Cómo hacer un presupuesto sencillo

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Imagina que coges agua en tus manos y la intentas llevar a un recipiente que está a cierta distancia. Cuando llegas, te das cuenta de que ya no tienes agua, así que vuelves a empezar… una y otra vez. Así se sienten muchas personas con respecto al dinero. Por más que se esfuerzan por mantenerlo, se les esfuma de las manos. ¿Cómo evitarlo? La clave está en un buen presupuesto. Ese es el tema de este capítulo. Vamos a dar pautas para elaborar un presupuesto sencillo, sin complicaciones.

¿Qué es un presupuesto?

Presupuesto

Es curioso porque según los expertos en finanzas, el dinero es el activo plenamente líquido. Así que la ilustración que pusimos al principio no está tan mal. Lo cierto es que el dinero nos llega, y, normalmente, no lo podemos retener durante mucho tiempo. Por eso el primer paso para que esto no suceda es tener un presupuesto. 

Si has leído más artículos del blog, sabrás que me gusta mucho las etimologías, los orígenes de las palabras. Pues bien, esta palabra -presupuesto- es interesante también. Significa antes de un supuesto. El supuesto previsto con antelación. ¿Cuál el supuesto aquí? Que te vas a gastar el dinero. Así que la cuestión es cómo y cuándo, y para eso esta el presupuesto financiero o económico. 

Por cierto no hay que tener miedo a hacer el presupuesto, ni a pedir ayuda, o preguntar; informarse. Podemos pedir ayuda a algún amigo y nos la va a dar con gusto se si entiende un mínimo del tema. ¿Y por qué pedir ayuda? Pues porque esto del presupuesto y la educación financiera es una de las cosas que no se enseñan normalmente en la escuela. Se aprenden montón de cosas (muchas de ellas no se utilizan después), pero los temas de dineros, se dejan a un lado. Por eso es tan interesante aprender a hacer un buen presupuesto. 

Diferentes tipos de presupuestos

En este artículo vamos a desarrollar un presupuesto sencillito. Se puede complicar todo lo que queramos, y, de hecho, lo ideal es hacerse un presupuesto a la medida, quizá en una hoja de cálculo. También hay aplicaciones que nos ayudan a controlar la economía. 

En casa, por ejemplo, usamos una hoja de cálculo con fórmulas y algún automatismo. Al principio, cuando empecé a usarla, mi mujer se reía, porque, para que el sistema funcione, es indispensable que se anote absolutamente todo, incluyendo esos centimillos. Y, claro, yo le pedía tickets de compras muy pequeñas, con las consiguientes risitas.

Bueno, aquí hay un punto interesante: para que el presupuesto sea realmente “familiar” sería ideal incluir a todos los miembros de la familia, incluso los niños, al configurarlo. Así todos saben cómo va la cosa, y aprenden a controlar las entradas y salidas del money. 

Un ejemplo de un presupuesto sencillo para dividir los gastos
Un ejemplo de un presupuesto sencillo para dividir los gastos

El presupuesto más simple

Como decía antes, hoy no nos vamos a complicar la vida. El sistema que vamos a ver es el más sencillo que existe. 

Primero, agarramos un folio. Hacemos un círculo a la mitad del folio, y dividimos el folio a la mitad con una línea horizontal. 

También podemos usar una hoja de cálculo sencilla, como la de la imagen:

Presupuesto simple en hoja de cálculo
Este sería un presupuesto básico en una hoja de cálculo

*Descarga una plantilla de un presupuesto sencillo (formato .xlsx )

Entradas

En la parte superior del folio vamos a poner los ingresos. Aquí van todas las entradas de dinero. Bien sea la nómina o los pagos por nuestro trabajo, las ayudas sociales, préstamos que recibimos, la renta de una vivienda… todo. 

Una cosa importante es que, aquí, en este tipo de presupuesto no van los ingresos extraordinarios. Por ejemplo, si tu tienes una paga extra de verano, no iría en el presupuesto. Ya explicaremos más adelante el porqué, pero básicamente la idea es que lo que queremos saber es cuánto ganamos cada mes COMO MÍNIMO

Entradas de dinero

Es posible que cada mes nos entren cantidades muy distintas. No es lo ideal, pero para que el sistema funcione, una opción sería hacer un promedio. Tendríamos que tener anotadas las cantidades que nos entraron en los últimos meses, claro está. Otra opción, todavía mejor, es poner aquí la cantidad menor, siempre que no haya mucha diferencia entre los diferentes meses. 

Si tus ingresos son similares independientemente del mes, entonces se pondría directamente la cantidad más baja. 

