Dicen que para un hombre que no sabe cuál es su destino, cualquier viento es bueno. Lo cierto es que la mayoría de las personas tienen deseos, y por eso, se ponen objetivos, metas o propósitos. Mucha gente, por ejemplo, se propone objetivos de año nuevo. Sin embargo, la mayoría de los objetivos que nos ponemos se quedan en nada. ¿Cómo ponerse objetivos de forma inteligente y efectiva? El criterio SMART (en realidad es un acrónimo: S.M.A.R.T.) puede ayudarnos. ¿Lo vemos?
Deshechos
Un desecho es algo inútil, un trasto viejo acumulando polvo. Es un resto de algo que, quizá en su día tuvo valor, pero que ya no sirve para nada. Es basura que acaso se pueda reciclar; un residuo inerte de algo que no cumplió su finalidad. Una elección; alguien se decidió por una opción mejor.
Un deseo es vida, es interés, es objetivos, metas. Es un pájaro volando que quiere posarse, y dejarse poseer. Un deseo son ganas de cambiar, ganas de progresar. Es la razón para luchar, la razón para continuar. Un deseo es imaginar un mundo mejor.
Pues bien, déjame que te diga algo:
Un deseo sin hechos se convierte en un desecho.
Y, desgraciadamente, esto es lo que ocurre con la mayoría de nuestros deseos: se pierden en el camino. Por eso, muchos expertos han buscado métodos para planificar correctamente nuestros objetivos. Uno de estos sistemas es el llamado “criterio SMART”, o “método S.M.A.R.T.”.
Origen del criterio SMART
La palabra SMART significa en inglés «inteligente», y también se ha hecho famosa por una marca de automóviles enfocados al uso urbano, creada entre las empresas Swatch y Mercedes-Benz. Pero no vamos a hablar aquí ni de «espabilaos» ni de coches «pequeños pero caros».
Según parece, el concepto SMART fue descrito por primera vez en 1981, por George T. Duran, Director de Planeación para la Compañía de Agua de Washington.
Posteriormente, son muchos los autores que se han hecho eco de este método o sistema, como Duncan Haughey, que lo definió en el artículo “A brief history of SMART goals”.
También hay numerosos libros y blogs que han tratado este tema, con más o menos diferentes matices.
¿Qué es un objetivo SMART?
SMART es un acrónimo en el que cada letra nos da un requisito para que un objetivo sea lo más efectivo posible.
Como seguro sabrás, un acrónimo sirve como regla mnemotécnica y ayuda a memorizar. Para los hispano-hablantes, este acrónimo no ayuda tanto, ya que las siglas son en inglés.
Además, hay diferentes variaciones -según el autor de turno- a las palabras correspondientes en inglés, así como sus traducciones. De todas formas, esto no es importante. Lo que nos interesa saber, sobre todo, es el concepto y cómo llevarlo a la práctica.
Vamos a ver cada una de las letras y cómo podemos aplicarlo:
S: Specific (Específico)
Dicen que quien apunta a la nada, acierta siempre. Pero no es eso lo que queremos al ponernos metas, ¿verdad?
Para que un objetivo se cumpla es necesario definirlo. No es solo ponerle título y saber el tema (de qué va la cosa), sino especificar exactamente qué es lo que se quiere lograr.
Un ejemplo sencillo es bajar de peso. Ok, quieres bajar de peso, pero, ¿cuánto peso? ¿en cuánto tiempo?
Las preguntas clave aquí son ¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
En el caso de que el objetivo dependa de más personas aparte de ti, habría que añadir la pregunta: ¿Quién? y ¿A quién?
Establecer metas es el primer paso para volver lo invisible en visible. – Anthony Robbins Clic para tuitearM: Measurable (Medible)
Durante el período de tiempo que se establezca, hay que hacer un seguimiento para establecer de manera objetiva si estamos cumpliendo nuestro objetivo. Y para eso, hará falta medir.
En el ejemplo anterior de bajar de peso, si hemos dicho que queremos reducir nuestro peso en 20kgs en un mes, deberemos comprobar semanal o diariamente si lo estamos logrando.
