Si te fueras de viaje, y tuvieras que preparar la maleta… ¿cómo lo harías?
Se da por sentado 2 cosas.
- Tienes en casa muchos objetos más de los que caben en la maleta.
- Solo tienes una maleta y de un solo tipo, con un tamaño y capacidad específicos.
Bien… ¿cómo lo vas a hacer? Evidentemente, lo primero que tienes que poner en tu maleta son las cosas de vital importancia. Esas que no pueden faltar. No importa lo grandes o pequeñas que sean, van dentro.
Después, y para aprovechar el espacio, intentarás meter otros objetos hasta llenar la maleta. Esto me recuerda al cuento del vaso lleno de piedras grandes, piedras chicas, arena y agua. Si tu comienzas llenando el vaso con agua, después arena, después las piedras chicas, no te cabrán las grandes. Pero si lo haces al revés…
Muy bien. Hasta ahora no vamos mal, pero al sistema todavía se le pueden hacer algunas mejoras. Por ejemplo, si ya has ido de viaje alguna vez, puedes hacerte una lista de lo que necesitas, eliminando lo supérfluo. Así la maleta no irá “empetada”, como dicen por Canarias. Es decir, que habrá huecos libres para un “por si acaso”.
Otra implementación que podemos realizar, es usar objetos optimizados para el viaje: más pequeños, con formas más cómodas, que pesen menos, etc. Requerirán un gasto inicial, pero merecerá la pena.
Y, por supuesto, ten muy a la vista la maleta, no te la vayan a perder.

El día es la maleta
Considera cada día de tu vida como si fuera una vida en sí misma
Séneca
Pues bien, el título adelantaba la analogía. Cada día es como una maleta. No puedes variar su duración: 24 horas, ni una más, ni una menos. 86.400 segundos si lo prefieres ver así. Es lo que tienes. Ahora bien, tu gestionas lo que haces en ese día. Aunque pienses que debes hacer esto o aquello, no hay nadie con una pistola apuntándote y obligándote a hacer nada. (¿O sí? ¡Espero que no! No se quién está leyendo ésto). Tú y solo tú decides. Por eso, como reflexión de hoy, permíteme un par de preguntas:
¿Cuántos días llenas a lo loco, permitiendo que sean otros los que decidan qué vas a hacer hoy? ¿Cuántas veces el día tiene más actividades de las que puede soportar? ¿Cuántos días sientes que no has hecho nada realmente importante? ¿Cada cuántos días te tomas un respiro, bloqueando tiempo sin nada que hacer? ¿Revisas cómo fue tu día y ajustas tu agenda? ¿Te programas con tiempo? ¿Decides qué harás y qué no harás?

En EfectiVida hemos hablado de técnicas como GTD, o Time Blocking. No importa el método, importa el qué, el por qué y el para qué. Y, nos guste más o menos, el día… el día es una maleta. Tú decides cómo la llenarás.
¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, por que el tiempo es el bien del que está hecha la vida.
Benjamin Franklin (1706-1790)