron unos a otros al enfrentarse a dificultades. Se dieron opciones para el tema del azúcar, por ejemplo. También se destacó algo importante: aunque un reto se consiga al 50%, como reducir el consumo de azúcar en esa cantidad, ya es todo un logro. Además, puede ser el incentivo para potenciarlo más todavía.

En otros retos, las sensaciones fueron similares. Se notaba mejoría en el dominio propio, pero seguíamos fallando en general. Una mezcla. Me gustó algo que se comentó por el grupo: «No me puedo dar tregua». Define muy bien cómo es un reto.

En mi caso, el reto no funcionó al principio. La idea era buena, pero no era consciente de la sustitución sino en momentos donde no la necesitaba. Así que pensé en poner recordatorios por todos sitios. No funcionó.

Una serie de circunstancias finales dio con el traste con horarios de trabajo y personales. A raíz de la venta de la casa, salimos y entramos bastantes veces. También hemos tenido algunas reparaciones, enfermedades varias, un par de eventos de ocio, y bueno… qué te voy a contar. Son excusas, claro. Pero suficientes como para que los horarios se hayan vuelto un poco locos este mes.

Pero hay algo más profundo. Básicamente, el reto no se consiguió porque ni siquiera hice pomodoros como anteriormente. Así que las anotaciones no podían funcionar porque estaban situadas en sitios escondidos.

¿Seguiré con la rutina?

Lo más probable es que los horarios se estabilicen en breve, y busque otra forma de hacer pausas. Así que le voy a dar una oportunidad a este reto. Como el próximo mes no habrá reto, intentaré darme una pausa, y volver al mes siguiente con más fuerza.

Aún así, creo que nos llevamos varias cosas buenas de este reto:

  • Compartir lo que hacemos con detalle permite que otros nos echen una mano con sugerencias y recursos útiles.
  • Los hábitos son muy potentes, pero muy difíciles de trabajar. Es un punto de mejora importante.
  • La base para que cualquier reto funcione es la planificación y la revisión.
  • Pero si el horario varía, todo lo hace.

Muchas gracias a todos los que han participado en el reto y en particular por todas las aportaciones que ha habido este mes.


*Imagen de cabecera: Imagen de Ryan McGuire en Pixabay

💪 Reto 10: No quejas

La queja puede ser apropiada, pero la mayoría de las veces, nos lleva a un sitio peor que donde estábamos. En el reto número 10 del grupo, no nos quejamos.

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?