Para eso será necesario usar una métrica (en este caso, los kilos), y también un medidor (una báscula). Cuidado con la herramienta que usemos para medir, pues esta debe ser exacta, ya que una medida incorrecta podría animarnos o desanimarnos y echar por tierra el trabajo realizado. Además, si no medimos correctamente, no podremos realizar ajustes para lograr el objetivo.
Más vale medir y remedir, que cortar y arrepentir. Clic para tuitearHablando de mediciones, en EfectiVida, hemos desarrollado una fórmula que te ayudará a saber si un objetivo es realmente eficiente y eficaz, y sobre todo, si te hace feliz. Te animo a echarle un vistazo:
A: Attainable (Alcanzable)
Una variación de la palabra correspondiente a la A, sería Achievable, que significa realizable. En este caso la A coincide mejor en español, y facilita memorizar la regla.
Es necesaria una reflexión sincera y honesta con uno mismo para decidir si el objetivo es algo posible, o bien, una verdadera tontería. No es fácil llegar a conclusiones objetivas por uno mismo, así que aquí podría venir bien una ayudita externa.
Busca información al respecto, que sea de calidad, por supuesto. Consulta a personas que se hayan puesto metas similares. Pregunta a tus amigos o familiares sobre el tema. Pero no caigas en el error de dejarte llevar por opiniones subjetivas e infundadas. Lo que tienes que localizar son datos. ¿En cuánto tiempo lo consiguió otra persona? ¿Cuánto esfuerzo le supuso? ¿Estoy yo dispuesto a lo mismo? Etc.
Siguiendo con el mismo ejemplo, bajar de peso probablemente sea alcanzable en la mayoría de los casos. Sin embargo, si pretendes imitar lo que sale por la tv, y te dejas llevar por las recetas estrella de internet y por las noticias engañosas sobre el tema, te vas a llevar una desilusión.
Una meta no siempre está hecha para ser alcanzada, muchas veces sirve como algo a lo que apuntar. – Bruce Lee. Clic para tuitearR: Result-oriented (Orientado a resultados)
Una variación interesante de la letra R es Realistic, con una traducción sencilla: realista. Sin embargo, parece mezclarse un poco con el punto anterior, y quizá no defina correctamente esta parte del criterio SMART.
Otra opción que me gusta más es Relevante, pero creo que tampoco explica bien el concepto. Por eso he puesto en el subtítulo: Orientado a resultados. Es decir, establecer el objetivo de forma positiva y relacionándolo con tus propósitos de vida.
Al proponerse un objetivo, es importante establecer el qué y el por qué. La mayoría de la gente se salta estas dos preguntas y va directamente al cómo. Sin embargo, de todos los factores envueltos, quizá el por qué sea el más importante.
Sigamos con el mismo ejemplo. Quieres bajar de peso. ¿Por qué? ¿Es una cuestión de salud? ¿Es por estética? ¿Tienes algún otro objetivo que requiere que hagas el esfuerzo de bajar de peso, como correr una maratón o que te den un papel en una película? El objetivo debe estar orientado a ese por qué. «Quiero bajar de peso porque quiero cuidar mi salud».
Es importante resaltar el resultado en positivo. Hablamos aquí hace poco de la influencia que tiene la palabra «no» en nuestro cerebro en un capítulo del podcast, titulado «No pienses en un oso blanco«. La cuestión es que decir «quiero bajar de peso para no asfixiarme» no es lo mismo que decir «quiero bajar de peso para mejorar mi respiración».
Parece una tontería, pero está comprobado que proponer un objetivo en positivo ayuda a que se logre.
No puedes vivir una vida positiva con una mente negativa. Clic para tuitearT: Time-limited (Fecha límite de ejecución)
Aquí también encontramos una variación: Time-bound. Significa limitado en el tiempo. Creo, de todas formas, que la t es sencilla de recordar: TIEMPO
Un objetivo debe tener una fecha límite. Este punto es fundamental, porque si no hay fecha límite, no importa si se ha hecho o no, y por lo tanto, nuestro cerebro entenderá que no hace falta esforzarse por lograr nada.
