Como casi todas las cosas, el tiempo se puede medir en cantidad o en calidad. Las cantidades son fáciles: minutos, horas, semanas… Pero, ¿qué hay de la calidad de tu tiempo? ¿Consideras que es un tiempo valioso, rentable, o perdido? En este artículo te comparto 4 maneras muy sencillas de medir la calidad de tu tiempo.
Por qué debes medir la calidad de tu tiempo
Cuando tienes pocos años de vida, la calidad del tiempo no te importa mucho. Curiosamente, suele ser tiempo de mucha calidad. Los días son intensos, se generan recuerdos agradables que perdurarán toda la vida. Nuestros primeros años suelen estar llenos de vida.
Pero después vienen las responsabilidades. Que si las tareas del cole, el insti, la uni, el trabajo, la casa, el coche, la familia… Buff! Solo de pensarlo me quita la paz. Lo cierto es que, sin darnos cuenta, caemos en una espiral sin control en donde el tiempo pasa rápido, y la vida se esfuma. ¡Cuánto pagaríamos por volver a ser libres!
Y llega la mediana edad. Cuando parece que lo tienes todo controlado, te das cuenta de que comienza la cuesta abajo. ¿Cómo vas a tomarte los próximos años? Y aquí viene la pregunta: ¿qué calidad tiene mi tiempo?
De una forma u otra, comenzamos a darle mucho más valor a los minutos y horas, y ya no nos gusta que se vayan en balde.
Creo que estas líneas dejan claro por qué hay que medir la calidad de nuestro tiempo. Como dice una frase famosa: “No midas tus años de vida, sino la vida de tus años”.
Pero, ¿cómo hacerlo? ¿cómo medir la calidad del tiempo? Aquí van 4 formas:
1. Sensaciones
La primera y más sencilla de las formas de medir la calidad del tiempo es tirando de sensaciones.
Es algo fácil, pero al mismo tiempo, profundo. Si puedes, reserva un par de horas de tu tiempo, véte a un sitio tranquilo, sin móvil, sin interferencias, y hazte una pregunta: ¿qué calidad tiene mi vida?
Tu mente querrá escapar; no se lo permitas. Vuelve una y otra vez a la pregunta, sin juicios, sin enfados. Simplemente, permítete medir tu tiempo.
Anota las respuestas que obtengas, toma decisiones y llévalas a cabo.
2. El diario
Escribir un diario es una de las formas más efectivas de conocerse a uno mismo. El diario te permite repasar en unos minutos lo que te ha sucedido (bueno y malo) en tu día.
Al escribir, forzamos a nuestro cerebro, que piensa en términos figurados, a trasladar esas ideas de un modo más pragmático. Ese proceso logra fijar los recuerdos, y nos permite ver la calidad de nuestros días.
Si además, de forma periódica, repasamos nuestro diario, podremos percibir, todavía con más campo de visión, cómo se está yendo nuestro tiempo.
*Si quieres una forma sencilla de escribir un diario personal, échale un ojo a este artículo: Crea un diario personal con un sistema tan sencillo como potente
3. La lista de objetivos cumplidos
El tercer método para comprobar la calidad de nuestro tiempo es también bastante sencillo. Se trata de crear un listado de los objetivos que nos gustaría lograr de aquí a x tiempo.
Una vez pasado ese tiempo, rescatamos la lista, y verificamos qué tal nos ha ido.
Obviamente, si no queremos sufrir una decepción, tendremos que marcarnos objetivos tipo S.M.A.R.T., o utilizar técnicas para tener más posibilidades de cumplirlos.
No olvides marcar en tu calendario el día en que rescatarás esa nota. Si usas el método C.A.R., puedes, en ese bloque de tiempo a futuro, añadir en las notas, los objetivos que te has puesto.
4. Análisis de la bandeja de entrada “Calendario”
Hablando del método C.A.R., una de sus claves es el análisis de una bandeja de entrada muy particular: el calendario.
Si sigues el método, conseguirás un control total de tu tiempo, pudiendo echar un vistazo a cómo va tu vida, simplemente entrando a tu calendario.
Pero además, en cada análisis, no solo revisarás las diferentes bandejas de entrada típicas, como el correo o el whatsapp, sino también, el propio calendario.
La combinación entre trasladar las tareas a bloques de tiempo y revisar los últimos y próximos días de tu agenda te permitirá tener una visión bastante realista de cómo se te están yendo los días.
¿Estás realizando tareas de alto impacto? ¿Estás cumpliendo con tus prioridades de vida? ¿Estás posponiendo las actividades importantes sustituyéndolas por otras de poca importancia?
Como dice otra frase, “si tienes la agenda llena de tareas, serás alguien atareado, pero si la tienes llena de cosas importantes, serás alguien importante”.
*Si quieres, puedes ver el índice y algunas lecciones del curso del método C.A.R. totalmente gratis aquí: Presentación del curso
Resumiendo
Sea que haya llegado ese momento de tu vida en el que echas la vista atrás para saber qué ha pasado, o todavía tengas margen, te conviene medir la calidad de tu tiempo. Puedes hacerlo consultándote a ti mismo, con un diario, con una lista de objetivos cumplidos, o bien aprovechando un método que te permita usar tu calendario como todo lo anterior. Sea como sea, no permitas que se te esfume tu tiempo… en balde.