Bien, ya tenemos las entradas. Las sumamos y nos saldrá una cifra, que podemos redondear o poner en otro color para resaltarla

Salidas

Para anotar las salidas, o gastos, seguiremos un procedimiento similar al anterior. Anotamos lo que gastamos cada mes. Para poder hacer esto, es necesario anotar durante un tiempo todo lo que se gasta. Lo ideal sería un año, más que nada, porque algunos meses se gasta más que en otros. Si no lo tenemos hecho, podemos mirar en la cuenta del banco, echar mano de memoria, o simplemente hacer una aproximación.

Recordemos que, cuanto más exactas sean las cantidades, mejor será el presupuesto. 

Ahorro

El gasto que anotaremos en primer lugar, es el ahorro. Ya tenemos una cifra en la parte superior del folio, así que, cómo mínimo, deberíamos anotar como ahorro el 10%. Dividimos entre 10 los ingresos, y la cantidad que nos dé, la ponemos como el primer gasto. 

Ahorro

No importa lo mal que nos vaya, no importa que no hayamos ahorrado hasta ahora. El ahorro es sagrado. Y por eso es el primer gasto a anotar. Quizá alguien diga que ahorrar no es un gasto, pero es que, si no lo hacemos así, y lo dejamos para final de mes, dependiendo lo que sobre, lo que va a pasar es que no vamos a ahorrar nunca. 

No ahorres lo que te quede después de gastar, gasta lo que te quede después de ahorrar – Warren Buffet Clic para tuitear

Quizá te parezca un poco radical, pero piensa en lo siguiente. Si no eres capaz de contenerte de gastar y ahorra un poco, el supuesto será que vas a estar igual toda tu vida. Lo comido por lo servido, entradas por salidas. 

Deudas

A continuación, después del ahorro, van las deudas. Esto puede resultar un poco chocante para muchos. Todavía no hemos empezado a poner lo que la mayoría considera gastos, y ya la cifra va aumentando. Pero, nuevamente, si no lo hacemos así, difícilmente vamos a sanear nuestras finanzas. 

Así que anotamos las deudas. Si tenemos más de una, o una deuda muy grande y varias pequeñas, podremos usar el sistema “bola de nieve”. Nos enfocamos con la más pequeña hasta terminarla y seguimos con la siguiente. Probablemente tendremos que negociar con el banco o con los prestamistas. Lo más importante es empezar a pagar cuanto antes, y, por supuesto, no solicitar más crédito. 

Deuda

Una cifra que nos puede ayudar es el 30%. Tenemos una cifra en la parte superior del folio, que nos dice cuánto nos entra. Pues bien, en deudas, no debería haber más del 30%, excluyendo únicamente la hipoteca. 

El resto de gastos

Ahora sí, vamos anotando todos los gastos, si es posible, de mayor a menor: vivienda, alimentación, transporte, etc.

Nuevamente, tendremos un problema. Y es que, cada mes gastamos diferente. Además, a veces tenemos cuotas anuales tipo el seguro del coche, el de decesos, o parecidos. ¿Solución? Lo ideal sería fraccionar las cuotas. No importa si nos cobran alguna comisión o interés. Es mejor controlar tus cuentas perdiendo unos euros (dólares), que se te descontrole todo el presupuesto porque no sabes lo que gastas cada mes. 

Otra opción sería intentar poner cada mes, un pago de una cuota anual. Por ejemplo, en Enero, el seguro del coche. En febrero, el del hogar. En marzo, el impuesto de la casa. Algo así… Obviamente, equilibrar esto también requerirá hacer algunas gestiones. 

Con esto evitamos esa sensación de “este mes estoy escachao” porque me viene el seguro del coche. La idea es tener un presupuesto que nos permita saber, más o menos, lo que gastamos mensualmente, COMO MÍNIMO.

Reducir gastos es apretarse la cartera

En el caso de que los gastos de los diferentes meses sean parecidos, elegiremos siempre la cantidad mayor. 

El resultado del presupuesto

Bien, ya tenemos arriba las entradas, y lo que suma. Y, en la parte de abajo, tenemos las salidas, y hacemos la suma también. 

Dicho de otro modo: en la parte superior del presupuesto tenemos la cantidad mínima que nos entra cada mes, y en la parte inferior, la cantidad máxima que gastamos cada mes. 

Ahora restamos: la cifra de arriba menos la de abajo. 

El resultado puede ser positivo (superávit) o negativo (déficit). Lo más probable es lo segundo. Gastamos más de lo que recibimos. 

En muchos presupuestos, falta sueldo para tanto mes. Clic para tuitear

¿Por qué estoy bastante seguro de que el resultado será negativo? Fácil. Teniendo en cuenta que hemos hecho un cálculo muy pesimista, si aún así, te sobra, no estarías leyendo este artículo. 