Probablemente el no poner una fecha límite sea una de las razones por las que los objetivos de año nuevo se quedan en sueños.
Por otro lado, aunque sea obvio, es importante establecer también una fecha de inicio. Es posible que tu proyecto no dependa solo de ti, o que necesites adquirir herramientas o habilidades antes de comenzar.
En el ejemplo de bajar de peso, quizá tengas pensado acudir a un gimnasio. Aunque te pongas fecha límite, no te servirá de nada si no te planificas antes para decidir a qué gimnasio irás, qué ropa comprarás, etc.
Un objetivo es un sueño con fecha límite. – Harvey Mackay Clic para tuitearMétodo SMARTER (Variación del criterio SMART)
Más recientemente, algunos han añadido otras dos letras al criterio SMART. Para simplificar, diré la definición en español.
La E de Evaluado quiere decir hasta qué grado se ha cumplido el objetivo. Y la R de Revisado, que conlleva realizar los ajustes necesarios.
Hay otro acrónimo que encaja aquí, y que puede resultar útil recordar: KISS. Kepp It Simple, Stupid (Mantenlo simple, estúpido).
No me gusta complicar demasiado las cosas, así que hablaremos solo de las 5 letras origniales.
Resumen del acrónimo SMART:
Después de ver las diferentes variaciones en las letras, correspondencias en inglés y traducciones varias, me quedo con una. No sé si te servirá a ti, pero al menos, te doy una idea sencilla:
S: eSpecífico
M: Medible
A: Alcanzable
R: Resolutivo
T: Temporal
Personalmente, cambiaría el orden de los factores. Creo que lo primero es la S, de especificar, segundo, la A para ver si es alcanzable, y si no, redefinir. Tercero, la R, ponerla en positivo, si todavía no estaba. Después vendría la T de los plazos de tiempo, y finalmente, la M, para establecer puntos de medición.
Quedaría algo así como «SARTM», lo cual no ayuda mucho a recordarlo. Mejor lo dejamos como está, que al final, el orden no altera el resultado. Quizá tengas que ir para adelante y para atrás, como en la canción («un pasito pa’lante María… un pasito pa’trás), pero tampoco es grave.
Ejemplos prácticos de objetivos usando el criterio SMART
Vamos a transformar el ejemplo que hemos usado hasta ahora para ver cómo aplicar el criterio SMART.
Ejemplo de un objetivo que no cumple el criterio SMART:
Partimos de la base de un deseo: «quiero bajar de peso». No contamos con nada más, salvo esa idea en la cabeza.
- Paso 1 (S- Específico): ¿Es específico? NO. No se ha definido cuánto peso, cómo se va a lograr, en cuánto tiempo.
- Paso 2 (Medible): ¿Es medible? SI Y NO. Al no saber cuánto pesas actualmente, tampoco puedes medir mucho, aunque te peses todos los días.
- Paso 3 (Alcanzable): NO SE SABE, PERO MÁS BIEN NO. Como no sabemos ni cuánto pesas, ni cuánto quieres bajar, ni hay plazos de ejecución, es alcanzable siempre que bajes de peso un poco, pero probablemente no llegarás al resultado que te imaginas en tu cabeza, así que más bien, no.
- Paso 4 (Orientado a resultados): SÍ. No hemos dicho: «no quiero estar tan gordo», lo cual es una expresión muy negativa. Bajar de peso suena mejor, aunque aquí entramos en terrenos un poco más relativos.
- Paso 5 (Fecha límite): NO. Evidentemente, no hay ninguna fecha, así que este paso está claro.
Ejemplo de un objetivo que sí cumple el criterio SMART:
Tenemos el mismo deseo, pero ahora lo definimos de otra manera:
«Actualmente peso 100 kgs. Quiero encontrarme mejor, más sano, y por eso, voy a bajar 24 kgs en tres meses (he consultado con mi médico, he leído un par de blogs, y he hecho consultas a mi primo el del pueblo que tenía sobrepeso y ahora corre maratones). Cada semana me pesaré para comprobar que he bajado 2 kgs. Y cada mes comprobaré que he bajado 8 kgs. Para lograrlo, voy a correr por mi barrio todos los días, a las 7 de la mañana, 30 minutos. Ya he comprado la ropa y he configurado la alarma para las 6:30. Empiezo el lunes día 1 de marzo».
