El otro día, hablando con mi jefe sobre un despiste tonto que había tenido, usó esta expresión: “Si es que vamos a matacaballo”.
Vino a decir como que estamos teniendo una carga de trabajo alta, y al ir con prisas, se cometen errores.
Me llamó mucho la atención esta palabra: “Matacaballo”. No creo recordar haberla oído antes. Lo primero que imaginé es una película del oeste en donde los vaqueros van persiguiendo a un forajido, y llevan varios caballos de reserva, sabiendo que, al no descansar, alguno de ellos va a desfallecer en el camino. (Pobrecitos caballos!!)
No iba desencaminado. Para mi sorpresa, la palabra aparece en la RAE, y significa: “Atropelladamente, muy deprisa”.
Por supuesto, no me quejo de la carga de trabajo en la empresa. Al contrario, tengo la suerte de trabajar con magníficas personas que me muestran mucha confianza y me dan margen de maniobra. Lo que ocurre es que a veces se juntan varias tareas en poco tiempo, y pasa lo que pasa. Pero bueno… nada grave.
Exprimiendo al personal
Aún así, creo que esta expresión da mucho juego. Porque… ¿cuántas veces ha ocurrido que se “aprieta” demasiado a un trabajador y termina reventando?
En España, en un año, hay más de 5 millones de bajas por enfermedad. Muchas de ellas por estrés y depresión.
Evidentemente, la empresa necesita que sus trabajadores rindan. Así que, ¿dónde está el límite de exigencia para no cargarse el caballo?
Una vez más, la clave está en la efectividad. La efectividad es la mezcla ideal entre eficacia (conseguir un resultado), y eficiencia (gastar pocos recursos).
Según el concepto de efectividad, no se trata simplemente de conseguir algo, sino también de hacerlo de forma eficiente, sin abusar de los recursos llegando a extremos como hemos mencionado antes.
Otras formas de matar al caballo
Claro, esto se puede aplicar a muchas otras cosas en la vida. Nadie debería abusar de la generosidad de otros, porque también acabará matando al caballo.
Tampoco deberíamos dilapidar recursos como los ahorros, o las ayudas estatales.
¿Y qué hay de nuestro cuerpo? Si abusamos de él, no alimentándonos bien, no haciendo ejercicio, o no concediéndonos suficiente descanso… al final, podemos “matar el caballo”.
Y no hablemos de los recursos del planeta. Ahí si que estamos yendo a “matacaballo” de forma espectacular.
Incluso podríamos aplicar esta idea a cuestiones emocionales, como la amistad, el pedir ayuda, etc.
Piensa a dónde vas
Muchas veces, no solo debemos plantearnos si estamos yendo a la velocidad adecuada para llegar al destino sin agotar los medios, sino también, si tenemos claro el destino. Porque eso marcará la diferencia en cómo usamos lo que tenemos.
Usando el símil del caballo, hace poco escuchaba en una entrevista una anécdota relacionada.
Un jinete iba sobre un caballo a toda velocidad. Entonces se cruzó con un conocido que le preguntó: “¿A dónde vas con tanta prisa, hombre?”. El jinete respondió: “¡No lo sé! Pregúntale al caballo”.
Como hemos dicho, hay que cuidar los recursos. Recordemos que la clave no está en llegar rápido, ni llegar lejos, sino en llegar bien al sitio que queremos.
No es fácil hacer el bien cuando se está desprovisto de recursos. ~ Aristóteles Clic para tuitear