Pidiendo a la chimenea

Querer recibir sin antes dar es como sentarte frente a una chimenea y pretender que te de calor sin antes echarle leña

La vida va de dar, no de recibir. Ni siquiera funciona lo de dar para recibir. Debemos dar, y punto. Dar incondicionalmente, sin que lo sepa la otra mano, sin hacer alardes, ni buscar conveniencias. Es dar desinteresadamente. Cuanto más damos de esta manera, más felices somos, y más recibimos. Funciona con la chimenea, y también con muchas otras cosas en la vida.


*En la foto se ve la chimenea de casa de unos amigos, donde hemos pasado buenos momentos. Por cierto, amigos de esos que dan sin esperar a cambio.