- Paso 1 (S- Específico): ¿Es específico? SÍ. Se ha definido el qué, el por qué, el cuándo, el cómo, y hasta el donde. ¡Perfecto!
- Paso 2 (Medible): ¿Es medible? SÍ. Cada semana hay puntos de medición. Se podría definir más, y especificar qué día de la semana y a qué hora nos pesaremos, pero no está mal. Además, si te fijas, en tres meses, comenzando desde marzo, hay más de doce semanas, así que, sin querer, nos hemos dado un pequeño margen.
- Paso 3 (Alcanzable): SÍ. Bajar 50 kgs en un mes es alcanzable, pero solo en casos muy extremos, y en los sueños, claro está. Pero bajar 24 kgs en tres meses es, probablemente, algo factible, sobre todo si se potencia el objetivo con una alimentación sana y equilibrada. Muy bien, vamos fenomenal.
- Paso 4 (Orientado a resultados): SÍ. El resultado es claramente positivo. Fíjate en las palabras «más», «más sano», «mejor», que tienen connotaciones claramente positivas. El porqué en este caso es ético, está orientado al interior, a sentimientos. ¡Genial! Lo estamos haciendo muy bien.
- Paso 5 (Fecha límite): Sí. No solo hay fecha límite, sino además, fecha de inicio. ¿Se puede pedir más?
Ventajas de usar el criterio SMART para alcanzar objetivos

Dime una cosa… ¿de las dos personas imaginarias de los ejemplos de arriba? ¿cuál crees que logrará su objetivo de bajar de peso?
Por supuesto, entramos aquí en terrenos escabrosos, pues, en muchos casos, los objetivos no se logran porque en realidad, no se desean lo suficiente. Pero de eso, ya hablamos en otra entrada: La fuerza de no voluntad.
Como ves, el criterio SMART es muy sencillo de entender y de memorizar. Y es esto, precisamente, lo que lo hace útil para proyectos de envergadura, como un proyecto de empresa, y, al mismo tiempo, para un mini-objetivo casero.
He intentado explicar el criterio de forma sencilla y entendible, pues no es el objetivo de EfectiVida mejorar mega-proyectos empresariales, sino más bien, objetivos personales. Si quieres más información, te recomiendo el libro Los criterios SMART: El método para fijar objetivos con éxito.
Un buen ejercicio es pensar en alguno de tus objetivos (o deseos) actuales. Intenta ver si encaja en los criterios SMART. Probablemente verás que hay cosas que faltaban por hacer, ¿verdad?
A partir de ahora, cuando pienses en un «me gustaría», sé inteligente, e intenta convertirlo en un objetivo SMART.
No te pongas demasiados objetivos
Por último, una advertencia necesaria.
Aunque los criterios SMART hacen posible que los objetivos se cumplan, hay que tener en cuenta la cuestión del enfoque. Me gusta mucho una anécdota que cuentan al respecto.
Cuentan que el millonario Warren Buffett aconsejó a un piloto de su avión privado para que conseguiera sus metas.
Primero le pidió que elaborara una lista con las 25 cosas que más deseaba. Una vez hecha, le dijo que marcara las 5 cosas más importantes.
Finalmente, Warren le dijo a su piloto que se enfocara en esas 5 cosas, y que evitara a toda costa las otras 20, pues esas le restarían energías para conseguir las 5 principales.
No sé si la historia está o no edulcorada, ni si la lista debería tener 5, 7 o 3 objetivos, pero lo que sí sé es que si deseas lograr algo, tendrás que decir que no a cosas que también te gustan.
¿Qué te parece? ¿Crees que los criterios SMART son realmente efectivos? ¿Lo has podido probar? ¡Cuéntanoslo!