El mundo de la efectividad personal es atrayente.
A medida que uno aprende cómo gestionar su enfoque, cómo planificar… uff! qué sensación de control, ¿verdad? ¿Y qué me dices de esos trucos que te dan hipervelocidad, como si apretaras un botón de “turbo”?
Pero, cuidado. La efectividad requiere no olvidar las cosas importantes de la vida. Y procesar tu correo electrónico como un profesional no es lo MÁS importante. Tampoco lo es tener un timeblocking perfecto, lleno de actividades, ni saberte todos los atajos de teclado del excel sin que tu mentón baje ni un milímetro.
Todo eso son medios para un objetivo. ¿Y cuál sí es un objetivo importante?
Seguro que concordarás conmigo es que algo importante es ser una persona espiritual, que hace cosas por los demás, alguien que ama a su familia y lo demuestra con su tiempo.
Algunas personas se “esconden” detrás de su correo o de su agenda repleta de actividades. Son unos cracks en productividad, pero si un robot supiera hacer su trabajo, prescindirían de ellos. Por triste que parezca, hay quien usa la productividad como refugio de su vida personal.
Por eso, una vez más, busca la efectividad, pero hazlo… sin olvidar las cosas importantes de la vida.