Siendo honesto, ¿cuánto tiempo crees que podrías aguantar sin quejarte?
Esta fue la pregunta que realicé, en forma de encuesta, en mi (ya desaparecida) cuenta de Twitter. Como puedes ver en la imagen de abajo, el 38,7% afirmó que podía aguantar una hora. El 32,4% podrían estar un día completo sin quejarse. Y solo el 8,1% aguantarían un mes sin quejas.
También hay un 20,7% que se decantaron por la opción «indefinidamente». Creo que aquí hay un error. Para mí, indefinidamente es para siempre, pero creo que los que marcaron esta respuesta querían decir más bien que no saben cuánto podrían aguantar.
Fallo mío por no elegir bien el término correcto.

Cómo poner en marcha el reto de 24 horas sin quejas
Las conclusiones de la encuesta dieron un resultado interesante, y creo que coincidente con lo que todos pensamos. Sí es interesante el que la diferencia entre aguantar una hora y un día no parece significativo.
Y lo cierto es que, aún sin querer, pasamos horas sueltas sin quejarnos por muchos motivos. Por poner un ejemplo tonto, si estamos solos, es más probable que no nos quejemos.
Además, aunque un día tiene 24 horas, habría que descontar un tercio en el que estamos durmiendo, y aunque nos quejáramos en sueños, tampoco contaría.
Así que la duración de un día sin quejas parece la idónea para lanzar el reto. Ahora bien, ¿cómo ponerlo en práctica?
Siguiendo la filosofía del método C.A.R., podrías simplemente añadir un bloque de todo un día, que se repita una vez al mes. Al revisar el calendario, verás marcado ese día, y solo quedará resistirte a cualquier impulso de quejarte.

Si aguantas, publícalo. Si no, investiga para corregir
Una vez concluído el día, si lo lograste, una buena idea es darte un premio. Puede ser algo simbólico o un buen regalo, tú decides. Lo importante es que haya una gratificación, más allá de lo bien que sienta estar un día sin quejarse.
Otra idea que puede ayudarte es publicar tu éxito. Ponlo en tus redes sociales, estados de WhatsApp o coméntalo a tus amigos. Siéntete orgullos@ de lo que has logrado. Acuérdate que solo un 30% creen ser capaces (y yo dudo que sean tantos, francamente).
Además, compartir la experiencia puede hacer que otros se animen. ¿Te imaginas un mundo sin quejas?
Ahora bien, siendo realistas, es muy posible que fracases. Así que, si es así, párate un momento y mira por qué fallaste. ¿De dónde provino la queja? ¿Es algo que puedas solucionar? ¿Podrías evitar pensar en eso o exponerte a eso que te fastidió el día?
Como ves, el reto es muy sencillo, tanto como concepto, como en la forma de proponerlo. Lo difícil es cumplirlo. ¿Serás capaz? Por si te animas (espero que sí), te dejo algunas ideas que te pueden ayudar:

Pues nada, ya me contarás…