No se en qué momento la palabra “cuentista” paso a ser una especie de insulto. Lo cierto es que, durante toda la historia, la gente ha creado y escuchado cuentos. En muchas culturas, era normal que, después de cenar, alrededor de un buen fuego, se escucharan los cuentos de los más sabios del lugar. ¡Qué pena! Hay cosas que cambian, y no para bien. En aquellos mundos lejanos en el tiempo, la gente hacía algo más que escribir un cuento; lo memorizaban, lo transformaban, y lo pasaban de generación a generación.
Pues bien, en un alegato a favor de los cuentistas, me gustaría presentarles un pequeño cuento. Un relato corto escrito por Nuhaila, una niña de 8 años (en el momento en que lo redactó). Sí, se que aquí hablamos de efectividad. No te preocupes, después del micro-cuento, veremos qué tiene que ver escribir cuentos con la efectividad.
El cuento
Hubo una vez en la que una parte de España se partió. Nunca se supo hacia dónde se la llevó el mar, y lo peor es que ahí mismo es donde vivía una pareja.
Después de tres semanas la isla se quedó situada en un lugar, pero nadie sabe dónde exactamente. El hombre (que se llamaba Alex ) pensó en la suerte que tenía de al menos tener : su casa, comida, agua… hasta tenían un jardín.
La mujer (que se llamaba Laura) intentó centrarse en lo mismo que Alex. Entonces ya no les faltó nada más. Todo era paz, tranquilidad…
Tuvieron comida hasta que, después de años se quedaron sin nada, así que Alex se tuvo que ir a buscar ayuda con una barca que construyó con madera.
Él tardó mucho en llegar. Y Laura, preocupada tuvo que aguantar un tiempo sin saber dónde estaba.
Después, en la tarde, llegó un barco a la isla. Laura pensó que era Alex, pero cuando se fijó bien había una tripulación. Dijeron que la isla era bonita y buena para crear un hotel, y ganar mucho dinero, así que empezaron a construir un hotel lujoso.
Justo cuando se empezó a hacer el hotel de lujo es cuando se dieron cuenta de que había una casa. Se hicieron los locos, pues no querían perderse el dinero que podía valer ese hotel, así que siguieron construyéndolo. A Laura le extrañó que no se dieran cuenta de que ella estaba allí, así que fue a hablar con ellos.
Ellos se rieron de ella, hasta que vino una barca. Sólo se veía a dos hombres. La barca se fue acercando poco a poco, y… ¡ ERA ALEX ! Venía diciendo que había contratado a un barco con alguien muy humilde que todos los meses iría para darles comida.
Aunque la tripulación del barco grande se siguió burlando, el hombre humilde de la barca (que se llamaba Felipe), como tenía móvil, llamó a la policía para que no dejaran que construyeran el hotel. Todo salió en las revistas: los tripulantes fueron a la cárcel, los turistas iban a pasar un rato a la isla, y que Alex y Laura vivieron tranquilos y felices. Y le eligieron el nombre a la isla, que se llamó : TALÍ.
FIN
¿Ganaremos el Nobel?
¿Qué te ha parecido? Más allá de si Nuhaila ganará el Nobel, vamos a intentar extraer lecciones prácticas de esto de escribir un cuento.
Lo primero de todo son las sensaciones del escritor. Y da igual que sea un micro cuento o una novela. Cuando uno escribe se siente bien. Y esta es una primera lección: escribir nos hace más felices. Precisamente hablamos de este tema en la entrada anterior: El proceso MPS de la ciencia de la felicidad.
Escribir un cuento es crear
Esta es otra lección importante: escribir es crear. Más que eso. Es transformar ideas e imágenes abstractas en letras; letras y palabras que pueden ser leídas por otros. El lector, entonces, hará el proceso inverso: transformará esos dibujos que llamamos letras en imágenes mentales. No siempre llegará a las mismas conclusiones que el escritor. Dependerá de sus propias vivencias, cultura y estado de ánimo, entre otras cosas. Y esa es la magia de la lectura. Está íntimamente ligada a la creatividad. No sucede lo mismo cuando vemos una película. Ya nos dan las imágenes, el sonido… no hay que crear nada.
Por eso, aquí viene el segundo Tip o consejo de efectividad: Busca tiempo para leer todos los días. Y cuando leas, imagina, huele, siente todo lo que puedas. Intenta también usar técnicas de lectura efectiva. Aquí te dejo un par de enlaces dónde hablamos del tema:
Lectura comprensiva : la cebolla y la técnica en ese
Cómo recordar TODO lo que lees
Y añadido a este, el tercer Tip de efectividad: busca tiempo para escribir todos los días. Y cuando escribas, imagina, huele, siente todo lo que puedas. Así podrás traducirlo en texto.
Te vendrá bien bloquear tiempo para estas actividades, pues son esenciales.
Puede que, en apariencia, escribir y leer no tenga que ver con la efectividad. Pero no te confundas. Tiene que ver totalmente. No conozco a nadie que sea efectivo que no escriba o lea. Y no me refiero a saber leer y escribir, sino a practicarlo. Es esencial para aprender, para aumentar la imaginación, etc.
