Anotar todo (GTD parte 1)

Tabla de contenidos

Llegas a una habitación de casa y piensas… ¿y yo por qué he venido aquí? Tienes una idea genial, pero no la anotas… así que se pierde para siempre. En esta entrada hablaremos de cómo funciona la memoria a corto y a largo plazo. También veremos por qué hay que anotar TODO, y cómo hacerlo de manera efectiva.

«Más vale lápiz corto…»

«Más vale lápiz corto, que memoria larga» (esta es una de las muchas expresiones de mi suegro, un hombre muy particular). «¡Anótalo!… en la tonta, o en la lista…» (otra de sus curiosas frasecitas). Bueno, lo cierto es que a los mayores, sobre todo a los suegros, hay que hacerles caso. Y es que su experiencia en la vida les da un plus, y no se suelen equivocar.

Sea como sea, lo cierto es que, muchas veces, la memoria no funciona como nos gustaría, o quizá, seguramente,  no la sabemos usar de forma efectiva. Por eso lo de anotar todo. Claro, anotar todo no es sino una de las cosas que necesitas para ser más efectivo. Por eso, te recomiendo que uses un método de productividad personal, como el método que proponemos desde aquí: el método C.A.R.

Aún así, anotarlo todo es un paso necesario. ¿Por qué?

La mayoría de los expertos que hablan de la memoria, insisten en contradecirse sistemáticamente unos a otros. Más o menos están de acuerdo en que hay una memoria a corto plazo, y otra a largo plazo. También está la memoria de trabajo. Hay quien dice que sólo hay un tipo de memoria… Nosotros vamos a hablar de lo que a la mayoría nos parece más lógico.

1 Memoria a corto plazo (también se le llama memoria activa o primaria).

¿Te ha pasado alguna vez que vas al supermercado, y justo eso que querías comprar, se te olvida? Llegas a casa, y allí te acuerdas. Lo tenías claro, pero la memoria a corto plazo te la ha jugado. Otra cosa que suele suceder es que vas caminando por tu casa, llegas a una habitación, y te preguntas a ti mismo: «¿y para qué venía yo aquí?» Una solución a este fallo que también aplica a cuando perdemos objetos, es volver hacia atrás, rememorar lo que hicimos, y, de pronto, nos viene el recuerdo. Esto nos lleva a una conclusión interesante. La memoria se relaciona con el sitio, el entorno y las circunstancias. Es decir, cuando estudias para un examen, será más fácil que te acuerdes de las respuestas, si estudiaste en el mismo sitio donde será el examen.

¿Cuánto dura?

De hecho, ¿sabes cuánto dura la memoria a corto plazo? Es muy muy breve. Tan solo unos 30 segundos. Y podrás memorizar unas 7 cosas (+-2). Un estudio que se ha repetido muchas veces consiste en coger a un sujeto (también puede estar libre), y se le dice una palabra que tiene que memorizar. Después se va aumentando la cantidad de palabras. Y el promedio de palabras que se pueden memorizar es aproximadamente el que dijimos antes.

Otros expertos han desarrollado la teoría de las interferencias. Según ellos, los datos no se van borrando, sino que, a medida que hay una interferencia o un dato nuevo a recordar, los datos anteriores se van borrando (almacenando en otro tipo de memoria). Es como si la memoria a corto plazo tuviera un límite, como si al anotar una entrada, de forma inteligente, descartara lo más antiguo. Como una RAM de un ordenador.

Claro, también hay que decir que en la actualidad, tenemos un montón de interferencias de todo tipo, desde luego, muchos más que un bosquimano australiano. Estímulos visuales de todo tipo, olores, que si la pita (claxon) de un coche, el llanto de un bebé, la tv, el móvil, los gritos del vecino mientras se pone a rodar muebles de madrugada… y añade todas las ondas de todo tipo que están a nuestro alrededor (WIFI, 2G, FM, AM, TDT…). Es bastante lógico pensar que todo esto no le debe hacer mucho bien a nuestra memoria.

Cómo influye el sueño en la memoria

En los ciclos llamados REM (rapid eyes movement), según parece, se fijan nuestros recuerdos en la memoria a largo plazo.

Mujer soñando

Para entenderlo, imaginemos una enorme biblioteca, perfectamente catalogada y ordenada. Ahora resulta que un día vamos al teatro con unos amigos. Escuchamos cierta música, olemos olores que ya nos eran conocidos, lo pasamos bien, y volvemos a casa. Ahora, al dormir, lo que nuestro cerebro hace es ir sacando los volúmenes de la biblioteca relacionados con lo que nos ha sucedido en el día. Saca el tomo donde están nuestros amigos, y todos los recuerdos que tenemos con ellos, y añade el de hoy. Ahora saca todas las publicaciones que tratan de obras de teatro, y añade la obra a la que asistimos… y así continúa hasta que el recuerdo está fijado en la memoria a largo plazo.

Ahora, un día, nos llega un olor, y de pronto, decimos a un amigo… «¿te acuerdas aquella vez que estuvimos en el teatro…?» -no deja de ser increíble cómo funciona nuestra mente-.

