Una frase muy conocida es la de «El fin justifica los medios». ¿Qué piensas tú? ¿Es válido actuar así, o no? Como ya sabes, eficacia tiene que ver con cumplir objetivos. Y da la casualidad que la definición de eficacia tiene mucho que ver con la idea de que los medios están justificados por el fin. ¿Por qué? Vamos a analizarlo, porque, en este caso, la efectividad nos da la solución.
El origen de la frase «El fin justifica los medios»
El origen de la frase es un tanto confuso. Normalmente se atribuye a Maquiavelo (un ser que relacionamos rápidamente con algo negativo). Sin embargo, parece que no fue él quien dijo la frase por primera vez. De hecho, no hay ningún escrito donde se use esta frase literalmente. Incluso hay quien atribuye la frase a un teólogo alemán (es la cita que uso al final del artículo) o hasta a Napoleón Bonaparte. Ya sabes… frases famosas.
Más allá de eso, lo que nos interesa es su aplicación en la vida diaria. ¿Justifica el fin los medios? Es decir, ¿puedes hacer lo que quieras si el fin es lícito o correcto?
¿Es la “eficacia pura” positiva?
Si te fijas, la eficacia pura y dura, tratada de forma totalmente independiente a otros factores, como la eficiencia, aplica la frase perfectamente. Recuerda que eficacia es conseguir resultados. Y para lograrlo, da igual los medios que uses. Si piensas solo en eficacia, el fin justifica los medios.
Sin embargo, la efectividad es la mezcla ideal entre eficacia y eficiencia, siendo la eficiencia, el esfuerzo por gastar pocos recursos. Así que, si piensas en efectividad, el fin no justifica los medios.
Pero seguimos teniendo la duda. ¿El fin justifica los medios? O planteando la pregunta en términos de efectividad… ¿da igual si eres o no eficiente, con tal de que consigas objetivos? Pongamos un ejemplo…
Cómo ir al trabajo
En el caso de acudir al trabajo, el fin sería llegar. El medio sería el medio de transporte que uses. Incluso podría existir la opción de ir caminando.
¿Justifica el fin (llegar al trabajo), que uses un vehículo propio? ¿Daría igual que ese vehículo genere un montón de gastos en el presupuesto familiar, o que estropee la naturaleza con emisiones de gases tóxicos?
Muchas personas podrían llegar a la conclusión de que sí. De hecho, millones usan el vehículo para ir a trabajar todos los días.
Sin embargo, si lo piensas bien, el fin no justifica el medio. ¿Por qué? Porque tienes otras opciones.
Así que no se trata de que, como tienes que ir al trabajo, tienes que ir en un vehículo. En realidad, esto es una decisión que uno toma. Es una opción entre varias.
En este ejemplo, la frase «el fin justifica los medios» tiene una connotación negativa. Es decir, pudiendo ir al trabajo en transporte público o caminando, decides ir en coche, aunque contamine, aunque gaste más recursos.
Evidentemente, en la mayoría de los casos, llegar al trabajo es más rápido y sencillo, si lo haces en coche. Pero esto no quiere decir que el fin justifique los medios. Lo que está justificando el medio (el ir en coche), es tu comodidad, o tu necesidad.
Este ejemplo demuestra un punto interesante que se suele repetir en la mayoría de ocasiones en las que se intenta usar la frase del título. En realidad, la frase el fin justifica los medios, normalmente, está incompleta. Habría que decir «el fin justifica los medios… chapuceros, los medios incorrectos, los poco éticos, los medios que hacen daño a alguien, etc.»
Cuando alguien habla de que el fin justifica los medios, lo que la mayoría entendemos, es que se trata de medios poco lícitos, o con algún matiz negativo. Y es, precisamente esto, lo que hace que se plantee la pregunta.
El fin varía según los medios
Por otro lado, el tipo de medio que usemos dará como resultado un fin distinto. Aunque los matices sean pequeños, no dará el mismo resultado a largo plazo ir caminando al trabajo que ir en coche.
Piensa en términos de salud, o de gasto económico, o de daño al ecosistema, o de posibles accidentes… Sí, habrás llegado al trabajo, pero no en las mismas condiciones.
Así que en realidad, los medios justifican el fin. O dicho de otro modo, dependiendo qué medios uses y cómo los uses, obtendrás un fin u otro.
Me gusta una frase de Aldus Huxley que va en esta línea. Dice: «El fin no puede justificar los medios, por la sencilla y clara razón de que los medios empleados determinan la naturaleza de los fines obtenidos.»
En otras palabras, en muchos casos, son los medios los que determinarán el fin. Así que la frase correcta sería la contraria: los medios justifican el fin.
La eficacia debe ir acompañada de eficiencia para convertirse en efectividad
Una vez más, la clave está en el equilibrio. Por eso la efectividad tiene en cuenta también a la eficiencia (intentar gastar pocos recursos para conseguir un resultado).
La opción más eficaz en el ejemplo de ir al trabajo probablemente será ir en coche. La opción más eficiente quizá sería ir caminando. Sin embargo, la opción más efectiva, probablemente sería una opción intermedia.
Esa combinación ideal, esa mezcla milagrosa es… la efectividad. Y por eso, este término es tan potente.
Gracias Maquiavelo, Bonaparte o quien quiera que fuese el autor de la frase. Nos has dado una excelente definición de eficacia pura y dura, una eficacia carente de sentido y de moralidad.
¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿Se te ocurre alguna situación en la que el fin justifique los medios?
Terminamos con la frase que, según muchos expertos, es la que dio origen a la de «El fin justifica los medios». Como verás, nada que ver con la frase famosa.