«Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre»
Platón
¿Qué es una idea? Según Google es «una representación mental de algo, ya sea material o inmaterial, real o imaginario, concreto o abstracto, a la que se llega tras la observación de ciertos fenómenos, la asociación de varias representaciones mentales, la experiencia en distintos casos, etc.»

Hay ideas nuevas, ideas viejas, ideas estúpidas e ideas brillantes. Y también las hay, por supuesto, arriesgadas.
Puede ser que esa idea que te ronda por la cabeza desafíe las ideas establecidas de gente respetada o amada. También se puede dar el caso de que la idea sea disruptiva, totalmente nueva. En ocasiones, una idea contradice lo que has hecho con tu vida hasta ahora. Hay ideas que te obligan a saltar del sillón y ponerte a actuar.
La idea o el hombre
La frase atribuida a Platón nos hace pensar en algo interesante: el valor de las ideas y el valor de los hombres.
Toda idea tiene un valor. Es una cifra subjetiva y difícil de medir. Es uno mismo el que pone precio a la idea. Aunque sea una idea pasajera, en el momento en que se nos enciende la bombilla, sabemos, de alguna manera, que esa idea es más o menos buena.
Y, de pronto, entran en valor otros conceptos. El «qué dirán», «la zona de confort», «la autoridad aceptada», «el apego emocional»… Nuestro cerebro empieza a hacer cálculos, nos engaña intentando cambiar el valor de la idea. Pero la realidad es que, si la idea es buena, el único factor que queda por tener en cuenta es el valor del hombre.

Por supuesto, no es cuestión de ir por la vida como un kamikaze, disparando todo lo que se nos pasa por la cabeza. De hecho, eso no sería «buena idea».
En definitiva, la próxima vez que tengas una idea, ponle una nota del 1 al 10. Después, piensa cuánto vales tu, y cuánto estás dispuesto a arriesgar por ella.
Esto es, sin duda alguna, clave para convertirnos en esos que llaman «hombres y mujeres DE VERDAD».