Teorías sobre vasos

¿Vaso medio lleno o medio vacío?

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¿Está el vaso medio lleno o medio vacío? ¿Cómo saber cuánto pesa un vaso de agua sin pesarlo? ¿Y cómo limpiar un vaso con agua sucia sin vaciarlo? En este artículo verás respuestas diferentes a estas preguntas, pero, además, verás qué tienen que ver los vasos y el agua con tus problemas e inquietudes.

¿Medio lleno o medio vacío?

Antes de nada, vamos a descartar las opciones «filosóficas» y «psicológicas» sobre cómo ven los distintos tipos de personas un vaso a la mitad.

Dando por sentado que un vaso de agua es de unas dimensiones simples (es decir, que no es más ancho por arriba que por abajo), se puede saber con bastante exactitud, su mitad. Si llenamos el vaso con agua (cualquier otro líquido vale) justo hasta esa mitad, surge la pregunta: ¿está medio lleno o medio vacío?

En realidad, la respuesta es fácil. Las dos respuestas son correctas. Está medio lleno y también medio vacío. ¿Que los optimistas lo verán de una manera y los pesimistas de otra? Puede ser. Sin embargo, hay otra forma de verlo.

Fíjate que antes hablamos de «llenar» un vaso con agua hasta la mitad. Pero también podríamos llenarlo hasta el borde, y vaciarlo hasta la mitad, ¿no?

Y aunque el resultado es el mismo, el proceso no lo es para nada. Si lo llenamos, gastamos agua correspondiente a la mitad del área del vaso. Pero si primero lo llenamos, y después lo vaciamos, gastamos el doble de agua, y encima desperdiciamos la mitad.

¿A dónde quiero llegar con esto? Pues que una buena forma de ver esto del vaso es saber cómo estaba antes.

Si el vaso estaba lleno, ahora estará medio vacío. Pero si el vaso estaba vacío, ahora está medio lleno.

Un ejemplo: si te sirven una cervecita fresca en una jarra, y te bebes la mitad, el vaso (la jarra) estará medio vacío. Pero si el vaso estaba vacío y te echan un licorcito hasta la mitad, el vaso estará lleno.

¿Lo ves? No se trata tanto de positivismo o negativismo sino de la sensación de pérdida o ganancia.

Cómo aplicar la teoría del vaso medio lleno o medio vacío a los problemas

Esto se puede aplicar a todo, en realidad.

Si tú tienes 100€ en la cartera y te gastas 50€, la sensación que vas a tener es de que te has quedado con la cartera medio vacía. Pero si estás sin blanca, y de pronto te encuentras 50€ tirados en el suelo (quién lo quisiera), te vas a ir a casa contentísimo porque tu cartera estará bien llena.

Y lo mismo con los problemas, las tareas, los amigos y casi cualquier cosa.

En la vida, de forma natural, nos vamos llenando de cosas, objetos, vivencias, etc. En muchas ocasiones, y por desgracia, nos cargamos de cosas malas y perdemos las buenas. Diríamos que el vaso de las desgracias está siempre medio lleno y el vaso de las victorias, medio vacío.

¿Solución? Realizar vaciados periódicos. La sensación de liberación cuando uno tira ropa que no usa, objetos que no sirven para nada, o carpetas y archivos del ordenador ocupando espacio, es espectacular.

También se puede uno descargar de amistades, problemas o preocupaciones.

Por poner un ejemplo, siguiendo el esquema del método C.A.R., en mi caso, tengo un bloque periódico cada 3 meses para hacer «limpieza de objetos» en casa. También tengo varios bloques para borrar fotos del álbum digital, o limpiar el ordenador. (Entre otros)

Sea que apliques un método u otro, procura que el vaso se vacíe de vez en cuando. Solo así podrás tener esa maravillosa sensación de llenar el vaso.

Cómo calcular el peso de un vaso

Vamos con la segunda cuestión relacionada con los vasos: su peso.

Al igual que en el ejemplo anterior, calcular el peso de un vaso es sencillísimo. Lo pones en la báscula, y listo.

Si te gustan las matemáticas, y prefieres calcular el área del vaso, el peso promedio del líquido, y la altura del cerro donde vives, tú mismo. El tema esté en que calcular el peso es fácil.

Ahora bien, imagina que te dan un vaso de agua que pesa x gramos. Por muy forzudo que seas… ¿cuánto tiempo lo podrás sostener? ¿Te pesará igual al principio que al final? Es evidente que no. Y a tus manos y a tu cerebro le dará igual cuántos gramos pesa el vaso. Poco a poco, se te hará más y más pesado, hasta que se te caerá.

Así que otra forma de calcular el peso de un vaso es pensar en cuánto tiempo llevas sosteniéndolo. Cuanto más lleves, más pesado será.

