Practica el «Avia pervia» todo lo que puedas

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Si buscas en internet por «Avia pervia» te saldrá un equipo de voleibol italiano, pero no es eso lo que hay que practicar, sobre todo teniendo en cuenta que este equipo desapareció por problemas financieros. En realidad, lo que nos interesa es la expresión latina. Una traducción sería: «(que) los caminos difíciles (se hagan) fáciles de recorrer».

Esto me hizo recordar a algo que leí recientemente en el libro «Scrum: El revolucionario método de hacer el doble en la mitad de tiempo«. El autor hace muchas referencias a la filosofía de trabajo de Toyota. Y cita, a su vez, de una frase de Taiichi Ohno: «No es exagerado decir que, en un período de bajo crecimiento, el desperdicio es un crimen contra la sociedad más que una pérdida financiera. Eliminar el desperdicio debe ser el primer objetivo de una compañía.»

Al hablar de desperdicio se refiere a cualquier impedimento que obstaculice la producción. En otras palabras, no solo hay que desechar toda acción que no sirva para conseguir un objetivo, sino también eliminar cualquier punto de fricción.

En el caso de una empresa, hablamos de eliminar todas esas tareítas tontas que nos quitan tiempo e impiden que hagamos el trabajo principal. Un buen gerente debería ser un facilitador. Su objetivo no es solo ver en qué puede mejorar el empleado, sino cómo le puede ayudar. Debe analizar y quitar del mapa cualquier cosa que impida un proceso fluido.

La pregunta correcta sería: «¿Qué te impide hacer mejor tu trabajo?». Y una vez obtenida la respuesta, lo siguiente sería decir: «Ok, me pongo con ello. Buscaré una solución.»

Cómo se aplica el «Avia Pervia» en el día a día

Este mismo fundamento se puede aplicar a la efectividad en general. En el día a día existen muchos puntos de fricción.

  • Vas a encender la aspiradora, pero tienes que retirar un mueble y una planta para acceder a la toma eléctrica.
  • La puerta de la calle roza cada vez que la abres.
  • En esa dichosa aplicación que usas todos los días te interrumpe un mensaje diciéndote que no la has actualizado.
  • Tienes 20 bolis en el escritorio pero ninguno funciona bien.
  • Cada vez que pones en marcha la lavadora se cae la perilla.
  • Perdiste la funda de las gafas, y cada vez que te las quitas tienes que andar buscando un sitio para guardarlas sin dañarlas

¿Te suena? Son tonterías, pequeñas cosas, que nos molestan un montón cuando tropezamos con ellas, pero que seguimos sin solucionar.

En otras palabras, son puntos de fricción. Son piedras en el camino. En vez de Avia Pervia, provocan justo lo contrario: que un camino fácil se haga difícil de recorrer.

¿Cómo podemos lograr el Avia Pervia?

¿Cómo se soluciona esto?

Una vez más, me gustaría contarte como lo haríamos con el método C.A.R.

  1. En el momento en que te encuentras con ese punto de fricción, lo capturas (yo uso Google Keep para esto; normalmente grabo una nota de voz).
  2. Al recuperar esa nota en tu análisis, dedicas un par de minutos a pensar cómo vas a eliminar ese problema. Si das con la solución, simplemente bloqueas un tiempo para llevarla a la práctica.
  3. Cuando llegue ese día y hora que has programado, eliminas el problema y listo.

¿Y si no encuentro la solución en un par de minutos? No pasa nada. Bloquea un tiempo más largo para investigar y pensar en la solución ideal. Una vez la tengas, toma nota, y vuelve a seguir los pasos 1-3.


Resumiendo

La vida está llena de dificultades como para que encima nos pongamos trabas en cosas cotidianas. Por eso merece la pena dedicar algo de tiempo a planificar cómo vas a despejar el camino. La sensación que vas a tener cuando vuelvas a realizar ese proceso (usar la aspiradora, abrir la puerta de la calle, o usar uno de tus bolis) y ver que todo funciona, es increíble. Así que ponte con ello, y… ¡Avia pervia!

*Imagen de cabecera: Tomasz Hanarz en Pixabay

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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?