Ponte unos ojos distintos

Un ojo color azul de una niña

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Seguramente ya sabes que la vida no es como es, sino cómo la vemos. De hecho, ante una misma situación, diferentes personas ven diferentes cosas. ¿Te has parado a pensar cómo se enriquecería tu vida si pudieras verla desde distintas ópticas? Pues vamos a intentarlo.

En particular, vamos a ver 3 tipos de ojos, los de un inmigrante, los de un turista, y los de un niño. Además, veremos unos ojos que no queremos ponernos nunca.

Obviamente, no vamos a hablar aquí de oftalmología. No se trata de cambiar los globos oculares, sino de usar la empatía, y ver las cosas desde distintos puntos de vista. ¡Vamos allá!

Mira la vida con los ojos de un inmigrante

Antes de nada, aclarar que no quiero usar la palabra “inmigrante” de forma despectiva. De hecho, no estoy muy seguro de cuál es la palabra correcta, si migrante, emigrante, o inmigrante. Supongo que los matices dependen de dónde vienes o a dónde te diriges.

Además, soy de los que piensan eso de que todos somos ciudadanos del mundo.

Aún así, lo cierto es que la persona que sale de su país, dejando atrás su infancia y a su familia, y va a un lugar nuevo para él, suele buscar mejorar su vida.

Sea que su objetivo esté en mejorar sus condiciones, procurar un futuro mejor, o huir de un conflicto, al llegar a su nuevo hogar se encuentran que todo está hecho, que el “chiringuito está montado”.

La gente tiene sus trabajos, sus estudios, y hay poco espacio para el que viene de afuera.

Es por eso que la visión de un inmigrante suele estar especializada en encontrar oportunidades.

A veces, encuentran formas de ganarse la vida tremendamente ingeniosas. Su capacidad de encontrar huecos en el sistema, así como su resistencia y adaptabilidad a entornos complicados, es impresionante.

Un inmigrante no suele perder su tiempo quejándose por las injusticias (probablemente en su país de origen había cosas peores). Simplemente se dedica a ganarse el sustento lo antes posible.

¿Qué podemos aprender de “los ojos de un inmigrante”?

  • No perdamos tiempo en criticar lo que no podemos solucionar.
  • No nos quejemos demasiado. Hay muchas personas en peor situación que la nuestra.
  • Seamos agradecidos.
  • No le tengamos miedo al trabajo duro. Aunque lo ideal es el trabajo inteligente, ser industrioso siempre es una ventaja.
  • Veamos los problemas como oportunidades para dar soluciones.
  • Usemos el ingenio y la creatividad.
Mira la vida con los ojos de un inmigrante, que ve oportunidades en donde tú solo ves problemas ~ EfectiVida Clic para tuitear

Mira la vida con los ojos de un turista

Un turista no va en busca de oportunidades, sino de disfrute y belleza.

Como seguramente sabes, vivo en las Islas Canarias, en España. Es un destino muy turístico, y sobre todo en la zona sur de la isla, encuentras un montón de “guiris”.

Observarlos es todo un espectáculo. Su forma de vestir y de comportarse es digna de estudio.

Algo que siempre me llamó la atención es ver a una pareja de turistas fotografiando un arbusto en mitad de la nada, mientras sonríen y hablan entre ellos alabando las virtudes de su “descubrimiento”.

Arbusto al que yo no daría ni un minuto de tiempo de admiración. No solo porque no me parece bonito, sino porque ya lo he visto muchas veces. Además, conozco mejores sitios que ese arbusto.

Es un ejemplo, pero creo que me entiendes.

El caso es que, cuando soy yo el que salgo de vacaciones a un sitio nuevo para mí, a veces me sorprendo disfrutando de un arbusto.

¿Por qué? Porque cuando uno está en plan turista, busca cosas para disfrutar. Se deleita en lo que no conoce. Además, como va sin prisa, dedica tiempo a la observación, y encuentra la belleza en lo cotidiano para otros.

¿Cómo podemos ponernos los ojos de un turista?

  • Observa con calma y sin prisa lugares y objetos cotidianos. Mira los matices y los cambios que se van dando con el tiempo.
  • Busca información sobre la fauna y la flora local. Muchas veces, conocemos muy poco sobre la naturaleza que nos rodea.
  • Haz turismo en tu propia tierra. A veces, sin alejarte mucho, incluso en tu propio vecindario, puedes encontrar lugares maravillosos.
  • En general, intenta buscar lo bonito en lo demás, pero sobre todo, en los demás.
Ponte los ojos de un turista, que ve belleza donde tú solo ves lo cotidiano. ~ EfectiVida Clic para tuitear

Mira la vida con los ojos de un niño

Los niños nos enseñan mucho sobre la creatividad. Los niños saben cómo divertirse. Sobre todo cuando se juntan. Es increíble la energía que desprenden, y la alegría desbordante con la que nos contagian.

Desgraciadamente, coartamos su creatividad con dispositivos electrónicos y con métodos de estudio obsoletos, además de crianzas limitantes.

A veces parece que tenemos prisa por que los niños se conviertan en adultos, y es una pena, porque la niñez es una etapa muy bonita, salvo excepciones.

Los niños no tienen prejuicios, son nobles, y simplemente quieren jugar.

¿Cómo podemos volver a ser niños y ver la vida con sus ojos?

  • Dedica tiempo a jugar y a divertirte
  • No pienses demasiado las cosas poco importantes. Relájate y disfruta.
  • Limita el uso de dispositivos electrónicos e intenta usar juegos manuales, como una cometa, una peonza, las canicas, las cartas, o las chapas. (¡Qué recuerdos!)
  • Juega con tus hijos. A veces nos viene bien una sesión de cosquillas.
  • Ilusiónate con las cosas pequeñas. Un proyecto, una meta sencilla. Disfruta del proceso.
Mira la vida con los ojos de un niño, que ve diversión y alegría, donde tú solo ves aburrimiento. Clic para tuitear

No te pongas estos ojos nunca

Hay un par de ojos que no queremos ponernos nunca. Son los ojos que solo ven la apariencia. Sí, esos ojos que se fijan en lo exterior, en lo artificial, que juzgan sin saber.

Son unos ojos que van con prisa, y que no paran su mirada en nada. Son unos ojos miopes, que necesitan corrección, que están cansados.

Ponte los ojos que quieras, pero por favor, estos no.

Cambia de ojos de vez en cuando

¿Qué te parecería cambiar de ojos de vez en cuando, adaptándote a las circunstancias?

Te propongo una idea. Seguramente sabes que la mayoría de los días del calendario están tematizados. El día de la infancia, el día de la salud, el día de … bla bla bla. Pues bien… ¿por qué no no tematizamos nosotros nuestros días?

Podríamos ponernos los lunes como el día ver la vida con de los ojos de un niño. Los martes, con los del inmigrante, y así sucesivamente.

Las apariencias engañan (Blog de JJZaratruciano)

Ponte unos ojos distintos, y verás que hay más vidas ahí fuera. ~ EfectiVida Clic para tuitear

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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?