Gula informativa

Tabla de contenidos

Ayer te hablaba de por qué, en ocasiones, viajo en silencio. La idea es digerir lo que aprendo, en muchas ocasiones, en formato podcast.

Pero hay otra razón por la que a veces decido apagar el aparato de música del coche y viajar en silencio. Es por saturación. ¿Has notado alguna vez que estás comiendo demasiado y debes parar? Normalmente, el cuerpo te manda algunos mensajes. Puedes prestarles atención y hacerles caso, o ignorarlos.

Las personas que comen y beben sin control cometen uno de los famosos pecados capitales: la gula.

No es distinto en el aprendizaje. Consumir información por placer, y sin medida ni control puede ser tan perjudicial para nuestro cerebro como el exceso de alimento para el estómago. Podríamos llamar a esto gula informativa.

Puede parecer que escuchar un podcast detrás de otro, estar al tanto de las últimas noticias, o haber hecho un montón de cursos online te hace inteligente. Pero lo único que demuestra eso es que eres un buen consumidor. Lo que de verdad te va a hacer inteligente es la aplicación, y para eso debes parar de consumir información, y tienes que ponerte a trabajar.

En mi caso, he ido aprendiendo a detectar esas señales de que ya he consumido demasiado, y que intentar meter más en mi cabeza solo lograría saturarme. En esos momentos busco algo sencillo pero poderoso: silencio.

*Si te sientes saturado, aquí tienes un artículo con 25 ideas más.

¿Por qué se produce este exceso de consumo de información sin aplicación posterior?

Quizá el problema esté en que la información que has consumido no era motivadora, o no te pilló en el momento adecuado, o no te ha dicho nada nuevo. También es posible que tengas preocupaciones que atender, y que hasta que no lo hagas, de nada servirá escuchar un podcast más. A veces, incluso, puede que seguir consumiendo contenido sea una vía de escape, una forma de seguir postergando la acción. Y si alguna de las situaciones se ha repetido demasiadas veces, puede que te enfrentes a un hábito (un mal hábito, por cierto).

Lo ideal sería un equilibrio entre inputs y outputs, entre entrada de información y acciones. Esto no siempre es posible, claro. Pero si notamos que la balanza se está desequilibrando demasiado, quizá es momento de parar y de dejar de buscar afuera. El silencio nos ayudará a mirar en nuestro interior, a prestar atención a otras fuentes de información mucho más naturales, como el comportamiento de la gente o la flora y fauna que nos rodea.

Este tiempo de silencio permitirá a nuestro cerebro reordenarse. Es curioso, porque cuando hago estas paradas, de pronto surgen un montón de ideas nuevas. Tomo notas, pongo en marcha algunas tareas, y de pronto, pasado un tiempo, de nuevo estoy listo para seguir buscando información de calidad.

Estas paradas de protección contra saturación informativa son un buen momento para hacer un Pareto y descartar podcasts, libros, suscripciones a blogs y a otros servicios que no nos están aportando nada. La idea es quedarnos con lo mejor. Poco a poco iremos rellenando el tiempo sobrante con nuevas vías de información.

Así, en resumen, si notas signos de saturación, para, y dale hueco al silencio.

Economía

¿Qué es lo peor que has hecho por dinero?

Me gustaría que pensaras en la pregunta del título: ¿qué es lo peor que has hecho por dinero? ¿Fue algo peligroso? ¿Tal vez vergonzoso? Quizá estés rebuscando en los archivos de tu memoria para rescatar algo muy fuerte, en plan «robar un banco» o «vender a algún familiar para cerrar un trato».

Serendipia - el arte de encontrar lo valioso por casualidad
Aprendizaje

La serendipia no existe

¿Has oído hablar alguna vez sobre la serendipia? ¿Qué es serendipia? El origen de la palabra serendipia se atribuye al escritor británico Horace Walpole, que,

Regalos
Estilo de vida

El regalo te lo quedas tú

Hace poco, me llegó una viñeta con una enseñanza muy interesante. Como suele suceder en este tipo de cuentos, se trata de un maestro oriental

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?