¿Te gustaría ser más feliz? ¡Claro que sí! ¿Qué tipo de pregunta es esa? A todos nos gustaría ser más felices. Y de vez en cuando, algo se activa en nuestro cerebro y nos obliga a parar a pensar qué podemos hacer.
En este punto, la mayoría de las personas recurrirán a un cambio aditivo. Sin embargo, según algunas investigaciones, esto no es la mejor idea.
Qué son los cambios aditivos y los cambios sustractivos
Se podrían diferenciar 2 tipos de cambios:
- Aditivos (que suman): tipo comprar un coche, comprar un coche más caro, hacer más deporte, estudiar más… etc.
- Sustractivos (que restan): quitar algún objeto, dejar de hacer algo, realizar alguna tarea dedicando menos tiempo o energías.
Dicho de otro modo, puedes elegir entre cargar la cesta de la compra o devolver parte de lo que llevabas.
Dos razones por las que los cambios sustractivos nos dan más felicidad
Lo curioso del caso es que, aunque de forma predeterminada recurrimos a los cambios aditivos, son los cambios sustractivos los que impulsan con más fuerza nuestra felicidad. ¿Por qué sucede esto?
En primer lugar, porque es muy difícil percibir los beneficios o perjuicios de un cambio aditivo. Decimos «sí» alegremente pensando que podremos con eso, pero a la larga, la acumulación de pequeños cambios aditivos nos resta tiempo y energías. Además está el efecto crisis. Como nuestra agenda está sobrecargada, cualquier pequeño terremoto en nuestra vida nos desbarata los planes. ¿Resultado? Nos sentimos inútiles por no cumplir con lo que nos habíamos propuesto. Hay que reseñar que calcular el coste de un cambio aditivo es más difícil si los cambios son pequeños.
Por contra, los cambios sustractivos tienen un efecto inmediato y fácil de percibir. Piensa por ejemplo, cómo te afectaría dejar de fumar o limpiar el trastero. En casi todos los casos, un cambio sustractivo nos libera.
En segundo lugar, la mayoría de cambios aditivos nos exponen a una cuestión de sí o no. ¿Me compro un coche nuevo? ¿Sí o no? Sin embargo, un cambio sustractivo puede liberar la agenda, y nos da la oportunidad de usar la cabeza para pensar cómo rellenaremos los huecos. En ese momento, en vez de un sí o no, tenemos ante nosotros un montón de posibilidades distintas para elegir.
Cómo detectar beneficios y costes de un cambio aditivo o sustractivo
Si te está explotando la cabeza y quieres dejar de leer para decidir qué vas a quitar de tu vida, antes, te aconsejo que pienses en qué te basarás para tus decisiones.
La mayoría de las personas toman decisiones aditivas o sustractivas por impulso. Un click mental les obliga a hacer algo para sentirse mejor. Como hemos visto, un alto porcentaje de veces, el cambio será aditivo. La cuestión es que el problema no es el tipo de cambio, sino la falta de análisis. En realidad, un cambio aditivo o sustractivo podría ser tan bueno como malo, dependiendo de las circunstancias.
Una forma sencilla de decidir es contar con una visión estratégica de cómo usas tu tiempo. En el método C.A.R., por ejemplo, el resultado es un calendario con todas tus actividades. Al ver tu agenda, puedes decidir si añadirás un bloque de tiempo más o no. También puedes llegar a la conclusión de que no te hace falta quitar nada, o hasta que tienes demasiado tiempo libre. Todo, absolutamente todo, te lo dirá el calendario de una manera visual e intuitiva.
Sea como sea, pregúntate: ¿necesitas dar un giro en tu vida? Antes de lanzarte, ¿por qué no piensas si te iría mejor un cambio aditivo o uno sustractivo?
*Imagen de cabecera: Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay