Como muchos saben, vivo en las Islas Canarias. El archipiélago tiene 8 islas habitadas. Una de ellas es la isla de La Palma, a la que llaman “la isla bonita” (es un paraíso). Hace unos días explotó un volcán que se ha llevado por delante un montón de casas y edificaciones.
Sinceramente, nadie esperaba ver algo así. Aunque vivo en otra isla, y aquí no hay riesgo, seguimos muy de cerca lo que pasa en La Palma. La gente de Canarias está muy unida, y se están viendo un montón de actos de generosidad y solidaridad.
Por suerte, de momento no hay pérdidas humanas. Ahora… imagina por un momento cómo se deben sentir aquellos que han perdido lo que, a base de sudor y lágrimas, habían llamado hogar.
Una reflexión que me llevo es: ¿Qué pasaría si lo perdiera todo pero ganara la vida? ¿Tendría las capacidades y la fortaleza necesarias para salir adelante sin derrumbarme? ¿Cuánto apego le tengo a los objetos materiales?
Da que pensar…
Hay una palabra que puede ayudar: desapego
El desapego consiste en limitar o eliminar el amor que le tenemos a los objetos materiales. Yo añadiría los digitales.
Algunas personas sienten un crecimiento exponencial después de una pérdida. La clave es el conocimiento. Aún si te quedaras sin nada, podrías salir adelante si has acumulado conocimiento y experiencia.
Esto te permite ser productivo independientemente de las circunstancias. Te permite mudarte sin fricciones, asumir pérdidas económicas, adaptarte a nuevos entornos… etc.
Claro que es normal tener apego a objetos que significan mucho para nosotros. Más si se trata de tu hogar. Pero salvo unas cuantas cosas, el resto podría ser un lastre. No digo que haya que perderlos, ni que sea agradable que te los roben, sino que seas capaz de seguir siendo feliz aunque no los tuvieras.
Hay otra anécdota (si se puede llamar así) que ha ocurrido en la isla de La palma. A raiz de las coladas de lava, unos cuantos perros se quedaron atrapados en un estanque. Los drones los veían, y muchas personas pedían a las autoridades que fueran rescatados.
Las autoridades alegaron que no se contaba con los permisos para actuar, e iniciaron los trámites para un rescate. Pasaron días y días, hasta que finalmente se contrató a una empresa que aseguró que contaba con la tecnología para rescatar a los perros. Cada hora que pasaba, el riesgo de que los perros murieran era mayor. Finalmente, cuando la empresa logró llegar al estanque, se encontraron con un cartel que decía: «Fuerza La Palma. Los perros están bien. A Team» (mensaje contundente en pocas palabras)
Parece ser que algunas personas consiguieron los equipos necesarios, aprovecharon que la lava ya estaba fría y cruzaron de noche y se llevaron a los perros. La empresa que montó el operativo se enfadó. El gobierno fue ridiculizado y está buscando quién se llevó a los perros… Obviamente, la gente de La Palma oculta a los autores porque los consideran héroes (en plan Equipo A) y porque lo que querían es que se salvara a los pobres perros.
No tengo todos los datos, pero sí se una cosa: La burocracia normalmente es lenta e ineficaz. Contrario a la efectividad.
Varias conclusiones:
- Es vital que basemos la vida en conocimiento
- Lo que más importa son las personas y no los objetos
- La vida consiste en acción, no en burocracia.
Esto es efectividad sin olvidar las cosas importantes de la vida.
Efectividad porque para ser efectivos hay que tener conocimiento que nos lleve a conseguir objetivos, sea encontrar donde pasar la noche o saber cómo cruzar por encima de la lava.
Efectividad porque hay que lograr un equilibrio entre gasto de recursos y acción. No podemos estar parados semanas para algo que es urgente.
Efectividad porque las cosas más importantes de la vida son, precisamente, las vidas. Las vidas de aquellos a los que queremos, y nuestra propia vida.
Probablemente no veamos de cerca un volcán, ni se lleve nuestra casa. Pero sí que podemos aplicar la efectividad día tras día.