No leeré más libros

La cantidad de libros es enorme

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Desde muy pequeño, me gustó leer libros. Y, a fecha de hoy, me sigue fascinando la lectura. Ya casi no leo novelas, sino más bien literatura práctica. Sin embargo, desde hace algún tiempo me ronda una idea loca: no leer más libros. ¿Qué argumentos puedo esgrimir para una idea tan radical? Deja que me explique.

Por cierto, antes de comenzar con los argumentos que me llevan a esta reflexión, te comparto una encuesta que hice en Twitter.

No es el método más eficaz para aprender

Uno de los artículos de esta web se tituló “Cómo mantener la atención de los demás”. Algo que cada día es más evidente es que la capacidad de atención del ser humano es limitada. Y no hablemos de la capacidad de retención. En esta entrada, incluí una infografía sobre cómo aprendemos. La tienes debajo de este párrafo:

Diferentes formas de aprender y retener información

La cuestión es que la lectura no es el medio más eficaz de aprendizaje, sino al contrario, si lo comparamos con escuchar un audio o ver un video. Yo quiero aprovechar mi tiempo al máximo, y este dato me llevó a pensar si la lectura de libros cumplía este requerimiento.

Y, hablando de otras formas de aprender, tienes resúmenes de libros en formato Podcast, como los de Libros para emprendedores. El autor te explica con todo lujo de detalles lo mejor de un libro, en más o menos una hora. ¿Que lo quieres más corto y en vez de audio, en video? Mira el canal de Youtube «Libros animados». Cada video dura menos de diez minutos.

Claro, teniendo estas opciones, uno se plantea hasta qué punto es eficiente leer libros.

Lectura orgánica

Otro punto de inflexión fue el artículo “Lectura lineal o lectura orgánica”.

Basicamente, la diferencia entre lectura lineal y lectura orgánica es que, en la segunda, no tienes porqué leer un libro de principio a fin. Puedes escoger porciones que te interesen, o simplemente dejarlo sin terminar.

Y, nuevamente, la idea de que pueda resultar más práctico no leer libros al completo, me hizo pensar. Al fin y al cabo, leer un libro entero consume mucho tiempo, y… ¿cuánta información de valor nos ha dado? ¿Cuál ha sido el coste de oportunidad?

Los libros largos, cuando se leen, son normalmente sobrevalorados, porque el lector quiere convencer a los demás y a sí mismo de que no ha perdido el tiempo. – E. M. Forster Clic para tuitear

La ayuda de Google

Otros dos artículos más, y sus correspondientes investigaciones, me dieron alguna razón más para plantearme el tiempo que dedico a leer libros. Uno fue “El efecto Google”, en el que explicaba cómo la gente ya no guarda información, al resultar mucho más fácil encontrar lo que quieres en el buscador.

Y es que puedes encontrar respuestas a prácticamente cualquier pregunta que te hagas. Además, tienes cursos e información gratuita de la temática que quieras.

Los excesos de la literatura

El otro artículo se tituló “Cómo encontrar información de calidad sin morir en el intento”. Aquí ya me solté un poco más y expresaba directamente la idea de que, muchas veces, los autores de libros escriben para vender, y no tanto para informarnos.

La cantidad de libros disponibles es abrumadora. Tanto es así que se habla recurrentemente de infoxicación. Tenemos mucha información, pero también mucha basura.

Lee los buenos libros primero. Lo más seguro es que no alcances a leerlos todos. – Henry David Thoreau Clic para tuitear

Un ejemplo del exceso de publicaciones son las continuaciones de libros ampliando un tema, tema que ya había sido tratado en el libro anterior, y que probablemente no necesitaba una secuela.

¿Y qué me dices de esos “tochos” de 600 páginas que podrían decir lo mismo en 50?

El sesgo del autor

La estocada final me la dio recientemente un artículo del blog de Enrique Dans con el título: “El obsoleto y dañino libro de texto”. Por cierto, blog que recomiendo sin dudar; no deja a nadie indiferente. Una de las frases que usó, y cito textualmente fue:

…Hay más razones para renegar de los libros de texto, a las que he aludido en artículos anteriores: condicionan tanto a alumno como a profesor a recurrir a una fuente única de conocimiento, con todo lo que ello conlleva. En el mundo actual, el conocimiento nunca está en un único sitio, y el aprendizaje debe reforzar esa idea y ocuparse de educar el pensamiento crítico que ayuda a entender qué fuente de información es mejor en cada caso.

El pensamiento que se me vino a la cabeza fue: “¿Y no se debería considerar un libro como una fuente sesgada de información?”. Al fin y al cabo, y por muchos estudios y expertos que se citen, ¿no es la opinión de una sola persona?

Una buena novela te dice la verdad sobre su héroe. Una mala novela te dice la verdad sobre su autor. – G.K. Chersterson Clic para tuitear

El ego del lector

Otro problema cada vez más inquietante es la cantidad de personas que se enorgullecen de leer un libro cada tanto tiempo. Algunos adquieren hábitos de lectura verdaderamente impresionantes.

En determinados círculos, no eres nadie si no has leído tal o cual libro. Pero la pregunta que me hago es: “¿De verdad tienen esas personas que leen tanto la capacidad de digerir ese contenido y aplicarlo?”. Sinceramente, a menos que hayan aprendido a congelar el tiempo, creo que no.

Por desgracia, leer muchos libros se ha convertido en una métrica vacía más.

Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos. – Sir Francis Bacon Clic para tuitear

¿De verdad merece la pena leer libros?

📖 ¿Te gustaría leer más rápido y retener la información por más tiempo? Si eres de los que disfrutan leyendo, y te gustaría hacerlo mejor, échale un ojo al curso de lectura rápida y comprensiva que tenemos en la academia.

No me arrepiento de los libros que he leído hasta la fecha. Volvería a hacerlo, y creo que hay muchos libros realmente útiles. Ahora bien, llegado un punto en la vida, si te interesas por una temática concreta, como la efectividad, muchas cosas te empiezan a sonar a lo mismo. En mi caso, además, me suena la «matraquilla» de la pérdida de tiempo.

La idea que intento transmitir no tiene nada que ver con dejar de leer. Ahora mismo estoy suscrito mediante Feedly a bastantes blogs, y todas las semanas busco información para mis artículos. La cuestión es que el mundo va cambiando, y la manera de aprender y los canales y herramientas disponibles también.

¿Será hora de dejar de leer libros como forma de aprendizaje?

¿Qué opinas tú? ¿Me estoy volviendo loco o crees que hay algo de sentido en todo esto? Te agradecería y me encantaría conocer tu opinión.

Coche enterrado en arenas movedizas
Reflexión

Arenas movedizas

Seguramente has visto en alguna peli, como el malo acaba cayendo en arenas movedizas, que, en cuestión de minutos, terminan engulléndolo. Como en muchas otras

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?