Se gana si se aprende

Trofeos y medallas

Tabla de contenidos

Leía hace un tiempo una frase que me encantó: “Unas veces se gana, otras se aprende”. El autor es Francisco Alcaide, y el libro: “Aprendiendo de los mejores”.

Es un concepto muy interesante, porque termina siendo un win win (ganar ganar). Si ganas en algo, ¡fantástico! Pero si pierdes, te toca parar, y reflexionar… aprender. Con lo cual, terminas ganando también.

Sin embargo, y sin ánimo de contradecir al autor -estoy seguro de que estará de acuerdo- también hay que aprender cuando se gana. Muchas veces, buscamos explicación a las cosas malas, pero no tanto a lo bueno.

Me explico: Cuando alguien se porta bien contigo, te dice algo bonito, o te da un regalo, lo normal es aceptarlo con alegría. A menos que el comportamiento de la otra persona sea muy sospechoso, no dedicamos mucho tiempo a hablar ni a investigar por qué nos ha tratado bien.

Sin embargo, cuando alguien, incluso esa misma persona nos trata mal de alguna manera, nos ponemos el gorro de detectives y de psicólogos y empezamos a buscar posibles explicaciones a ese comportamiento. “¿Por qué me habrá hecho esto?”, “Seguro que tiene envidia”, “¡Sí! Y eso quiere decir que tiene sentimientos de baja autoestima”…

¿Has observado tú algo parecido también?

Lo mismo sucede en muchos otros ámbitos. Por ejemplo, imagina que estás jugando a un juego de mesa con los amigos. Ganas la partida. Te pones muy contento, y lo disfrutas al máximo. Ya está. No hay ningún análisis de cómo has ganado.

Pero… ¿qué te ocurre cuando pierdes? Buff…Je, je, je. Que si han hecho trampas, que si no tenía que haber hecho esta jugada, que si la próxima vez voy a hacer esto o lo otro. ¿O no?

No buscar razones a lo bueno no es efectivo

El problema de este desequilibrio en la balanza es que, actuar así no es muy efectivo. En realidad, para ser efectivos, es tan importante detectar lo que nos lleva a conseguir un resultado, como evitar aquello que lo va a impedir.

Tanto al observar los éxitos y las acciones buenas de otros, como al examinar nuestro propio comportamiento, aprendemos la manera de llegar a un resultado. Simplemente tenemos que localizar las claves, o los patrones que, si se repitieran, nos asegurarían ese objetivo.

Esta observación consciente, junto con la capacidad de evitar aquello que puede torcer el plan, nos hace prácticamente invencibles (entiéndase, hablamos de objetivos…).

De hecho, en muchos campos, como por ejemplo, el marketing online, hay que hacer una prueba detrás de otra. Probar y probar, hasta cansarse. La mayoría de las cosas salen mal, o no salen como a uno le gustaría.

Pero, de pronto, un día, algo sale bien. Es entonces cuando hay que tirar de datos, y buscar como un loco por qué. ¿Cuál fue el factor que llevó al “éxito”? Una vez localizado, se anota, y se replica todas las veces que se pueda.

Parece ser, y tiene cierta lógica, que aprender de los éxitos es más efectivo que aprender de los errores. (Y esto aplica a todo en la vida, no solo al marketing online)

¿Cómo podemos “buscar explicación” a lo bueno?

Aquí van algunas ideas para forzar a nuestro cerebro a aprender (también), de lo bueno:

  • Evita que la alegría por recibir un premio, por ganar, o por ser el receptor de un regalo te nuble el juicio. Disfruta con calma, pero mantén la serenidad.
  • Sé observador durante. Hablamos de un proyecto personal o de empresa, de un juego, o de una relación personal. Toma notas de lo que crees que funciona y de lo que no. Una forma sencilla es usar una columna para cada cosa.
  • Hazte preguntas. ¿Por qué? ¿Cómo se ha producido este resultado? ¿Cuál ha sido el proceso? ¿Ha ocurrido más veces? ¿Qué hubiera pasado si este factor en concreto fuese distinto?
  • Haz preguntas a otros. Usa las mismas preguntas que te harías a ti mismo, y compara las respuestas.
  • Haz pruebas. Usa aquello que crees que funciona para ejecutar pruebas A-B. Repite el proceso cambiando los factores que crees que son determinantes.
  • Busca información de calidad. Por más que la observación y el aprendizaje personal sean útiles, no se trata de reinventar la rueda en cada objetivo que nos pongamos. Seguramente alguien ya ha pasado por ahí, y ha hablado de cómo lograr eso que quieres. En determinados ámbitos, un curso online puede ser la clave. En otros, una búsqueda en Google será suficiente.

Seguramente hay cientos de ideas a tener en cuenta para lograr nuestros objetivos aprendiendo lo que hay que hacer y lo que hay que evitar. Pero si simplemente somos conscientes de la importancia de mantenernos atentos a ambas cosas, seguramente habremos dado un buen salto hacia adelante.

Y así, llegamos a una conclusión: no es ganar o perder lo importante. Unas veces se gana y otras se pierde. La cuestión es aprender de ambos resultados, porque… al final… se gana si se aprende.

Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo. Cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo. – Confucio Clic para tuitear

El efecto espuma

La espuma no limpia, lo que limpia es el jabón.  Pero si un jabón no hace espuma, parece que no limpia.  ¿Cuántas cosas en tu

Mujer con gesto de pena
Empresa

La efectividad compasiva

Si un hombre tarda una hora en cavar un pozo, ¿cuánto tarda en cavar medio pozo? Media hora, ¿verdad? ¿o no? (La respuesta al final

Psicología

Tú no eres el clima

Imagina una conversación entre varios familiares. La cosa se pone tensa. Alguien dice algo fuera de tono, y otro le replica. Tú intentas mediar, pero

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?