¿Sirve para algo el ayuno de dopamina?

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¿Alguna vez has sentido que necesitas descansar de la tecnología? Esta pregunta hace 50 años era absurda. Sin embargo, según algunos estudios, pasamos más de 3 horas al día, en promedio, mirando el móvil. Si sumas la tv, el ordenador, el gps del coche… uff! Vivimos en una sociedad hiper-conectada. Por eso, algunos referentes han iniciado ayunos (detox) de dopamina.

Qué es la dopamina

¿Qué es la dopamina? Es una hormona que funciona como neurotransmisor. (¿Eeeh?) Está relacionado con el deseo y el placer. Cuando hacemos algo que nos gusta mucho, se libera dopamina y sentimos ese placer. Pero este proceso también funciona por anticipación. Parece ser que, cuando creemos que algo va a ser placentero, se libera dopamina. Si no conseguimos ese placer, la dopamina se calma.

La dopamina influye y mucho, en el aprendizaje. Tenemos una expectativa, y dependiendo de si se cumple o no, repetiremos esa rutina o no. ¿Y quién nos dice si esa rutina nos dio placer? La dopamina.

En un entorno natural, no hay problema con la dopamina. El lío surge cuando los niveles de dopamina son muy bajos (apatía y anhedonia). Nada nos atrae, nada nos da placer. También lo contrario, buscamos recompensas inmediatas constantemente (casi como adictos). Aquí entra a jugar la tecnología.

Dice una frase que la tecnología es un buen sirviente pero un mal amo. Toda la razón.

Los creadores de aplicaciones y de dispositivos saben cómo activar las palancas para ofrecernos y darnos recompensas. Ejemplo: tirar de la palanca en una tragaperras, arrastrar con el dedo para ver si hay novedades en el feed, o likes en nuestra publicación.

Seth Godin lo ejemplifica muy bien en su libro «La vaca púrpura». Si vas por la carretera y ves una vaca, quizá te llame la atención. Si ves muchas vacas, acabarás harto de ellas. Pero, ¿qué pasa si de pronto ves una vaca púrpura? Eso sí que te sorprenderá. Y esa sensación se ajusta bastante a lo de liberar dopamina. Aún así, el marketing moderno intenta ponerte delante todo tipo de «vacas púrpura». Y ya ni eso nos asombra.

Qué es un ayuno de dopamina

¿Solución? Hacer ayunos de dopamina. Eliminar todo aquello que nos pueda dar recompensas inmediatas (chocolate, sexo, tecnología…) y realizar actividades sencillas, como caminar por el campo o estar en silencio. Puede ser un día, o varios, hasta semanas de retiro. De esta forma se evita que nos hagamos «adictos» a la tecnología como única fuente de dopamina.

La palabra ayuno se entiende en la alimentación. Dejas de comer por un periódo de tiempo. Sin embargo, no está claro que funcione igual con la dopamina. Un paseo por el campo también puede elevar la dopamina. Puede ser tan placentero mirar twitter como pararte y respirar aire fresco. En realidad, creo que, más que ayuno, es un cambio de disparadores y muy probablemente una reducción de los mismos.

¿Sirve para algo un ayuno de dopamina?

Más allá de los términos, ¿Es beneficioso? Muchos dicen que sí, otros que no. Algunos dicen hasta que es peligroso. Otros dicen que es una moda absurda.

Yo creo que sí. Creo que es bueno cambiar los ciclos de vez en cuando. Pero sobre todo, creo que este tipo de miniretiros te dan sensación de control.

Un ejemplo que lo ilustra es el ayuno intermitente. Pasados 2 o 3 días, no hay problema, no hay dolor. Ya no «necesitas» comer. Tú controlas.

Cuando pasas 2 días sin el móvil, tu sensación de control es superior.

Por otro lado, cambiar de rutinas de vez en cuando parece beneficioso.

Y está el coste de oportunidad. Si pasas todo el día mirando el móvil, y nunca descansas, te falta algo. Parece que tiene sentido compensar.

También creo en la incomodidad voluntaria, en salir de la zona de confort.

Mejor que el ayuno de dopamina

Ahora bien, pasarte semanas con días de 40 horas trabajando en internet, sin descanso, con los ojos a punto de reventar, para después hacer un retiro de 2 días sin hablar con nadie, me parece poco equilibrado. Se podría asimilar a alguien que come de todo, sin control, y que después ayuna 2 días seguidos. O como un coche que acelera, para después frenar a tope.

Me parece que tiene más sentido llevar una vida algo más equilibrada en general. Con variación entre los extremos, pero sin que esos extremos están demasiado lejos. Además, puedes hacer ese ayuno (esas variaciones) en periodos más cortos y sin tener que llegar a un detox de dopamina:

  • Levantarte cada media hora, aplicar pomodoros
  • Dar paseos diarios o tener algún tipo de contacto con la naturaleza
  • Eliminar o minimizar el uso de redes sociales (llenas de palancas adictivas)
  • Planificar ocio pasivo y actividades al aire libre
  • Estar todos los días algunos minutos en silencio
  • Evitar los móviles a partir de cierta hora
  • Reducir al máximo la tecnología los fines de semana (5.2)

En resumen: es evidente que hay un problema con la tecnología. Pero la solución ideal no tiene por qué ser un retiro. No creo que haga ningún daño, al contrario. Muchas personas que los realizan se sienten muy bien. Creo que te da control y te permite dedicar tiempo a actividades sanas. Si lo hacemos, perfecto. Pero sobre todo, planificar TODOS (o muchos) los días con sentido y limitar SIEMPRE (o casi siempre) el uso de la tecnología parecen estrategias más beneficiosas.


*Imagen de cabecera: Sasin Tipchai en Pixabay

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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?