Cuánto pesan tus problemas

Una vez más, este ejemplo también se puede aplicar a los problemas en general. Cuanto más tiempo se mantienen, más pesan.

Se me ocurre que, algunas personas, figurativamente hablando, no solo tienen que soportar el peso del vaso y el agua, sino que además, lo llenan con sus lágrimas. ¡Qué triste!

Los problemas, las preocupaciones, los secretos, el estrés… todo esto son cosas que pesan, y pesan mucho. Por eso, las personas inteligentes, (o efectivas, como nos gusta llamarlas aquí), procuran tomar medidas. Puede ser doloroso, pero es infinitamente mejor buscar solución, que mantener el peso.

A veces, la solución está en tirar el vaso, en dejarlo caer. Otras veces podemos pedir ayuda, o hasta pasarle el vaso a otro. Podemos bebernos el agua y guardar el vaso. O usar algún tipo de soporte para que el vaso no nos pese. No sé si me estás entendiendo la comparación. La idea es que te liberes, que no soportes tus problemas demasiado tiempo, porque lo único que pasará es que su peso aumentará.

Cómo liberarse de los problemas

Usando nuevamente el método C.A.R., te pongo un ejemplo práctico.

Te acuerdas de un amigo con el que ya no te llevas bien. Lo echas de menos. Así que, inmediatamente, capturas esa idea. Simplemente haces una anotación que pone «Solucionar problema con Fulanito». Cuando analizas tus bandejas de entrada, te encuentras con esa nota, y piensas qué hacer con ella: ¿qué vas a hacer con esto? ¿la borrarás? ¿la archivarás para verla de vez en cuando? ¿necesitas bloquear un poco de tiempo para analizar el asunto con más calma? ¿o programarás un día y una hora para quedar con tu amigo o llamarle?

Si te fijas, al usar el método has conseguido varias cosas.

  • Primero, el problema ha desaparecido de tu mente. Ya no le vas a dar vueltas, porque lo has capturado en una nota. Como sabemos que nuestro método funciona, no hace falta pensar en eso más. De un plumazo, el vaso ya no pesa, porque está en el sistema.
  • Segundo, has dedicado un tiempo de análisis para saber qué vas a hacer con ese problema pendiente. Este análisis te permitirá tomar decisiones consistentes, y no simplemente reacciones a pensamientos. Sin este análisis, de vez en cuando, te seguirás acordando de tu amigo y de ese problema con él.
  • Tercero, sea de una manera o de otra, el problema se habrá atendido. Puedes decidir olvidar a tu amigo y darlo por zanjado, o atenderlo. Una vez hecho esto, se acabó; ya no hay ningún peso.

Cómo limpiar un vaso con agua sucia sin vaciarlo

Vamos con el tercer problema. Tenemos un vaso con agua sucia. ¿Cómo podemos limpiarlo sin vaciarlo?

La respuesta es muy sencilla: echando agua limpia. Si lo pruebas, verás que es una opción muy efectiva. Poco a poco, todo lo sucio irá saliendo por los bordes, hasta que llegará un momento en el que el vaso estará limpio.

Es verdad que el sistema, muy eficiente no es, pero sí eficaz. Ya sabes… efectividad.

Una vez más, lo mismo sucede con nuestros problemas. A veces, la mente está llena de malos pensamientos, de preocupaciones y angustias. El problema de los pensamientos, como ya vimos en la historia de la «guagua mental«, es que no puedes eliminarlos. Además, intentar controlarlos es complicado.

Así que la solución más efectiva es alimentar tu mente con pensamientos positivos. Poco a poco, verás que, como pasa con el vaso, todo lo malo va saliendo solo.

¿Cómo hacer esto? Pues cuidando muy muy bien a quién y qué dejas entrar en tu mente, consumiendo información de calidad, y formándote continuamente.

Calculando vasos y agua con efectividad

¿Qué te han parecido estos cálculos? Ahora ya sabes si un vaso está medio lleno o medio vacío, y también cuánto pesa dependiendo del tiempo. Y encima, podrás limpiarlos de agua sucia, sin vaciarlos. ¿No está mal, no?

Sí, ya sé que no son cálculos exactos, pero seguro que son más reales que una simple opinión sin fundamento, ¿verdad?

Y, sobre todo, recuerda que la efectividad es un camino a seguir, y que un método de organización personal te puede ayudar a vivir sin tanto estrés, poniendo en marcha tus planes y objetivos.

Espero que te hayan gustado estas «teorías» sobre los vasos. Ya sabes que, si necesitas más información sobre el método C.A.R., puedes ver algunas lecciones gratis, o bien preguntarme lo que se te pase por la cabeza.

Un abrazo y hasta la próxima!!

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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?