Si eres de los que se sacó el carnet de conducir hace poco, seguramente sabrás lo que son las luces de gálibo, y la señalización y modos de control de gálibo. Si no, es fácil.
La palabra gálibo viene del árabe, y, a su vez, del griego, significando “horma”, como la horma del zapato. Es decir, es un modo raro de decir tamaño.
Luces de gálibo
En España, y creo que en prácticamente todo el mundo, hay muchas carreteras que pasan por debajo de tuneles o puentes, y he aquí el problema para los vehículos más grandes en altura y anchura. De ahí que sean obligados a señalizar sus dimensiones mediante unas lucecitas.
Existen en el mercado infinidad de luces de gálibo. Las más modernas, obviamente, con sistema LED.
Cuando las dimensiones del vehículo superan el hueco por donde va a pasar, se dice que tiene “exceso de gálibo”.
La normativa en España, por ejemplo, explica que, en un vehículo de más de 2,10m de anchura, las luces de gálibo son obligatorias. Para una anchura superior a 1,80m, son opcionales. El conjunto de luces se compone de dos luces blancas en la parte delantera y dos luces rojas en la parte trasera del vehículo. Obviamente, las luces se deben instalar en el punto más alto y más exterior. Para más señas, puedes ver el Reglamento General de Vehículos de España.
Dependiendo de la normativa local, las luces de gálibo pueden ser, en realidad, elementos de iluminación, o bien, catadióptricos (que reflejan la luz).
Controles de gálibo
Además, para evitar accidentes por exceso de gálibo, se utilizan diferentes técnicas: barreras, señales, sensores de detección.
Las hay de todo tipo, desde barreras simples en las que el techo del vehículo tropieza con una placa de metal (o plástico), hasta detectores electrónicos con sensores.


El sistema que más me gustó es uno de Australia llamado “softstop water wall” que consiste en la señal de STOP proyectada en una cortina de agua que tapa todo el túnel. (Siempre habrá quien diga que no la vio)

A pesar de todas las medidas habidas y por haber, se siguen repitiendo incidentes de todo tipo. Algunos sin consecuencias más allá del destrozo del vehículo, como el del video de abajo… otros, desgraciadamente, con daños personales, como el de los 34 jóvenes heridos el verano de 2015 cuando un autocar de 3,65 metros de altura intentó pasar por un tunel de 2,60. El conductor alegó que el GPS le dijo que por ahí iba bien.
El control de gálibo y la efectividad
Algo nos queda claro: hay sitios por donde no se cabe. En la carretera, y en la vida.
Muchas veces pretendemos un proyecto para el que no estamos capacitados. Claro, las acciones no son tan fáciles de medir como un tunel o un puente, y nosotros tampoco llevamos incrustadas unas luces que nos digan por dónde cabemos y por dónde no. Y no, no es buena idea fiarse de ese GPS interno que, muchas veces nos dice que no podemos cuando sí, y que no valemos cuando también.
¡Qué bien vendría algún sensor de esos como el de la cortina de agua! En mi caso, tengo suerte. Puedo decir a boca ancha que tengo un control de gálibo: mi querida esposa. No sé cómo lo hace, pero sabe predecir con exactitud cuándo me voy a dar de bruces contra el techo de algún túnel. Además, me lo indica de forma más o menos sutil, pero entendible. Soy afortunado.
¿Y tú? ¿Tienes algún control de gálibo parecido? Podría ser un hermano mayor, o menor, también vale. Quizá un padre o una madre. Un amigo, o un compañero de trabajo. También un profesor. Sea como sea, cuando alguien te diga que sobrepasas la medida, mejor para, haz un pequeño análisis, y decide si continuar por esa ruta, buscar una alternativa, o desistir del viaje.
Otra forma súper-efectiva de tener tu propio control de gálibo es usar un sistema de organización personal. Quizá conozcas métodos como GTD o Timeblocking. Yo te propongo uno sencillo y eficaz: el método C.A.R.

Ventajas del control y las luces de gálibo
La gran ventaja del control de gálibo es que nos permite anticiparnos a los errores graves, sin consecuencias, y sin un proyecto demasiado costoso y elaborado. Recuerda que lo importante es moverse. Queremos evitar eso de la parálisis por análisis.
Mi problema es analizar la vida, en vez de vivirla – Hugh Prather Clic para tuitearPor otro lado, también sería útil conocer nuestras medidas, y hasta indicarlas con algo parecido a las “luces de gálibo”. Para eso, primero, debemos conocernos. Y, nuevamente se repite la idea: para conocerte tienes que actuar, probar una y otra vez, y enfrentarte a los tuneles y a los puentes. Además, cuando ofrecemos un servicio, no está de más dejar claro hasta dónde llegan nuestras capacidades.
En resumen, conócete a ti mismo, no tengas miedo a expresar tus capacidades, y cuenta con algún control por si acaso, pero, sobre todo, no tengas miedo… sal a la carretera y disfruta del viaje.
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos – Platón Clic para tuitear