Los amigos de mis amigos son mis amigos

Grupo de amigos disfrutando de una puesta de sol

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¿Cuántos amigos tienes? Y por cierto, hablando de amigos… ¿Has oído alguna vez la expresión “Los amigos de mis amigos son mis amigos”?

Esta es una de tantas frases que, al examinarla, te das cuenta de que no se puede cumplir. Aún así, ¿qué nos enseña sobre las relaciones personales, la cantidad de amigos que se puede tener, o sobre cómo los amigos nos definen? ¿Qué relación tiene esta frase con el éxito de plataformas como Netflix? ¡Vamos a verlo!

Por qué no es posible que “los amigos de tus amigos sean tus amigos”

La frase no puede ser literal, porque, si tu amigo tiene otro amigo, y este otro, y así sucesivamente, al final, tirando de amigos, todo el planeta sería amigo tuyo. Y esto es imposible.

De hecho, hay una teoría llamada “Seis grados de separación”. Originalmente, se trató de un cuento titulado “Chains”, escrito por el húngaro Frigyes Karinthy, en 1930. Este libro, que ha sido llevado al cine, intenta demostrar que todo habitante del planeta está conectado con cualquier otro, mediante una cadena de 5 o menos personas.

Los 6 grados de separación

Al final, todo el planeta está relacionado de alguna manera. Como se dice por ahí, “el mundo es un pañuelo”.

Claro, aunque fuera cierto que haya algún tipo de relación con todo ser humano, no lo convierte en tu amigo.

El número Dunbar y la cantidad de amigos que puedes tener

Por otro lado, tener tantos amigos no es sostenible. Hay otro estudio muy interesante llamado el número de Dunbar. El antropólogo Robin Dunbar llegó a la conclusión de que el máximo número de amigos que puedes tener, es 150.

Número de Dunbar

Entre otras pruebas, se ha visto que las tribus que viven aisladas del resto del planeta, limitan la cantidad de sus miembros, precisamente porque les sería muy difícil la supervivencia si el grupo aumentara de forma constante.

Claro, hoy en día, las nuevas tecnologías, como las redes sociales, pueden hacerte creer que tienes “un millón de amigos”, pero esto no es real. El número de Dunbar teoriza que, dado el volumen de la neocorteza cerebral, no es posible atender tantos amigos. Dicho en otras palabras, y con menos finura, no nos caben en la cabeza tantos amigos.

Coincido con esta idea, y, de hecho, pienso que de vez en cuando, hay que aplicar un Pareto, y limpiar la agenda.

Por cierto, una curiosidad sobre el número Dunbar es que desciende con la edad. Además, las encuestas indican que, en realidad, aunque 150 es una cantidad promedio, el 50% de la gente tiene 3 o menos amigos íntimos.

Decía Pío Baroja: “Un amigo en la vida es mucho, dos son demasiado, tres son imposible”.

No todos los amigos son amigos

Por otro lado, la frase no se puede cumplir porque no todo el mundo te va a caer bien.

Se puede dar el caso de que un amigo tuyo se comporte mal, te haga daño, y deje de ser tu amigo.

También puede ocurrir que un amigo de tu amigo, que también es tu amigo, le apoya. ¿Sigue siendo el amigo de tu ex-amigo, un amigo?

Perdón por el embrollo, pero creo que se entiende. No es tan sencillo que los amigos de tus amigos sean tus amigos.

Tus amigos te definen

Aún así, como la mayoría de frases famosas, esta también tiene mucha verdad.

Hay una idea que se está repitiendo mucho en el ámbito del desarrollo personal: “Eres el resultado de las 5 personas con las que más tiempo pasas”. El autor original parece que fue Jim Rohn, a su vez, mentor de Tony Robinson.

Esta otra frase viene a decir lo de “dime con quien te juntas y te diré quién eres”.

Lo cierto es que, para conocernos a nosotros mismos, es muy útil analizar quiénes son nuestros amigos y qué tipo de relación tenemos con ellos. Al fin y al cabo, se nos “pegan” las buenas y malas cualidades de los demás.

Los amigos y los algoritmos

La frase de “los amigos de tus amigos son tus amigos”, se está aplicando con mucho éxito en los algoritmos de plataformas de contenidos, tipo Netflix o Spotify.

Supongamos que te gusta cierto grupo de música de rock de los 80. Rápidamente, el algoritmo asociará ese grupo con otro similar, también de música de rock de los 80, y dará por sentado que a ti también te va a gustar. Y lo mismo con las películas.

En la experiencia que tengo, este tipo de algoritmos no funcionan muy bien conmigo. Pero lo interesante del tema es que la llamada inteligencia artificial va aprendiendo de nuestras interacciones, así que llegará el día que, gracias a este tipo de reglas, sabrán mejor que nosotros lo que nos gusta y lo que no.

Elige a tus amigos

Una reflexión más para terminar: No puedes elegir a tu padre, ni a tu madre, ni a tus hermanos, ni a tus hijos, pero sí puedes elegir a tus amigos.

Por eso, antes de aceptar un nuevo amigo en tu vida, tómate tu tiempo. No puedes estar cerrado como una ostra, pero tampoco se trata de dejar la puerta abierta de par en par, para que entre el que quiera.

Una buena elección de amistad puede basarse precisamente en lo que hemos visto hoy. ¿Quiénes son los amigos que tiene esa persona? ¿Cómo les trata? ¿Cuáles son sus gustos? ¿Hay afinidad entre ustedes?

Quizá llegue el día en el que haya valoraciones de amistad en alguna especie de red social mundial, desde la cual, puedas hacer amigos. Bueno… ¡qué digo quizás! Esto ya existe. No hay que esperar al futuro. Incluso hay aplicaciones para escoger pareja. Poco recomendable, desde mi punto de vista. No hay nada como la interacción real, sobre todo en contraste con la cantidad de falsedad de internet.

La cuestión es… ¿estás eligiendo a tus amigos con efectividad?

Tómate tiempo en escoger a un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo – Benjamin Franklin Clic para tuitear
La salida es hacia dentro
Reflexión

La solución está aquí dentro

Escuché hace poco una charla de Miguel Ángel Tobías. Él contaba que iba en una expedición, y que, pasadas 8 horas de viaje, una chica

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?