En estos días, pude disfrutar de un tiempo de relax con la familia, en unos apartamentos en la isla donde vivo. Pude (o intenté) mejorar mi forma de nadar. Y me di cuenta de un detalle. A diferencia de otros deportes, cuando nadas, no sabes muy bien lo que has recorrido. Es difícil nadar y mirar hacia atrás. Lo más sencillo es colocar el cuerpo en posición vertical y tomarte una pausa mientras miras. No es lo mismo, pero me sirve para ilustrar esta paradita que hago cada año para ver qué tal va el proyecto. Y sí, me tiembla la mano al escribir «adelanto de la 6ª temporada». ¡Uff!
*Antes de seguir, solo aclarar que en EfectiVida las temporadas comienzan en septiembre y acaban en agosto. Si quieres saber la historia completa, la tienes en los otros 3 resúmenes:
¿Un hobbie? ¿En serio?
La anterior temporada hice un montón de pruebas, todas con la flecha apuntando al mismo sitio: lograr que EfectiVida fuera un proyecto viable económicamente. Según los resultados, optaría por dejar mi empresa y dedicarme 100% al proyecto, o abandonaría el proyecto, o bien volvería al modo «hobbie».
El resultado fue modo «hobbie». Quizá como consolación, lo llamé «hobbie avanzado». Seguiría publicando audios y artículos, de forma algo más relajada, hasta poder tomar decisiones más adelante.
Lo intenté, de verdad. Pero duré algo menos de 6 meses. Ahora te cuento. El caso es que, a cada prueba y error (o acierto), aprendía más y más. Ya para el final de la temporada anterior tenía claras algunas cosas:
- Me gustaba mucho este proyecto.
- Hay personas (bastantes) a las que les gustaba este proyecto.
- Si quería vivir de esto, tenía que ofrecer algo más (primero dar y después pedir), y eso pasaba por dedicarme al 100% al proyecto.
En otras palabras, EfectiVida no puede ser un hobbie sin más. La relación ha crecido y no podemos ser solo amigos. Eso no funcionaría; sería una fuente de frustración constante, un quiero y no puedo.
Tampoco considero justo pretender pedir sin dar. Ahora mismo, tengo un único curso a la venta: el método C.A.R. Ok, es un método muy potente, pero a menos que invierta tiempo o dinero en marketing, es complicado llegar a tantas personas como para que solo eso me dé de comer. Es necesario ofrecer más contenidos y servicios.
Claro, para dar más, tenía que estar enfocado, y dedicar más tiempo.
Para colmo, la carga de trabajo en mi empresa seguía subiendo, y otras áreas de mi vida también llamaban pidiendo más. Así que la cantidad de contenidos se redujo. O más bien, se reorientó. Dejé los retos mensuales, dejé de escribir artículos, y me enfoqué en grabar episodios del podcast y mantener el canal de telegram activo.
El tema de la seguridad al emprender
Esto es algo que no te suelen contar cuando te animan a emprender. Compatibilizar dos actividades distintas es muy complejo. Puedes lograrlo si ambas te requieren poco tiempo, o bien si te apalancas con empleados o con dinero. Si no es así, puedes hacerlo, pero no durante años.
Además, la seguridad que uno busca tampoco se suele dar. Sí, puedes tener un colchón de ahorro, como una red de seguridad. Pero si quieres hacer acrobacias, tienes que soltar un trampolín para llegar al otro, y durante unos instantes al menos, estarás en el aire.
Admitir esta realidad es duro, y da miedo. Quieres saltar pero no quieres soltar las manos. Lo único que puedes hacer es prepararte mucho, mental y físicamente, y fabricar una buena red de seguridad.
Como te adelantaba, lo de llevar un año tranquilo, duró menos de 6 meses. El 9 de marzo de 2022 llamé a mi jefe y le dije que me marchaba en un par de meses. La idea inicial era llegar a un acuerdo amistoso en el que ambas partes saliéramos beneficiados. Lo que quería era poder ganar tiempo e iniciar el proyecto con enfoque. Mi intención era honesta, y mi jefe se comprometió a ayudar. Una gran persona, por cierto. Peeeero. Resulta que, contrario a toda lógica, lo que yo pretendía no es tan sencillo, al menos en España.