La diferencia de los filtros al hablar y al escribir
Hay algo muy positivo en escribir. Cuando tu hablas, no hay filtros. Si te fijas en alguien que esté hablando y haciendo ademanes, verás que los ademanes van unos milisegundos antes que las palabras correspondientes. Es un buen truco para saber si alguien miente. ¿Por qué sucede esto? Pues porque el cerebro piensa, y a continuación, transmite. Y ese proceso es un poco más rápido para los gestos que para articular sonidos. Aún así, es un tiempo muy breve. Piensas, y hablas. Esta es la razón de por qué es mejor tener un freno entre el cerebro y la lengua, en vez de un acelerador.
Sin embargo, cuando uno escribe, hay un montón de filtros. No es lo primero que te pasa por la cabeza. Normalmente, hay correcciones, borras y vuelves a escribir. Lo repasas, y vuelves a cambiar algo. Escribir un cuento, o un artículo, es un proceso más elaborado.
Por eso, leer un libro de alguien famoso, o un libro de cultura, es extraer lo mejor de una persona. Sobre todo, esto se da en las autobiografías. ¿Y qué más efectivo que eso para aprender?
Este sería el cuarto tip de efectividad: si quieres aprender de alguien, lee sus libros. Será una mentoría personalizada, casi como si estuvieras con la persona, incluso mejor, porque recogerás lo mejor de su historia.
Aprender de uno mismo al escribir el cuento de tu vida
Escribir también sirve para aprender de uno mismo. Por ejemplo, en el cuento de antes… ¿No te llama la atención que una niña pequeña hable sobre cosas como un país que se separa? ¿O gente egoísta que no mira por el bien de los demás? ¿Y que hay de su confianza en que las cosas se pueden solucionar? Es poco probable que, si preguntas a un niño, sea capaz de expresar este tipo de inquietudes, pero ahí están, plasmadas en un cuento.
Si tienes 8 minutos, te recomiendo ver una charla Tedx sobre la importancia de contar cuentos.
Por cierto, a mi, como padre, escuchar el cuento de Nuhaila me sirve para ver hasta qué punto las noticias afectan a nuestros pequeños. En cualquier película te ponen esto de “recomendado para mayores de __”. Creo que las noticias son para mayores de 18.
Por otro lado, escribir un cuento y escribir un diario se parece mucho. Sólo cambia que al escribir un diario, el cuento es tu propia vida. Y en eso consiste el poder de los diarios. Al obligarte a escribir qué ha sido de tu vida hoy, escribir las cosas que agradeces, y lo que no ha ido tan bien, vas a percibir tus sentimientos reales. Y esto te ayudará a corregir el rumbo y a tomar decisiones conscientes. ¿A que suena a efectividad? Pues este sería el quinto Tip de efectividad: escribe un diario.
Escribir un cuento para vender (storytelling)
✍ Si te interesa ganar dinero escribiendo, una opción interesante es crearte una cuenta en Publisuites. Desde esta plataforma, puedes ofrecer tus canales, como un blog o una cuenta de Twitter, y escribir para ofrecer servicios de terceros. También puedes trabajar como redactor de contenidos, cobrando por ello.
Quizá pienses que esto de contar cuentos no es para ti. Tu eres muy importante, a lo mejor ya tienes cierta edad y no estás para tonterías. Es posible que seas un hombre o mujer de negocios, o alguien que ya ha conseguido muchas cosas en la vida. Pues bien, ¡sorpresa! Tu, más que nadie, necesitas escribir un cuento.
Más allá de reforzar o recuperar la creatividad, resulta que hoy en día no llegarás muy lejos, si no usas una técnica llamada storytelling. Es un término moderno que se refiere al arte de contar historias. Cocacola lo hace muy bien desde hace años, por cierto. Ya sea que te enfrentes a una entrevista de trabajo, que tengas que realizar una presentación en el instituto, o que necesites vender un producto, si usas una historia, tus probabilidades de tener éxito se multiplicarán. O dicho de otro modo, y aquí va el Tip número seis: serás más efectivo en tus proyectos si cuentas un cuento.
Aquí te dejo una interesante infografía titulada: «Las 22 reglas de Pixar para contar una buena historia»:
Escribe un cuento (y que sea el tuyo)
Seguramente habrá muchas cosas más que se puedan extraer de lo positivo de escribir y de leer. Así que… ¿por qué no escribes algo? Puedes empezar por escribir un cuento corto. Nuhaila ya lo hizo. ¿Te animas? No importa si el cuento es bueno o no, lo que importa es que empieces ya.
Para terminar, me gustaría citar una frase de la película “La vida de Pi” (o del libro si lo prefieres). Es la siguiente:
“El mundo no es sólo como lo vemos sino también como lo entendemos, ¿no? Y al entender una cosa, le añadimos algo, ¿no?
¿Eso no convierte a la vida en un cuento?»
Así que al final, resulta que todos escribimos un cuento (nuestro cuento), y todos somos un poco cuentistas.