Estandarizar o adaptarse

Casas de un edificio estándar

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¿Qué es más efectivo? ¿Estandarizar o adaptarse? Durante muchos años, esta pregunta ha sido un quebradero de cabeza para mí. Se supone que la efectividad es bastante clara. Sin embargo, a determinados niveles, la línea entre lo que es óptimo y lo que es un soberano error, se difumina.

Me explico. Hemos pasado de una época en donde todo se adaptaba. La fabricación era artesana, y los medios de comunicación eran arcaicos, de tal forma que la manera de trabajar era local, y solo en pocas ocasiones se expandía a otros lugares.

Pero todo cambió a raíz de la industrialización. Comenzaron las cadenas de montaje, las fábricas, y lo que antes tardaba un siglo en terminarse, ahora se conseguía en horas, y casi sin intervención humana.

Hoy vivimos otro profundo cambio. Los bots, el big data, y la inteligencia artificial le han dado una vuelta más a los procesos. Ahora se hace de forma autónoma, pero vuelve a ser más adaptable, más humano, podría decirse.

Pongamos un ejemplo para que el tema se vea desde una óptica real. Pensemos en la construcción de una casa.

La construcción de una casa, ¿estándar o adaptable?

Hace años, y no son tantos, una persona debía construir su casa siguiendo un proceso muy manual. Debía escoger los materiales en base a lo que tenía en su entorno. Había algo de estandarización, ya que la forma de construir probablemente sería la misma de las casas de alrededor. Sin embargo, los tiempos, la calidad, los acabados y muchas otros factores más, eran variables. Dependían de lo que la persona quisiera hacer. Todo, incluyendo el coste, dependerá de las decisiones del dueño y fabricante.

En la actualidad, la cosa es muy distinta. Puedes comprar una casa bajo plano. Todo está estandarizado. Los materiales, el diseño, el método de fabricación… La empresa constructora afina cada vez más el proceso para que el último tornillo salga más barato. Los trabajadores ya no necesitan ser especializados, ya que un plano les dirá lo que tienen que hacer. Y si hablamos de un piso, el plano será el mismo para cada planta, para cada casa.

¿Cómo podría construirse una casa con bots, inteligencia artificial y big data? Desconozco si esto se está aplicando ya, pero podemos tirar mano de imaginación. Se introducirían en un programa un montón de datos, y se crearía un algoritmo para que dijera qué tipo de casa y en qué lugar será lo mejor para nuestro perfil. Se calcularía dónde se pueden encontrar los mejores materiales para rentabilizar la construcción, y así podríamos seguir.

Bien, de las 3 casas, ¿cuál escogerías?

Efectividad es la mezcla ideal entre eficacia (conseguir un resultado), y eficiencia (reducir los costes). Así que… ¿cuál es el sistema más efectivo?

La respuesta no es fácil, como adelantaba al principio.

  • La primera la haces a tu gusto, pero el coste, sobre todo en tiempo y esfuerzo, es enorme.
  • La segunda es una opción eficaz, y también eficiente, así que podríamos decir que es efectiva. Sin embargo, la mayoría preferiríamos vivir en una casita de campo en vez de en un piso. Y es que, como decimos en EfectiVida, si la efectividad no te hace feliz, ¿qué sentido tiene?
  • La tercera es una opción aparentemente mucho mejor. Pero volvemos a tener el problema de los costes. No parece que sea una opción barata. Y habría que ver el tema de la eficacia.

Estándar Y adaptable

Al final, volvemos a toparnos con una fórmula ancestral: la de bueno, bonito y barato. Puedes escoger 2 de las 3 cosas, no más. ¿Lo quieres bueno y bonito? Entonces no será barato.

Y esto me lleva a una conclusión, sobre las casas, y sobre muchos de los procesos, incluyendo los sistemas de productividad. Lo ideal es usar las dos cosas a la vez. Estandarizar y adaptarse a la vez. ¿Cuándo cada cosa? DEPENDE. Todo depende.

La cantidad de conocimiento disponible nos permite tomar decisiones inteligentes. En muchos casos, habrá que mezclar la estandarización, adaptándose a las necesidades locales.

Los sistemas rígidos terminan por romperse. Mientras que la adaptación es poco eficiente. Cero que el equilibrio, aunque complicado de conseguir, es la clave para el éxito.

Estoy convencido de que la inteligencia artificial seguirá avanzando. Pero también creo que un buen algoritmo depende de las personas que lo crean. Dar con la fórmula adecuada, que permita estandarizar y adaptarse al mismo tiempo será todo un reto en el futuro. Pero también habrá que abaratar los costes para hacerlos asumibles a cualquier persona.

¿Cómo lo ves? ¿Se te ocurre algún otro ejemplo? ¿Has llegado a conclusiones distintas a las mías? Me encantaría saberlo.

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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?