En la empresa donde trabajo, ocupo un puesto técnico. Al vivir en Canarias, pero estar la sede de la empresa en Madrid, trabajo casi siempre solo. Tengo superiores, compañeros y he tenido empleados a mi cargo, aunque a medida que pasa el tiempo la tecnología va sustituyendo a los humanos. Actualmente estoy a cargo de la isla de Gran Canaria y de Fuerteventura.
El caso es que, aunque mi trabajo es fundamentalmente técnico, y normalmente no hago funciones directas de comercial ni de administración, en algunas comunicaciones de la central, como por ejemplo, envíos de material, aparezco como “Delegado de zona”. Y esto me hizo pensar…
En realidad, todos somos delegados de zona. Es decir, se nos han delegado unas autoridades en una zona. Esta zona puede ser una ubicación física, o bien un entorno.
No importa cuál sea tu cargo en tu empresa. Incluso no importa si no estás trabajando. Da igual a lo que te dediques, tú también eres delegado de zona.
Y, aquí viene lo bueno… lo que más te debe preocupar es “tu zona”.
Fíjate, hay muuucha gente que no se consideran delegados de zona porque creen que ocupan un puesto inferior. Otros se creen demasiado importantes porque a lo mejor ocupan un puesto directivo, o bien son dueños de una empresa. Y habrá otros tantos que piensan que esto no les aplica porque no están trabajando.
Sin embargo, en la práctica, todos somos responsables de una o más áreas. La pregunta es: ¿Sabes cuáles son tus funciones? ¿Conoces los límites de tu zona? Y sobre todo, ¿eres consciente de que esa zona es TU responsabilidad?
Aún cuando tu única zona de responsabilidad seas tú mismo, tendrás que dedicarte a atenderla.
Decía cierta frase que, si quieres arreglar el mundo, empieza por tu casa. Si cada uno de nosotros delimitásemos nuestra “zona”, y nos hiciéramos responsables como delegados de la misma, probablemente nos sentiríamos mucho mejor, dedicaríamos mucho menos tiempo a lo ajeno, y conseguiríamos muchos más resultados.
Así que recuerda… Tú también eres delegado de zona.