Confieso que esta es una reflexión que llevaba tiempo buscando. Es uno de esos pensamientos-problema en bucle que tienes sin resolver. Te cuento…
Creo sinceramente que ser más organizado te mejora la vida. Y lo creo porque lo compruebo cada día que pasa. No soy mejor que nadie. Tengo muchos defectos, y quizá por eso aprecio cada pequeña mejora que pueda percibir. Pero sobre todo, me da un inmenso placer ver que una técnica, un proceso, un método, ha funcionado y me ha hecho más fácil algo que por mí mismo, simplemente con esfuerzo, probablemente no conseguiría.
Y por eso me cuesta mucho trabajo que otras personas parezcan no querer esa mejora. Le doy vueltas y vueltas a la cabeza para poder comprender cuál es el click que hace que alguien se decida a invertir en su desarrollo personal. ¿Por qué hay personas que parecen querer seguir estancadas?
Y entonces llegó la inspiración:
La gente no quiere una broca de 0,5mm., lo que quiere es un agujero de 0,5mm.
La frase es se cita en el libro «Esto es marketing», de Seth Godin. Ha sido todo un acierto empezar a leer este libro. Tengo una carencia importante con el tema de las ventas. Siempre me ha parecido que vender te rebaja, que parece que estás pidiendo limosna. Este es el motivo de que fracasara hace años cuando intenté trabajar por mi cuenta con mi profesión, la electrónica. Los clientes estaban contentos con mi trabajo, pero no sabía cobrar.
Y lo mismo me ha pasado, en parte, con esta web. Empecé como un hobbie, sin pretensiones. Pero a raíz del confinamiento, comencé a ofrecer un curso de productividad con un método que había creado, en principio para mí, juntando todo lo que sabía sobre productividad. El problema es que no sabía ofrecerlo. Todavía tengo que aprender.
Pero esa frase… esa frase de la broca de 0,5mm. me ha hecho pensar en cómo funciona el cerebro de la mayoría. Es algo que no comprendo del todo porque siempre he sido muy racional. Intento comprar algo cuando lo necesito, y miro las características técnicas, la vida funcional…
Sin embargo, como explica el libro, se venden miles de todo-terrenos de miles de euros a personas que nunca transitarán fuera del asfalto. Los anuncios de coches no hablan del tipo de motor, ni del consumo medio, ni de la fiabilidad del servicio técnico. Atacan al corazón. Es la emoción (e-motion), y no la razón, la que nos mueve.
Y es que la gente no quiere una broca de 0,5mm. Lo que la persona que compra esa broca quiere es lo que va a lograr con el agujero: colgar un cuadro y sentir la paz que produce el orden o el buen gusto al mirarlo; lograr la admiración de sus hijos o pareja por un buen trabajo; sentirse realizada haciendo algo por ella misma… Lo que la persona compra no es una broca. Está comprando sentirse segura y respetada.
Por eso casi nadie quiere un curso de productividad personal. ¿Quién iba a querer pagar por algo que implica pasar un tiempo aprendiendo para modificar la manera que tenía de hacer las cosas?
Lo que la persona quiere es mostrar con orgullo su pantalla del móvil con su bandeja de entrada del correo electrónico limpia; decidir qué va a hacer con su tiempo y qué no va a hacer; sentir el respeto de otros cuando dicen de ti: «no te preocupes, que esta persona no es como otros, ella no se olvida»; jugar con sus hijos con el móvil en silencio sabiendo que tiene todo controlado; responder, cuando te preguntan sobre una cita, que no te acuerdas, porque está todo en tu sistema; cumplir de una vez por todas con las prioridades que te marcaste hace años; vivir una vida sin estrés.
La gente no compra un curso de productividad personal. La gente compra sentirse segura y respetada.
Procuraré hacer llegar este mensaje lo mejor que sepa. ¡Nos seguimos viendo!