Récord de chasquidos

Récord Guiness de chasquear los dedos más rápido en un minuto

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Recientemente, el joven alemán Niclas Nadasdy dinamitó el anterior récord mundial de mayor cantidad de chasquidos de dedos en un minuto. El listón estaba puesto por el japonés Satoyuki Fujimara, en 296 chasquidos. Pero Niclas hizo chasquear sus dedos 334 veces. Más abajo tienes el video de la «hazaña».

Cuando compartí este video en Twitter, hace unos días, algún usuario respondió diciendo que aquello era una tontada, un desperdicio de tiempo. Y esto me hizo pensar un poco más y escarbar más allá del récord en sí.

El gasto de tiempo

Gasto de tiempo

¿Cuánto tiempo tuvo que practicar este joven para conseguir esa velocidad? Seguramente mucho. Se ha puesto muy de moda lo de que cualquiera puede convertirse en un experto si dedica 10.000 horas a practicar algo. 10.000 horas (poniendo 10 horas diarias de práctica) equivalen a casi tres años de práctica diaria. Dudo mucho que este chico pudiera dedicar tanto tiempo, ni que se lo permitieran. Y tampoco se le ve tan mayor.

Así que aquí tenemos un primer punto. La práctica hace al monje, pero todo depende de lo que se practique, de cómo se practique, y, por supuesto, del monje.

De hecho, la práctica por sí sola no conduce a nada, si no va acompañada de estudio de la materia. Es decir, antes de ponerte a practicar cómo chasquear dedos, es útil ver videos de cómo lo han hecho otros. También puedes estudiar algo de anatomía básica de la mano. Poco a poco, irás haciendo pruebas y practicando. Incluso puedes pedir ayuda a otros expertos para que te den «trucos» y mejorar rápidamente.

Siguiendo este tipo de técnicas, haciendo uso de un esfuerzo inteligente, el aprendizaje hasta llegar a un nivel avanzado puede ser mucho más rápido que esas 10.000 horas que se proponen.

De ahí que, actualmente, y con los métodos adecuados, puedas aprender muchas cosas en lugar de hiper-especializarte en una sola durante toda tu vida.

¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida (Benjamin Franklin) Clic para tuitear

¿Vale la pena?

Claro, hay que tener cuidado con los sueños que tienes, porque se pueden cumplir.

¿Realmente te vale la pena el esfuerzo? Visualízate habiendo conseguido eso que te propones. ¿Cuáles son los beneficios? ¿Cuáles son los gastos envueltos?

Claro está que conseguir pequeños logros superando las dificultades envueltas sube la autoestima, y nos ayuda para enfrentarnos a retos mayores.

Pero más allá de una mención en el libro Guiness, dudo mucho de que este joven se gane la vida chasqueando los dedos. No es un problema, porque le queda tiempo por delante. Sin embargo, sobre todo a ciertas edades, ponerse objetivos equivocados es como tomar el tren rápido con un destino contrario al deseado.

"Sin metas y planes para llegar a ellos, eres como un barco que ha zarpado sin destino" – Fitzhugh Dodson. Clic para tuitear

La satisfacción del momento

Por otro lado, está el tema de la satisfacción. Al joven se le ve muy contento con su logro. Hay diferentes tipos de metas. Están aquellas que requieren un gran sacrificio, y cuya recompensa solo se siente al final, y es tan efímera, que a los pocos minutos ya queremos otra. Un ejemplo clásico es el del escalador que lo pasa muy mal hasta llegar a la cima. Allí, solo puede permanecer unos minutos, lo suficiente para la foto de rigor. Ya en la bajada, no para de pensar en cuál será el siguiente pico.

Hay otros objetivos distintos. Son aquellos que, durante la práctica del mismo, ya te están dando satisfacción. Un ejemplo podría ser tocar un instrumento. Aunque también requiere práctica, en relativamente poco tiempo ya podremos estar disfrutando de la actividad. Seguiremos dedicando horas de trabajo, y puliendo técnicas, pero eso será un disfrute en sí mismo.

Así que tú decides: Buscar objetivos que te den un subidón enorme, pero breve, o bien, otros que te den placer constante durante el tiempo.

"Apunta a la luna. Incluso si fallas, aterrizarás en las estrellas" – Les Brown Clic para tuitear

El apoyo

Por último, pensé en otro factor al ver el video. Mientras el joven bate el récord de chasquidos, detrás, está una mujer, probablemente su madre, observando a su hijo. Puede ser perfectamente una jueza del concurso. La verdad es que lo desconozco. Lo que sí me llamó la atención es que la grabación se produce en un sitio más bien solitario. Más allá de la persona que graba y de esa mujer misteriosa, no hay nadie más.

Tampoco se ve al final del video gente aplaudiendo ni nada parecido. He buscado algún video más extenso, o bien la fuente original y lo único que he encontrado es un recopilatorio del canal oficial de los récord Guiness donde aparece un fragmento del video del principio.

Supongo que el chico se habrá sentido muy bien después de lograr su récord. La cuestión es: si te vas a proponer algo importante, busca apoyo, consulta con tu familia y con tus amigos. Seguramente no a todo el mundo le guste tu propuesta, y está claro que habrá que hacer sacrificios en la medida de lo que quieras lograr. Pero también es cierto que pocas cosas importantes se han conseguido en soledad. Además, tampoco tiene sentido ganar el trofeo a costa de perder a tus seres queridos.

Cuando las arañas se unen pueden atar a un león. (Proverbio) Clic para tuitear

Las cosas no se consiguen por casualidad

En definitiva, y más allá de que lo de chasquear dedos sea una tontada o no, cualquier récord difícil de superar nos enseña el valor de la constancia, del esfuerzo, de la práctica inteligente, de la potencia de ponerse objetivos concretos, y muchas otras cosas más.

Y es que, al Everest no se llega por equivocación. Además, es mucho mejor vivir por diseño, que por casualidad.

¿Para quién eres productivo?

Es una pregunta que puede interpretarse de varias maneras. Una es quién piensa que eres una persona productiva. La otra es quién se está beneficiando

Reflexión

No seas como el tigre

¿Cuál es tu animal favorito? Yo tengo tres. Uno del aire, otro de tierra, y otro de mar. El de tierra es el tigre blanco.

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?