No entraré en terrenos escabrosos, pero solo déjame decirte algo. En España, si te portas mal en el trabajo, pero no demasiado mal, la empresa tiene difícil echarte con justificación. Hay un punto de inflexión en el que, obviamente están perdiendo dinero contigo, así que te despiden. Normalmente te llevas una indemnización y además, derecho a un subsidio por desempleo (llamado comúnmente «paro»). Y si te portas muy muy mal, como mínimo, cobras el subsidio. Ahora, si quieres emprender y le dices a la empresa que te vas, no tienes derecho a NA-DA. Da igual tu antigüedad, o lo bueno que hayas sido, o que quieras iniciar un proyecto… te vas con lo puesto.
Así las leyes, muchas personas que quieren irse de su empresa fuerzan un despido «portándose mal» o pidiendo bajas médicas constantes, hasta que la empresa decide que el despido y una indemnización pactada es el mal menor. El empleado se lleva el premio gordo. Entiendo que cada caso es distinto, por supuesto, pero que estas prácticas sean habituales, no me parece muy bien, la verdad.
Ni te puedo contar la cantidad de personas que me recomendaron «portarme mal». Como imaginarás, por una cuestión de principios, no iba a portarme mal a propósito. Eso sí, mi mente ya estaba en otro sitio. Ahora, además, con una red de seguridad más pequeñita. Más miedo, pero más ganas de volar.
Proyecto definitivo
Dejé pasar unos meses para valorar la situación, y finalmente, en agosto, lancé el proyecto definitivo: la academia de desarrollo personal EfectiVida. Expliqué en el podcast la situación, escribí un artículo en la web y un correo. Además, avisé por el canal de Telegram.
Esta vez sí que no había vuelta atrás. O me volcaba de lleno, o EfectiVida desaparecía. Nada de hobbies avanzados.
Me propuse llegar a unas cifras mínimas. Pensé: «Si se apuntan menos de X personas, abandono. Si se apuntan entre X e Y, me lo pienso. Y si se apuntan más de Y, me suelto y empiezo a volar». Ahora que ya pasó el mes de agosto, me pregunto en qué me basé para esas cifras. Realmente, creo que en nada. Mal Jaír, muy mal.
Además, volví a cometer un error fundamental: pedir antes de dar. Solo estaba prometiendo algo.
Aún así, recibí muchos mensajes de apoyo, y bastantes personas se comprometieron a inscribirse en la academia. Y eso que era agosto, probablemente el peor mes para un lanzamiento, salvo si es hacia una piscina, claro.
GRAAAACIAAAAS!!!!
Con todos estos datos y sensaciones, durante unos días de vacaciones a principios de septiembre, me dediqué a valorar qué hacer. Y llegué a algunas conclusiones:
- Me sigue gustando mucho el proyecto.
- A algunas personas les sigue gustando mucho el proyecto.
- Sigo teniendo que ofrecer más, y eso pasa por enfocarme al 100%.
- Solo imaginarme trabajando de lleno en EfectiVida resultó en un montón de ideas nuevas.
- Imaginarme sin EfectiVida era doloroso.
- Un empleo te da cierta estabilidad, pero coarta la libertad. Emprender te da más libertad, pero te roba la estabilidad.
- Para cumplir algunas metas familiares que nos hemos propuesto, necesitamos más libertad.
- El peor de los casos no está tan mal.
Una noche, sentados en la terraza del apartamento, y con un aperitivo a mano, mi mujer y yo elaboramos un cuadrante de toma de decisiones que quedó bastante chulo y que despejó las ideas.
La cuestión era por qué. Por qué iba a abandonar mi empleo fijo para un proyecto que no me daba garantías. Y la respuesta es esta:
Por incomodidad voluntaria. Por dejar de tener miedo a perder. Por ver el resultado de 5 años de trabajo. Por sacrificio. Por libertad. Por estar con la familia. Por cumplir metas. Por superar miedos. Por probar el interés compuesto. Por romper techos. Por quemar las naves. Por demostrarme a mí mismo que se puede. Por superarme. Por mejorar. Por dar más. Por trabajar en algo que me gusta. Por dejar un ejemplo. Porque quiero dar antes de recibir. Por probar lo que enseño. Por poder decir que me dedico a esto…
Hablando del tema, ¿y a qué me voy a dedicar? (Esto es algo que se me ocurrió en este periodo de reflexión). Te ayudo a ganar tiempo. Y como el tiempo es el recurso más valioso, en realidad, te hago rico.