No pasa nada. Lo habitual en la mayoría de mortales es que haya déficit. Lo explica muy bien la ley de Parkinson

Cómo equilibrar un presupuesto deficitario

Ahora bien: ¿qué hacemos? ¿Buscamos cómo ganar más? NOOO. Lo primero, y lo más fácil, es buscar cómo gastar menos. En realidad, es bastante factible encontrar gastos que podemos eliminar sin perder calidad de vida. También hemos hablado aquí de cuánto cuestan las cosas y de la diferencia entre deseos y necesidades

Aquí te dejo un video sobre los «gastos hormiga»:

Viendo cómo viven en algunos lugares del planeta, lo cierto es que necesitamos muy poco para ser felices. 

Así que lo primero que hay que buscar son los gastos eliminables. Después intentaremos cancelar las cuotas que no nos hagan falta, o bien, negociarlas, buscar ofertas mejores

De hecho, una buena costumbre es llamar antes del vencimiento de los seguros, de la luz, teléfono, etc. para renegociar la cuota. Normalmente, se puede lograr en una sola llamada. 

Busquemos también formas de ahorrar en la compra. No hay más que ver la bolsa de la basura para darse cuenta de que se tira mucha comida. ¿Podríamos comprar menos cantidades? ¿Intentar cocinar más y salir menos a restaurantes? Son solo algunas ideas. La clave es buscar formas de ahorro. 

El ahorro es fundamental en un buen presupuesto

Dónde no se puede recortar

Eso sí, los gastos que no se pueden quitar son el ahorro y las deudas. Cuanto antes las paguemos, mejor. Fíjate, ahora mismo, es difícil que un fondo de pensiones o un depósito te dé más de un 1% o un 2% de interés. Sin embargo, muchos créditos tienen un 10% y me quedo corto. ¿No es más lógico quitarte de encima ese lastre cuanto antes en vez de invertir en cualquier otra cosa?

Por eso, es posible que, una vez que tengas una mínima cantidad de ahorro, el resto presupuestado lo uses para pagar las deudas. Como dijimos antes, la hipoteca se excluye de las deudas, por la cantidad y por el tipo de interés. 

Si después de revisar los gastos y eliminar todo lo que podemos, seguimos teniendo pérdidas, entonces habrá que buscar formas de ingresar más cada mes. 

Sobrantes

Después de ajustar el presupuesto, habremos conseguido tener unas finanzas saneadas y saludables, que nos van a permitir vivir con cierta tranquilidad. 

Ahora bien, como hemos hecho un presupuesto de mínimos, es decir, como hemos calculado el presupuesto con la mínima cantidad de ingresos y la máxima cantidad de gastos, es muy posible que varios meses tengamos sobrantes. Un ejemplo sencillo es la paga extra, o la devolución del IRPF aquí en España. ¿Qué hacemos con ese dinero?

En un presupuesto equilibrado debería haber sobrantes

Como ya hemos explicado, lo idóneo sería pagar las deudas que tengamos, pero quizá esto sería muy austero. Sea el caso que no tengamos deudas pendientes, o bien que preferimos usar ese dinero de forma más “humana”, podríamos usar las pagas para unas vacaciones. Y los sobrantes más pequeños, mes a mes, podríamos dividirlos en 3 partes: inversión, ahorro, y caprichos, que también nos lo hemos ganado. 

Aunque hemos entrado en detalle, en realidad, este presupuesto básico y sencillo nos va a permitir conocer lo que nos entra en los bolsillos y lo que sale por los agujeros. Además, nos ayudará bastante a sanear las finanzas y a pagar las deudas pendientes, al mismo tiempo que nos damos algún capricho de vez en cuando. 

Donaciones y regalos

Una cosa más. Ya tienes el presupuesto hecho, te ha quedado muy bonito, muy “efectivo”, pero no queremos olvidarnos de las cosas importantes de la vida. Así que una pregunta: ¿has reservado algo de dinero para regalos y donaciones?

Recuerda que los momentos más plenos en la vida suelen estar relacionados con hacer felices a otros. Cuando hacemos un regalo, cuando ayudamos a alguien que de verdad lo necesita. Sería muy triste tener un presupuesto muy bueno, y no dar nada a los demás. 

No hablamos aquí del postureo de ricos y famosos que, muchas veces, hacen donaciones simplemente para ahorrarse impuestos, y encima pretenden quedar bien ante sus fans. Simplemente… ¿podrías prescindir de un poco y ayudar a alguien?

El dinero no da la felicidad, aunque si no lo tienes, será difícil lograrla.  Clic para tuitear

La clave, como en muchas cosas en la vida, está en el equilibrio. 

La clave de un buen presupuesto está en el equilibrio

¿Qué te ha parecido? ¿Lo ves realista? ¿Lo has puesto en práctica? ¿Conoces algún sistema distinto que sea sencillo y efectivo? Te agradecería que me lo contaras. 

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Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?