El idioma español o castellano, es el segundo idioma más hablado del mundo. Viene de las lenguas latinas, y se calcula que se gestó a finales del s. XI. Una de sus letras características es la eñe (Ñ). Pero… ¿sabes cómo se llama el palo de la eñe?
El palo de la eñe y la efectividad
Quizá te estés preguntando… ¿y qué tiene que ver el palito de la eñe con la efectividad? En realidad, no mucho. La verdad es que este va a ser un artículo en donde me voy a salir del tiesto. Quiero presentar un mini-proyecto, un experimento social, a ver a dónde llega.
Por otro lado, me hace mucha ilusión hablar del palo de la eñe, ya verás por qué.
Además, en el fondo, todo tiene que ver con la efectividad. Y el palo de la eñe… también.

Orden y Organización
Algo que les encanta a los amantes de la efectividad es categorizar. Esto no es sino poner nombre a las cosas, clasificar, dar un orden. Estoy convencido de que el orden y la organización tienen mucho que ver con la efectividad.
Un ejemplo: un cajón lleno de calcetines, pantalones y jerseys está desordenado y desorganizado. Si tienes un cajón para pantalones y otro para calcetines, ya tendrás un armario organizado. Pero si además, colocas los calcetines, dentro del cajón, por un orden -colores, tamaño, tipo, etc.-, también tendrás un cajón ordenado.
Ahora te hago una pregunta: ¿qué es más efectivo? ¿tener un cajón desordenado y desorganizado? ¿o uno donde puedas recoger tus calcetines preferidos en segundos?
La efectividad incluye la eficiencia, que es ahorrar recursos. Y uno de los recursos más importantes es el tiempo. Por eso, un cajón ordenado y organizado ahorra tiempo, es eficiente, y, por lo tanto, influye en tu efectividad.

Pues bien… resulta que, aunque el idioma español es uno de los más hablados, y tiene cientos de años de historia… ¡NO TIENE NOMBRE PARA EL PALO DE LA EÑE!
¡QUÉ FALTA DE EFECTIVIDAD!
¿Y no se llama «virgulilla» al signo de la eñe?

Pero, un momento… es posible que hayas escuchado que a la barrita de encima de la letra eñe, se le llama virgulilla.
Sin embargo, la Real Academia Española acepta también como ejemplos de virgulilla el apóstrofo (’), la cedilla (¸) y el acento agudo (´).
En otras palabras, si fuera un cajón de un armario, habría calcetines, pantalones y jerseys en el mismo sitio.
Dicho de un modo más sencillo… Esa barrita denostada por Google y sus algoritmos, víctima de intentos de hacerla desaparecer… Esa línea fina que, año tras año, nos ayuda a diferenciar palabras que se escriben igual, salvo por ese triste palito… Ese bigote que aparece en 13590 palabras, y que se incluye en el propio nombre del idioma…
¡NO TIENE UN NOMBRE PROPIO!
Manos a la obra
Otra de las características de la efectividad es hacer. Proyectar, organizar, sí, pero sobre todo hacer. Así que me he propuesto darle solución a este problema.
He estado pensando en un nombre adecuado a la barra de la eñe. Haciendo una pequeña investigación, he visto que existen algunas propuestas, pero que no han llegado a buen término. Un ejemplo fue la petición de Change.org.
Creo que el problema es que falta definición. Es decir, se pide a otros usuarios de la red que propongan un nombre. Lo cierto es que, en determinados asuntos, la democratización puede resultar poco efectiva.
Así que, en este caso, he preferido proponer directamente un nombre. ¿Cual? Y, ¿por qué?
SIÑO
SIÑO. Así se va a llamar a partir de ahora el palo de la eñe. (Hay que ser positivo. Igual esto no llega a ningún sitio, pero si dudo de mis posibilidades, voy mal).
¿Y por qué «SIÑO»?
- Es una palabra corta, fácil de pronunciar y de recordar.
- Incluye en su interior la letra eñe y su siño. (Jejeje. Aquí podríamos entrar en un ciclo infinito)
- Se parece a la palabra «signo», que es precisamente a lo que se refiere el siño: una representación, en este caso, una figura escrita que representa la modificación de un sonido.
- La palabra no existe (todavía). Está libre. Casi pienso que estaba esperando por nosotros.
¿Me ayudas a lograrlo?
¿Qué te parece? ¿Te gusta la idea? Lo sé… es una idea un tanto boba. Pero… ¿por qué no? ¿por qué no, entre todos, le ponemos nombre al palo de la «eñe»?
En esta ocasión, más que nunca hasta ahora, quiero pedirte un favor: COMPARTE. Haz que esto llegue hasta el último rincón del mundo hispano-hablante. Por mi parte, voy a intentar dar a este artículo toda la difusión que me sea posible, pero igual tú conoces a alguien que pueda ayudar.
Abajo tienes el Tweet donde cito la propuesta. Sería buenísimo si lo puedes retwittear.
También te dejo el enlace de la propuesta en la página Change.org, donde, con un par de clicks, podrás firmar dando tu apoyo.
¿Te imaginas que por fin se le de solución a este error de la historia?
Y mira, si al final no conseguimos nada, pues habremos aprendido en el camino, y nos habremos echado unas risas.
Cuando las arañas tejen juntas, pueden atar a un león. – Proverbio Etíope Clic para tuitear