Y volé
Con toda esta marabunta de ideas, tomé una decisión. Ayer, lunes 12 de septiembre, comuniqué a la empresa mi marcha. Esta vez, definitiva. 18 años de antigüedad, nada más y nada menos. La relación con la empresa es muy buena, y eso facilita las cosas, por ambas partes. En octubre, por fin, soltaré las manos y abriré la academia EfectiVida.
Te seguiré contando… De hecho, uno de los contenidos que serán solo para los miembros de la academia, será un podcast privado. En el primer episodio, te contaré todos los detalles. Cifras, cantidad de suscriptores, técnicas que usé, qué funciona y qué no… y mucho más.
Así que ya sabes, si de verdad quieres potenciar tu desarrollo personal, suscríbete ya a la academia (lo puedes hacer desde la página principal, efectivida.es). A todos los que se apunten antes de que comience, les daré un regalito que creo que les va a gustar mucho.
Dame más datos
Hasta aquí, el resumen modo historia. Pero el año no ha sido solo esto.
Ya sabes que no soy muy fan de estadísticas. Aún así, en este resumen del año, me doy permiso para revisar algunas.
En la quinta temporada, he escrito un total de 167 artículos, y he grabado 215 episodios del podcast. Normalmente, escribía un artículo que me servía de guión para el podcast. Pero la falta de tiempo en los últimos meses me obligó a quedarme solo con una escaleta básica y los episodios del podcast.
Te dejo una imagen muy gráfica (de Podcastdetails) que representa la cantidad de episodios publicados hasta ahora. Como se puede ver, centrarme en el podcast durante la última temporada me ha llevado a batir el récord de episodios.

A pesar de la cantidad de episodios publicados, el crecimiento en escuchas ha sido muy lento. Es algo que he escuchado a más podcasters y no encontramos una explicación clara. Aún así, no me quejo. Al menos la línea sigue hacia arriba.
El canal de Telegram creció bastante. Cerré la anterior temporada con 1.300 suscriptores. Actualmente hay 2450. La parte fea es que el crecimiento se ha estancado, y si no fuera por algunas colaboraciones y promociones pagadas, estaría en caída. Es como si hubiera llegado a su tope.
En cuanto a la web, los números también han sido buenos. La temporada anterior sumó 207.186 visitantes únicos, con un promedio de 2,23 páginas vistas por visitante. En esta temporada, hubo 216.651 visitantes únicos, con un promedio de 2,82 páginas vistas por visitante. En total, 609.987 páginas vistas. No es un gran crecimiento, pero no está nada mal.
En en curso C.A.R. pasamos de 126 alumnos a 193. Bien también.
Uno de los últimos hitos ha sido la creación del magazine, una revista de desarrollo personal. Es como un periódico, pero de buenas noticias. Estoy bastante orgulloso de esta obra, y creo que puede ser una fuente más de ingresos. Una sorpresa positiva es que se ha posicionado muy bien en Google. Si buscas por magazine de desarrollo personal, verás que aparece en primer lugar.
Y si te interesa escribir en la revista, o que tu web o servicios aparezcan destacados, contáctame y hablamos.
¿Qué pasará en la 6ª temporada?
Pues no tengo ni idea. Bueno, miento. Sí sé todo lo que voy a poner en marcha. Más cursos, servicios a empresas, podcast privado, clases en directo… Y por supuesto, seguiré con el podcast en abierto. También añadiré videos en el canal de Youtube.
Una de las características de la academia será un grupo privado, en principio, en Telegram. Claro, mantener un canal con comentarios como tengo ahora, y un grupo privado por otro lado, no me parece muy consistente. Lo más probable es que se cierre el canal y pasemos a un modelo de newsletter semanal.
Esto es la base, porque soy consciente de que tendré que pivotar. Y teniendo en cuenta mi estilo de trabajo los últimos años, auguro que el próximo va a ser movidito.
Decía al principio de este reporte que cuando estás nadando, si quieres ver el camino recorrido, debes parar y mirar hacia atrás. Pero, ¿sabes cuál ha sido la sorpresa? Pues que alrededor mía, había bastante gente nadando en la misma dirección. Lo intuía, la verdad. El caso es que haciendo este reporte me he dado cuenta de que este ya no es mi proyecto. De hecho, si estás leyendo estas líneas, seguramente también sea tu proyecto.
Por eso… ¡gracias! Espero poder aportarte lo suficiente para que sigas nadando conmigo.