Siempre lo mismo

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Aunque llevo desde niño aprendiendo de forma más o menos consciente sobre efectividad personal, ha sido en los últimos años cuando he dedicado más tiempo a formarme específicamente en esta temática. Lo he hecho mediante libros, blogs, podcasts, algún curso, experimentación personal, y también gracias a conversaciones con expertos en la materia.

Sin embargo, en los últimos meses he tenido una sensación rara. No sé si a ti te pasa también. Parece como si ya estuviera todo escrito, todo descubierto, y en vez de añadir aportaciones nuevas, fuésemos consumiendo y regurgitando el mismo contenido, dicho con diferentes palabras y por diferentes autores.

Es curioso, porque mi mujer me ha expresado en varias ocasiones algo parecido. Ella no es tan frikie como yo de la productividad, pero de tanto oírme, al final resulta que sabe un montón. Y lo que me dice es que si no me canso de escuchar o de leer siempre lo mismo.

¿Hay margen de mejora?

A lo mejor se está cumpliendo lo que decía Nassim Taleb en su libro «Cisne negro», que dado un margen cualquiera mantenido durante un tiempo y con muchas muestras, los límites a ambos extremos son muy raros y poco alejados del promedio. Me explico con un ejemplo. Los seres humanos tienen una estatura promedio. El hombre más alto o el más bajo estarían en los extremos. ¿Puede aparecer de pronto un hombre más alto todavía o más bajo? Es poco probable, pero aunque apareciera, no sería mucho más alto ni mucho más bajo.

Y quizá pase lo mismo con el campo de la efectividad personal. A lo mejor ya se ha llegado a los límites y no hay muchas mejoras posibles. O no. Lo cierto es que en otras temáticas sí hay novedades constantemente. Piensa por ejemplo en la tecnología, o en las aplicaciones electrónicas, o la medicina. Son áreas en las que los avances son constantes. ¿Será que la efectividad personal no interesa tanto? ¿Será que no hay muchos expertos desarrollando ideas nuevas? ¿O a lo mejor el problema lo tengo yo y no estoy acudiendo a las fuentes correctas?

Me interesa mucho aprender y encontrar fórmulas nuevas. De hecho, cuando escribo en mi blog o cuando se me ocurre alguna idea, a veces (no siempre), evito buscar referencias externas, a ver si así saco algo distinto, solo mío, que no esté repetido. Puede ser solo el enfoque lo distinto, pero con eso me conformo.

Algo de lo que estoy orgulloso es el método C.A.R. Aunque está basado en Timeblocking y GTD, también incluye otros muchos conceptos, y como método, es algo mío, algo distinto. Además, estoy abierto a mejorar el sistema si veo formas para lograrlo. De hecho, el curso incluye un módulo de mejoras para potenciar el método, donde voy añadiendo todo lo que creo que pueda ser compatible y útil.

Aún así, sigo teniendo la sensación de que hay poco nuevo.

En un mundo ideal, habría algo así como un comité de expertos que elaborarían una especie de manual con lo mejor para cada situación. Estarían abiertos a nuevas mejoras y se enfocarían en investigar al respecto. Este manual solo se actualizaría con mejoras comprobadas. Así, cualquier interesado acudiría a una sola fuente autorizada sin necesidad de buscar y buscar hasta dar con algo de valor.

Pero claro, no vivimos en un mundo así. ¿Entonces?

Cómo encontrar algo nuevo

Más allá de que la temática no sea la que más interés genere, lo cual me parece sorprendente, sí hay algo que considero perjudicial. Me refiero a aferrarnos a un método o a un sistema sin permitir ninguna modificación. Creo que este tipo de formas de pensar impide el progreso. La mente humana, las circunstancias, las necesidades laborales, el mundo que nos rodea cambia, y la efectividad personal debería avanzar al mismo ritmo. Lo que servía hace 10 años quizá se haya quedado obsoleto.

Por otro lado, pienso que deberíamos buscar apoyo en otras ramas, como la neurociencia o la psicología, para encontrar nuevas claves que nos ayuden a ser más productivos, más efectivos. Además, se podrían aprovechar los datos que nuestros dispositivos están recopilando, los cuales podrían darnos pistas sobre cómo potenciar nuestra efectividad personal.

No quiero concluir sin hacer otra reflexión al respecto de la efectividad. Es posible que sepamos mucho, sobre todo si nos interesa esta temática. Aún así, la gran pregunta es cuánto estamos aplicando. Esa es la clave de la mejora.

Por mi parte, seguiré abierto a todo lo que pueda mejorar nuestra efectividad. Así que, si tienes alguna idea, no dudes en hacérmela llegar. Entre todos somos más fuertes. ¿Me ayudas?

Pensar, hablar, hacer
Psicología

Hacer, hablar y pensar

Hay cosas que no pueden ir juntas, como el agua y el aceite, como estornudar y respirar. Una de esas acciones incompatibles es hacer y

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?