Cómo medir personas

Medidas

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Hay muchas formas de calibrar a una persona, y también muchos tipos de medición. Se puede medir el ego, o su humildad. También su valor, o su miedo. Se puede medir su honor, y hasta su amor. Se intenta medir el éxito de alguien.

No son medidas exactas, ni los metros son al uso. Pero son medidas, al fin y al cabo.

Puedes intentar ocultarlas, como el que “mete barriga”. Pero en situaciones críticas, es difícil mantener la compostura, y hasta las buenas costuras, terminan por reventar.

Son esos momentos definitivos los que hacen que, hasta el más comedido, termine siendo medido.

Esqueletos andantes

En ocasiones, me pongo a observar a la gente que está a mi alrededor. Intento ser discreto. Aprovecho mientras estoy sentado frente a algún sitio por el que pasen muchas personas. 

Es como si vieses la tv, pero en directo de verdad. 

Algunas veces, me los imagino como esqueletos andantes, con una única cosa que les iguala, y, al mismo tiempo, les diferencia: su cerebro. 

Al verlos así, su pelo, su ropa, sus tatuajes, su aspecto… pasan a ser cosas secundarias, incluso ridículas. 

Viendo esos esqueletos enfundados, llega a ser gracioso ver la altivez de algunos, caminando y gesticulando con pompa, mientras hablan de sus cosas super-importantes. 

Por otro lado, te entristece ver a otros caminando humildemente, solos con sus problemas. O bien esforzándose por agradar a los demás. ¡Si ellos supieran que son solo esqueletos!

¡Claro está! También me veo a mí. Otro esqueleto más, en modo observación. Y entonces continúo con mis asuntos. 

¡Qué poca cosa somos! Y al mismo tiempo, ¡qué grandeza se nos ha dado!

Midiendo personas

Observar a los demás ayuda a entendernos a nosotros mismos, y nos permite tener una valoración de qué cualidades podemos desarrollar. No se trata de juzgar a otros, ni de adivinar sus intenciones. Pero sí podemos aprender al realizar una especie de medición.

En realidad todos medimos, valoramos y opinamos sobre otros. Pero la idea es hacerlo con parámetros que no se suelen usar.

Un ejemplo: se puede medir el tamaño del amor propio de alguien, por el tamaño de las cosas que hacen falta para que se ofenda.

¿Y qué hay del éxito?

Fracaso… éxito. 

Pareciera que siempre nos estuviéramos moviendo entre ambos extremos, columpiándonos peligrosamente… dándonos impulso para alcanzar la imaginaria cima que hay delante. 

Al mismo tiempo, pocos comprenden qué es el éxito, y, por lo tanto, luchan para conseguir algo que se esfuma entre sus manos justo cuando lo agarran. 

El éxito no es lo que los demás crean que es. El éxito no es tangible, pero tampoco inexistente. No lo entiendes hasta que lo tienes. Se relaciona con los demás, pero es muy personal. Te hace sentir bien, lleno, y no vacío por dentro. 

Se puede tener éxito en muchos planes, y también hay diferentes formas de medirlo, dependiendo de a qué tipo de éxito te refieras. 

Una que me encanta es esta: “Éxito es tener mucha gente que te quiera abrazar”. Aquí tenemos otra forma muy interesante de medir personas. Y es que el éxito en la vida guarda mucha relación con sentirse querido.

Seguro que se te ocurren otras formas interesantes de valorar a otros, y así también, poder imitar lo bueno de los demás. Eso sí. ¡Recuerda! No solo se trata de medir, sino también de ser medido, y, sobre todo, comedido.

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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?