Un día “plof” es desalentador. Es uno de esos días en los que no saldríamos de la cama. Y cuando por fin lo hacemos, vamos como sonámbulos, haciendo lo que hay que hacer, pero sin ganas. ¿Te ha pasado a ti también? Te propongo un kit de emergencia para esos días.
No estás obligado a usarlo. Soy partidario de que hay que aceptar los momentos de “bajona”. Además, un mal día no te convierte de pronto en alguien nefasto.
Por otro lado, no soy médico, así que estos recursos son más bien pastillas para los síntomas, no para las causas. Son trucos, acciones que nos sacan de la inactividad antes de lo que lo haría un proceso normal. Como las pastillas para la gripe. No te curan, pero te alivian y te permiten ir tirando.
Puedes usar estas herramientas de forma individual, o tomando varias al mismo tiempo. Eso sí, no conviertas la lista en un checklist.
El kit de emergencia para los días plof
Estas son algunas acciones que ayudan a otras personas a reanimarse:
- Grabación animadora en el espejo. Prepara unas palabras animadoras un día que estés de buen ánimo, ponte guapo, guapa, y grábate. Háblate a ti, con autoridad. Después, guarda ese video a mano para cuando lo necesites.
- Series o pelis. Todos tenemos series o películas favoritas que nos hacen sentir de cierta manera. En mi caso, las de superhéroes me dan un chute de energía.
- Ducha caliente. Estar unos minutos bajo la ducha, con agua caliente cayendo sobre la cabeza tiene un efecto de reinicio.
- Salir a correr. Hacer ejercicio ayuda muchísimo a activarte. Si además, lo haces en un espacio natural, mejor todavía. Reconozco que me está costando mucho esta rutina. Pero cuando lo hago me encanta. Ese día me siento super bien.
- Música preferida. Al igual que con el cine, la música puede animarnos mucho. Si puedes, ponla a todo volumen y échate un par de bailecitos.
- Ir a un sitio tranquilo. Otra opción muy interesante es acudir a algún sitio donde haya poca gente, a ser posible, en un entorno natural. Yo tengo varios localizados, todos cerca del mar. Me gusta ver el océano y sentirme pequeño.
- Escuchar o leer chistes. En general, la risa es un motivador tremendo. Puedes ver una película cómica, o leer chistes. Si te sirve, en la web publiqué un artículo con un montón de chistes cortos. A mí me siguen haciendo reír.
- Un tiempo extra de descanso. A veces, una buena siesta, o levantarnos algo más tarde, o bien irnos antes a dormir, es justo lo que el cuerpo nos está pidiendo. Si no es una costumbre, ¿por qué no hacer caso a nuestro cuerpo?
- Date un capricho. Si te lo puedes permitir, date una recompensa. El premio no es por gandulear, sino por lo que has hecho los días, semanas, o meses anteriores. ¿Hay algo que necesites y no has podido comprar por falta de tiempo? ¿Algún sitio que quieras visitar?
- Aliméntate bien. Si te gusta y se te da bien (no es mi caso), cocina algo rico. Si no, quizá puedas pedir a alguien que te lo prepare, o ir a un restaurante que te guste. Cualquiera de las tres opciones será mejor que merendarte todo el chocolate que encuentres en casa.
- Ayuda a otros. Aunque no tengas ganas de nada, lo que sí tendrás es tiempo. Una buena idea es mandar un mensaje para preocuparte por alguien con quien no hablas hace tiempo. Quizá no tengas ganas de una videoconferencia, pero siempre puedes saludar. Dar ánimo es la mejor forma de recibir ánimo.
¿Se te ocurre alguna idea más para incluir en el kit?
Que no te tumbe un día plof
La realidad es que no podemos evitar un día plof. Una mala noticia, una lesión, algún imprevisto en la familia… hay mil razones que pueden provocar algo de desánimo. Tranquilo, tranquila, es solo un mal día, no una mala vida.
Una clave para continuar es contar con un buen sistema de productividad. Es importante que la información que nos llegue se siga capturando en las diferentes bandejas de entrada, guardada para cuando volvamos a tener ganas de continuar. Si el sistema es de verdad fiable, no pasará nada porque te tomes uno o varios días de descanso y reseteo.
*El método C.A.R. está pensado para soportar este tipo de parones en nuestra actividad.
Por supuesto, si estos días tristes vienen muy a menudo, o insisten en no irse, consulta a un especialista. Él te ayudará a localizar las causas y te dará soluciones más contundentes.
Resumiendo
Todos tenemos días plof. Tienes a tu disposición un kit: pequeñas acciones que te pueden permitir seguir el día con alegría. Pero lo más importante es entender que estos procesos son normales; no pasa nada. Sigues siendo muy válido. Sigue adelante. ¡Resetea y a la lucha!