El nacimiento de un nuevo ser humano es todo un milagro. Desde el momento de la concepción hasta la primera respiración de un bebé, se producen un montón de maravillas. Si has podido vivirlo sabrás de lo que hablo. No hay palabras en el mundo que puedan expresar un nacimiento con claridad.
Un nacimiento es un proceso. Tiene un comienzo, y un final. Cuando una pareja decide tener un hijo, tiene en cuenta muchos factores, pero por mucha planificación que haya, nunca puede saber a ciencia cierta, lo que ocurrirá 9 meses después.
Sin ir más lejos, en estos días tan complicados, están naciendo niños cuyos padres jamás imaginaban lo que estarían viviendo. Por suerte, según parece, este virus no afecta de forma grave a los niños.
No… no me he vuelto loco y otra vez más, se me ha olvidado que este es un blog de efectividad. Todo lo contrario. Hoy te quiero hablar de otro nacimiento. Un nacimiento simbólico. Y también de las lecciones que voy aprendiendo en el camino. Por cierto, si tienes un poco de paciencia, al final del artículo te daré un regalo.
No te voy a hacer esperar más. Es un placer para mí, presentarte mi curso de productividad personal C.A.R. ¡Por fin ha nacido el chiquitín!
¿En qué consiste este curso? Resumiendo mucho, el método C.A.R. es un sistema integral de productividad. Digamos que traslada todo lo que haces en tu vida a un soporte digital. El método tiene en cuenta las capacidades comunes de todo ser humano, al mismo tiempo que permite las diferencias únicas de cada uno. Es un sistema flexible, pero efectivo. Simple, pero funcional. De todas formas, si quieres más información, puedes visitar la página de presentación del curso.
Cuando empecé el proyecto EfectiVida, no pensaba lanzar un curso, ni nada parecido. Simplemente comencé con un podcast. ¡Y fíjate lo que ha crecido! Ya desde hacía tiempo me rondaba por la cabeza paquetizar el método de productividad que yo uso, y ofrecerlo. Al mismo tiempo, quería darle seriedad al proyecto.
Pero nunca imaginé que fuese a lanzar el curso aprovechando un «parón» forzoso, provocado por una pandemia.
Primera lección: un nacimiento debería ser una buena noticia
Y aquí viene una lección interesante. Es cierto que hay situaciones muy complicadas, y que vivimos en un mundo que no es fácil. Aún así, un nacimiento siempre debería ser una dicha. Hasta en situaciones difíciles. Los padres que mencionaba al principio nunca olvidarán el momento en el que nacieron sus hijos. «La generación del coronavirus», les llaman ya algunos.
Desconozco lo que ocurrirá a partir de ahora, pero, al fin y al cabo, ¿podemos controlar si lloverá mañana? Así que, en vez de preocuparnos por lo que no sabemos, debemos responsabilizarnos de lo que sí podemos hacer, y continuar adelante con confianza y esperanza.
Volviendo al curso, para mí, el haber tenido tiempo disponible ha sido muy positivo. He adelantado tareas que me habrían costado meses de trabajo. He podido probar lo que sería una jornada de un trabajo distinto al habitual. ¿Me hubiera gustado presentar este curso en otras condiciones? Probablemente. Pero es un nacimiento, al fin y al cabo. Está hecho. Había un proceso detrás, y no tenía sentido anularlo o retrasarlo.
Por otro lado, quizá este era EL MOMENTO. Al fin y al cabo, es ahora cuando mucha gente tiene tiempo para hacer cursos online. Otros están viendo la necesidad de formarse, de ser más efectivos y productivos. En general, una lección de este confinamiento es que debemos saber aprovechar los medios tecnológicos. Así que quizá sea justo ahora cuando más se necesiten este tipo de productos…
Segunda lección: aprovecha el tiempo
En un artículo reciente, intenté reflexionar sobre el peligro de perder el tiempo, ahora que tenemos más que antes. El tiempo no vuelve, no se puede recuperar, y no va a parar por nadie.
En mi caso, todavía tengo mucho trabajo por hacer. Pero ahora que el curso está lanzado, puedo mirar con satisfacción los días anteriores, sabiendo que, al menos, se ha hecho algo productivo.
Precisamente, me gustaría compartirte una reflexión sobre esto de aprovechar el tiempo:
En estos tiempos de confinamiento, no te olvides de nutrir...
Tu mente, con conocimiento
Tu fuerza, con ejercicio
Tu organismo, con alimento
Tu corazón, con amor
Tu espiritualidad, con devoción
Tercera lección: agradece lo bueno y céntrate en ello
Sí, la situación no es como para «tirar voladores». No son momentos de risas y fiestas. La situación es mala. Da igual que las cifras sean relativamente pequeñas en comparación con otras tragedias, o que dispongamos de todo tipo de comodidades en nuestros hogares. Sería de ignorantes no reconocer lo que está ocurriendo.
Pero sería mucho peor centrarse en lo malo. Pasar los días viendo las noticias, y enterándonos de lo mal que lo están pasando otros, sin poder hacer nada para ayudar, es tremendamente frustrante. ¿De verdad quieres que tu mente se llene de eso?
Cada cual es libre de hacer lo que quiera, pero si me permites una sugerencia, desintoxícate de las noticias. Céntrate en lo positivo: estás vivo. Puedes pasar más tiempo con los tuyos. Puedes mostrarles tu amor y tu cariño.
Agradece lo bueno, y céntrate en ello. En mi caso, una de muchas cosas que agradezco es haber podido lanzar este curso.
Sin duda, se pueden sacar muchas lecciones positivas, hasta de lo malo. No es lo que pasa, sino lo que tú haces con lo que pasa.
Por cierto, te había hablado de un regalo, ¿verdad? Pues bien, si has llegado hasta aquí, me gustaría ofrecerte un descuento, si decides adquirir el curso C.A.R. Se trata de un cupón del 20% adicional. Y digo adicional porque, por el momento, a fecha de publicación de este artículo, el curso ya tiene un descuento del 50%.
El cupón es: EFECTIVIDA20
Así te agradezco tu interés y también el hecho de leer líneas como estas.
Espero que te guste, y que lo disfrutes mucho. Y, sea lo que sea que decidas hacer con tu tiempo en estos días, que sea súper efectivo.
No te olvides de nutrir…Tu mente, con conocimiento; Tu fuerza, con ejercicio; Tu organismo, con alimento; Tu corazón, con amor; Tu espiritualidad, con devoción. Clic para tuitear