La vida se puede comparar a una cámara. No una de las que usamos ahora, integrada en un móvil, con cientos de efectos que falsean la realidad. No, más bien una cámara de las de antes, en las que veías lo que pasaba mediante un visor, en las que la foto era una copia exacta de lo que sucedía.
Enfoca
Las fotos más bonitas son las que tienen un enfoque correcto, dando protagonismo a una parte, mientras se difumina el resto, manteniendo las formas y colores. También en la vida, disfrutas más cuando te enfocas, cuando no intentas abarcarlo todo, cuando luchas por tus metas, sin perder el color del resto de actividades.
Captura
También debes capturar los buenos momentos. ¡Olvídate del pasado y deja de preocuparte por el futuro! Céntrate en el ahora. Saborea cada segundo. Sobre todo cuando estás pasándolo bien con los tuyos, cuando estás haciendo algo realmente significativo… ahí debes pararte y recordar capturarlo.
Revela
Una foto es una representación de la realidad. Y era muy bonito cuando usábamos cámaras con carrete. Hasta que no se revelaban las fotos, no se sabía realmente lo que habías fotografiado. De igual modo, en la vida hay que sacar aprendizajes con paciencia, probando y descubriendo. Las acciones y proyectos más importantes requieren planificación, observación, y aprendizaje paciente y continuo. Al final, se revelarán los resultados.
Repite
No todo es de color de rosa, y hay fotos que, cuando las revisas, ves que no sirven. También hay otras fotografías, que, por su contexto o protagonistas, nos traen malos recuerdos. Así que las desechamos. En la vida también hay que saber dejar ir, vaciar el vaso para poder llenarlo de nuevo, hacer una nueva toma si la otra no salió bien.
Disfruta
Al final, los años de vida son como un gran álbum, lleno de recuerdos y vivencias. Viene bien echarle una ojeada de vez en cuando, y aprender de la experiencia. Y no pasa nada porque el tiempo pase. No se trata de arrancar hojas del calendario, sino de pegar una foto más en nuestro álbum.
Cuida de la cámara
Por último, ten en cuenta cuidar de la cámara. Las cámaras, sobre todo las de cierta calidad, tienen un montón de mecanismos muy sensibles y frágiles. Y lo mismo sucede con nuestro cuerpo. Es una creación asombrosa, de altísima calidad, y por eso, debemos esforzarnos por cuidarlo. Además, por el momento, no tenemos otro.