Aunque el título lo sugiera, hoy no hablaremos de espionaje ni nada parecido. Y tampoco vamos a matar a ningún animalito. El título se me ocurrió pensando en uno de los mayores problemas actuales que influyen en nuestra productividad (efectividad, perdón…). Por cierto, es un problema que seguramente te afecta.
¿Conoces el juego «golpea al topo»?
Es un juego en el que van saliendo muñecos (topos) por diferentes agujeros. El jugador debe golpearlos muy rápido para ganar puntos. La dificultad es mayor cuantos más agujeros haya, y cuanta mayor sea la velocidad en la que los topos salen y se esconden.

Pues bien, imagina por un momento que en vez de topos, se trata de correos electrónicos o notificaciones de redes sociales, o mensajes de WhatsApp, da igual.
Van apareciendo, y tú corres rápido a mirarlos, y sin hacer nada con el mensaje, cierras la aplicación. Por supuesto, en unos segundos o minutos, aparece otra notificación, y se repite el mismo proceso.
¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿A que sí? Y, dime la verdad, ¿no se parece a lo del juego?
Salen mensajes, vas a darle un golpito con tu martillo mental, escondes el mensaje, y a por otro.
*Como nota curiosa, este juego originalmente se llamaba «whac a mole«, expresión que se suele traducir por «no dar a basto». Actualmente, el sentido del modismo es describir una de estas situaciones donde de repente surgen varias cosas a la vez que atender, y cuando terminas una parece que salen otras tantas nuevas. Por eso te encuentras de repente, como en el juego, dando frenéticos mazazos a ver si consigues terminar cuantas más cosas mejor.
Por qué debes matar al topo
Desde el punto de vista de la efectividad, lo de abrir mensajes y no hacer nada con ellos es uno de los peores hábitos que podemos tener. Por varias razones:
- En primer lugar, las notificaciones te interrumpen, y eso es muy muy malo para tu flujo de trabajo.
- En segundo lugar, pierdes un tiempo enorme, ya que abres la notificación, pero no la eliminas, y por lo tanto, debes abrirla posteriormente, duplicando, como mínimo, el tiempo que usarás en atender «eso» que implique el mensaje.
- Por último, al igual que ocurre en el juego, tu nivel de estrés irá en aumento, porque, al no controlar la situación, cada vez habrá más topos, y serán más rápidos en aparecer y esconderse.
Entonces, ¿qué se debe hacer? Pues eso, matar al topo.
Cómo matar al topo
Si queremos tomar las riendas de nuestra efectividad personal debemos dejarnos de golpitos, e ir a matar. ¿Y eso cómo se hace?
Hay varias opciones. En este artículo te voy a explicar cuál es el proceso siguiendo el método C.A.R., que tiene 3 pasos, uno por cada letra:
- De entrada, lo ideal es que las notificaciones estuvieran desactivadas. Así se evitan las interrupciones constantes. En todo caso, lo que hay que hacer cuando salga un topo (entiéndeme, un mensaje de cualquier tipo), es NADA. En ese momento no hay que hacer nada. De hecho, ni siquiera deberíamos saber si hay mensajes, pues tendríamos la tentación de ir a ver qué es. Simplemente hay que asegurarse de que el topo está en el agujero. Es decir, debemos controlar nuestras bandejas de entrada para que todo, absolutamente todo, se capture. Aquí tenemos la C del método. C de capturar.
- El segundo paso es sentarse a analizar. La A de analizar. La idea es sentarse tranquilamente, en un momento del día que hayamos escogido previamente a sacar a los topos de los agujeros. Los agarramos por las orejas, y uno a uno, los vamos sacando. En otras palabras, vamos mirando nuestras bandejas de entrada, y mirando cada nuevo mensaje. Ahora analizamos qué es ese mensaje, qué implica. No voy a explicarlo aquí, pero obviamente, el análisis tiene que dar como resultado una acción, ya sea inmediata o posterior. Con esta acción logramos sacar al topo de la madriguera, clasificarlo y, o bien cargárnoslo en el momento, o bien llevarlo a otro sitio para hacer algo con él más tarde.
- El tercer paso es revisar. La R de revisar. Revisamos nuestra agenda, y sacamos a los topos de donde los habíamos colocado. A continuación, ooooh, los ejecutamos.
Fíjate que este proceso es muy diferente del juego. Ahora mandamos nosotros, no los topos. Y sobre todo, lo más importante: los topos salen solo para morir.
¿Qué te parece? ¿Quieres seguir jugando al juego hasta la extenuación o prefieres «matar al topo»?
*Imagen de cabecera: Gerd Altmann from Pixabay