El efecto IKEA y por qué hacerlo tú mismo es un error

IKEA hazlo tú mismo

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Seguro que te suena IKEA. Es una marca sueca, principalmente de muebles, cuya característica principal es que tú mismo montas el mueble que compras.

Llegas a tu casa, con un armario perfectamente embalado, sin una gota de aire en su interior, y después de haber sudado un rato para meter esos tableros en tu coche.

Con una llave Allen, y un manual minimalista, con pocas letras, consigues montar el mueble. No sabes por qué, pero han sobrado varios tornillos. Ahora no vas a desmontarlo, está claro. Ha quedado genial.

Cuando recibas visita en casa, podrás decir, orgulloso: “Y lo monté yo. Costó un poco, pero al final, en una tarde, lo conseguí”.

¿Te suena? Pues bien, hay truco.

En qué consiste el efecto IKEA

Los investigadores Michael I. Norton, de Harvard, Daniel Mochon, de Yale, y Dan Ariely, de Duke, publicaron en 2011, 3 estudios describiendo el efecto IKEA.

No voy a repetir aquí todo lo que puedes leer en otros sitios. Si quieres aprender más sobre los experimentos que se hicieron, puedes ver el artículo de Wikipedia.

Básicamente, este efecto es un sesgo cognitivo que ocurre cuando un comprador da un valor demasiado alto a un producto en el que ha contribuído de alguna manera en montar o fabricar.

Este efecto ya era conocido, y la marca sueca, simplemente lo aprovechó de manera magistral.

Como seres vivos inteligentes, nos gusta participar, trabajar, y tener sentimiento de logro. Todo esto está muy relacionado con la felicidad.

Ahora bien, el proceso en el que el cliente participa debe estar en su punto. Ni demasiado fácil, ni demasiado difícil. Que suponga un reto, pero que no sea imposible.

El efecto IKEA vs EfectiVidad

Si lo que quieres es pasar un buen rato, genial. Si hablamos de un hobbie, muy bien también.

Además, este efecto se puede aprovechar muy bien para la educación de los niños, o en el aprendizaje en general.

Si queremos enseñar algo, será mucho mejor hacerlo de tal manera que los alumnos participen. Y también será interesante que haya una sensación de dificultad, de tal manera que, cuando consigan el resultado solicitado, sientan que lo han logrado ellos.

Se me ocurre la elaboración de un pastel, o de un trabajo grupal de investigación.

Sin embargo, el problema del efecto IKEA viene cuando queremos lograr resultados al mínimo coste.

El sesgo IKEA tiene varios problemas. Uno es la sobrevaloración del resultado. “Como lo he hecho yo mismo, está increíble”.

Pues no, no está increíble. Puede estar bien, pero recuerda que te sobraron 2 tornillos. Un experto lo habría montado mejor, más rápido, y usano menos energía. ¡Sí! De forma más eficiente, y por lo tanto, más efectiva.

Por qué hacerlo todo tú mismo no es efectivo

Uno de los mayores errores en términos de efectividad es querer hacerlo todo tú mismo.

He de reconocer que, en casa, hemos comprado bastantes muebles del IKEA. ¿Por qué? No por el placer de montarlos, sino porque son bastante económicos, son bonitos, y tienen una calidad aceptable.

Sin embargo, en muchas otras tareas, sobre todo a nivel empresarial, hacerlo tú mismo es más caro, y suele conllevar peores resultados.

Y lo peor es que, como lo hiciste tú, pensarás que es lo mejor. Y esto te puede llevar a insistir en algo, o a terminar un proceso, cuando en realidad, lo mejor es parar y buscar otro camino.

Por eso, antes de realizar un proceso, piensa: ¿Podría contratar a alguien para que me hiciera esto? ¿Me costaría más o menos hacerlo yo? Piensa en términos de tiempo como valor. Si te ahorras un par de euros, pero gastas varias horas, habrás perdido dinero, en realidad.

Pregúntate también. ¿Lo haría otra persona mejor que yo? ¿Qué efecto tendría la calidad del resultado?

Desde el punto de vista de la efectividad, el efecto IKEA es un sesgo cognitivo a evitar. En casi todos los casos, hacerlo tú mismo es un error.

Además, aunque no hagamos algo directamente, participar de alguna manera en el proceso, revisar su resultado, y dar indicaciones, es también gratificante.

En resumidas cuentas. Antes de hacerlo tú mismo, pregúntate si merece la pena. Decide qué es lo que quieres conseguir, y que no te engañe el efecto IKEA.

No eres lo que logras. Eres lo que superas. ~ EfectiVida Clic para tuitear
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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?