Ha llovido bastante desde que Einstein, a principios del s. XX, formulara la teoría de la relatividad especial, y la relatividad general. Con sus cálculos, rompió con conceptos que parecían invariables, como la velocidad de la luz, la gravedad, o el tiempo.
Claro, si conceptos como el tiempo, son relativos, ¿cuántas cosas no son relativas también?
Todo es relativo
Hoy en día, ya entrados de lleno en el siglo XXI, mucha gente alega eso de que “todo es relativo”. Desde mi punto de vista, esta forma de pensar es peligrosa, pues es muy fácil escudarse en que cada uno tiene su verdad, y no esforzarse por investigar un poco más.
No voy a entrar en polémicas como la de que los colores no existen, y que son fruto de nuestra percepción. Puede haber muchos tonos de negro, pero una pared negra, seguirá siendo una pared negra. Y por más que los colores no existan, a efectos prácticos, la pared es negra.
Hay muchas cosas que no son relativas. Dile a tu mujer, por ejemplo, que se ha quedado embarazada relativamente. O, si eres jefe, dile a tu empleado que el próximo mes va a cobrar el sueldo relativamente. O explícale a las arrugas de una ancianita que el tiempo es relativo.
Además, hay muchas cosas que solo pueden suceder de una manera, al mismo tiempo. Sobre todo, esto sucede con creencias religiosas. O hay algún tipo de Dios o ser superior que ha creado todo lo que existe, o no lo hay. O existe el infierno o no existe. Y así podríamos seguir adentrándonos en un jardín complicado por sus implicaciones en la fe de muchos.
La relatividad y la efectividad
Esto de la relatividad se ha extendido a todo tipo de campos. Puedes demostrar con todo tipo de datos un argumento, que la persona terminará diciendo algo así como: “Pues a mí me va bien”.
Como ya sabes, la efectividad es la mezcla IDEAL de eficacia y eficiencia. Estoy de acuerdo que, en ocasiones, hay más de un camino para llegar a cierto sitio; y pueden ser válidos.
También soy consciente de que, a la hora de analizar los datos, surgen complicaciones, y no siempre es fácil determinar qué es óptimo.
Sin embargo, hay cosas que son más efectivas, y punto. Si todo fuera relativo, el concepto de efectividad, no existiría, porque daría igual cómo lo haces, si al final te va a ir bien.
Un ejemplo. Mencionaba en su podcast, Mattia Pantaloni, el tema de usar un teclado externo y un ratón, o bien, el trackpad de un portátil. Habrá profesionales que se contenten con el portátil y aleguen que les va muy bien. Pero se pongan como se pongan, es evidente que se trabaja mucho mejor, y más rápido, con un teclado y un ratón.
Lo mismo pasa con el uso de una libreta de papel, tener una agenda de eventos, o tener el escritorio ordenado.
Existen muchas creencias limitantes que nos hacen perder tiempo, energías, y resultados. Es imprescindible, si queremos ser personas efectivas, que nos dejemos de historias de relatividad, y nos contemos verdad. Y para eso, debemos fiarnos de los datos, y hacer pruebas.
La regla del décimo hombre
Tengamos la costumbre de mirar los asuntos con un análisis crítico.
Me gusta mucho la regla del décimo hombre, que se hizo popular en la película “Guerra mundial Zeta”. Esta regla establece que, siempre que 9 personas piensen que algo es cierto, una décima persona debe defender la tesis contraria. Así, se estaría preparado para algo no previsto o improbable.
Pues bien… usemos esta regla con todo lo que opinemos. Seamos el décimo hombre.
Por ejemplo, en el tema del teclado y ratón. Creemos que nos va muy bien. Ok, perfecto. Pero, cambiemos de personalidad por un momento, e imaginemos que somos el décimo hombre, que contradice todo.
¿Qué ocurriría si hiciéramos eso con todas nuestras decisiones? ¿Qué pasaría si, antes de opinar, dejáramos que ese décimo hombre hiciera su trabajo?
Eso sí… ¡tengamos cuidado de no terminar sufriendo trastorno de personalidad múltiple!, jajaja.
En definitiva. La efectivida no es relativa. No todo en este mundo es relativo. Y cuanta más verdad nos contemos a nosotros mismos y a los demás, más efectivos seremos, y más resultados lograremos.
Desde que los matemáticos han invadido mi teoría de la relatividad, ni yo mismo la entiendo. – Albert Einstein Clic para tuitear