La foto de cabecera es una captura de pantalla de mi móvil. Normalmente analizo el correo electrónico desde el ordenador. Allí tengo varias cuentas de correo que gestiono desde la aplicación Mail, de Apple. Sin embargo, las vacaciones y los cambios de entorno hacen que las costumbres varíen.
Así que entré al correo desde mi móvil. Lo que me llamó la atención fue que, una vez analizados los correos que habían entrado, me apareció esa pantalla.
Se ve a una persona leyendo un libro, en un entorno natural, mientras el sol brilla. (Bueno, algo así… porque la imagen tiene dimensiones un poco raras)
A la imagen acompaña un texto que dice “Ya has terminado”.
Me gusta mucho este mensaje. Y a mi cerebro también. La sensación de haber completado tus tareas es buenísima. Es como si te dijeran: “Bien hecho. Te has ganado un descanso. Ahora puedes irte a un sitio tranquilo y leer un libro. Ya sigo yo gestionando tu correo y cuando vuelvas por aquí, te muestro lo nuevo.”
Cómo dejar la bandeja de entrada a cero
Claro, tener la bandeja de entrada a cero (inbox zero extreme) no es automático. Requiere de un proceso bien definido, sobre todo si te entran muchos correos al día.
En el método C.A.R., este proceso es muy sencillo. Todos los días, o de lunes a viernes, o varias veces al día (según tus necesidades), se analizan las diferentes bandejas de entrada. Entre otras, el mail.
El proceso no consiste en hacer, sino en analizar. Y la meta es dejar la bandeja a cero. Para cada correo, simplemente hay que tomar una decisión entre 3 opciones:
- Eliminar
- Archivar
- O agendar (y posteriormente eliminar o archivar)
La sencillez de la operación y el margen de maniobra al agendar hacen que el proceso sea dinámico, flexible y creativo. En mi caso, te puedo decir que lo disfruto muchísimo.
*Si quieres saber cómo gestionar el correo electrónico de forma profesional, aquí te enseño cómo.
Evidentemente, las acciones requeridas por el correo no se han realizado. Al agendarlas -es decir, al programar bloques de tiempo en el calendario-, lo que se ha hecho es decidir cuándo se harán dichas acciones, y cómo, reuniendo la información necesaria para cuando “eso” se haga finalmente.
Lo mejor de todo es que, al terminar el análisis, te podrás ir al campo a leer o a lo que hayas programado hacer, con la mente tranquila, porque, como bien dice el dibujito… “has terminado”.
¿Qué te parece? ¿Has sentido tú también esa sensación de liberación al vaciar tu bandeja de correo?