Bien… todo esto nos lleva a una conclusión interesante. Si al dormir fijamos los recuerdos, eso quiere decir que como mucho, podemos recordar a corto plazo, durante un día. Después, esos datos van a ser memoria a largo plazo. Es cierto que recordamos mejor lo que sucede en días previos, pero pasada una semana, nos cuesta recordar lo que comimos o lo que hicimos en el trabajo. Más adelante, cuando se necesite, ya volverá esa información. Podemos alargar la memoria a corto plazo con repeticiones, técnicas de estudio… pero por algo le dirán memoria a «CORTO plazo».

2 Memoria a largo plazo (memoria inactiva o secundaria)

Esta memoria se refiere a todo lo que recordamos que tenga 6 meses más de antigüedad. Una cosa impresionante: podemos recordar cualquier cosa, y de momento no se han encontrado límites. Eso sí, esta memoria no es fiable del todo. De pequeño iba a un sitio que para mi, era enorme. Tiempo más tarde, ya de mayor, unos 15 años después, volví a ese sitio. ¡Vaya decepción! Era una sala muy pequeña. ¿Te ha pasado algo similar? Lo que recordamos no siempre se corresponde con la realidad. La memoria es más bien una cuestión de opinión.

Además, la forma en que se almacenan los recuerdos, eso de que se van sacando volúmenes de la biblioteca con cosas relacionadas, hace que un nuevo recuerdo modifique de algún modo, los anteriores.

Encima la memoria nos engaña

Una cosa más, cada vez que contamos algo, modificamos la historia. Normalmente, a mejor (no somos estúpidos!). Es como el juego del teléfono. Se pone un grupo de gente en corro, haciendo un círculo. Uno le dice una frase al oído al de su derecha, y este hace lo mismo con el que tiene a su derecha, así hasta que la frase da la vuelta. Cuando llega al origen, normalmente ya no tiene nada que ver. Al oír lo que cada uno entendió, ves la transformación. Algo parecido ocurre con muchos recuerdos, sobre todo esos que les dicen chismes, historietas de otros… (nunca he oído nada semejante, pero parece que existen).

Por último: hay recuerdos que no nos interesan, o quizás nos hacen daño, y los archivamos en lo más profundo, quedando aparentemente olvidados. A veces, una extraña pesadilla, los vuelve a traer a la realidad.

Hay un extracto de una película de animación que explica sorprendentemente bien cómo funciona la memoria. Si tienes unos minutos extra, échale un vistazo:

NO TE FÍES DE TU MEMORIA, ¡ANÓTALO!

Si queremos recordar algo en el sitio y en el momento que necesitemos, hay que anotarlo. Por eso, hay que anotar citas, recordatorios, tareas, ideas… todo, lo que se nos ocurra.

Ahora bien. ¿Cómo lo anotamos? El método para anotar debe ser sencillo, a ser posible, todos los datos deberían estar en un mismo sitio. Si usamos una app, debería ser Multi-plataforma de tal manera que los datos estuvieran sincronizados entre dispositivos, sean estos de un sistema o de otro.

Pero sobre todo, es imprescindible que el método para anotar sea fiable. Si falla, nuestro cerebro seguirá preocupado porque no sabe si esos recuerdos los tenemos asegurados en algún sitio o no. Y entonces el sistema se vendrá abajo.

Algunos métodos para anotar todo

Pero seamos más prácticos. Probablemente ningún método sea 100% efectivo. Si usamos una libreta en papel, a ver cómo lo haces cuando estés en la playa, o cuando no hay luz y no ves. Usé una grabadora durante un tiempo. Me costó porque soy tímido, y ponerte a hablarle en voz alta al móvil repitiendo la cita que te acaba de decir tu vecino, es un poco… Al principio mis amigos se reían mientras era evidente lo que pensaban: «fuerte tonto este, va a peor». Después se acostumbraron. Claro, dejé de usarla porque hay situaciones en las que sacar el móvil y ponerte a grabar, pues… (una reunión, un funeral… mientras conduces). Seguro que hay más sistemas mejores, pero no he encontrado ninguno que cumpla todas mis expectativas para anotar todo de forma fácil. Sugiero que algún inventor se ponga con ello… ¡se va a forrar!

Ahora uso Google Keep. Es bastante versátil, cumple con los estándares del GTD, es Multi-plataforma, etc.

"Anotar todo" se llama en el sistema GTD Recopilar
«Anotar todo» se llama en el sistema GTD Recopilar

Por supuesto, habrá que hacer algo con lo anotado, pero eso será para otro día. Anotar todo ya es un paso de gigante.

En conclusión

¿Qué va a ocurrir si ponemos esto en práctica? Si usamos un sistema que nos sea fiable y lo hacemos siempre, tendremos la mente limpia, no estará preocupada por acordarse de las cosas. Disfrutaremos más de la vida, y seremos más creativos, porque cuando el cerebro está libre, quiere llenarse de ideas.

Busquemos nuestro método, y probemos un tiempo. ¿Sabes lo mejor de todo? ¡¡Ya no hará falta que el suegro nos recuerde nada!!

Esto ha sido todo por hoy. Espero que el contenido les haya gustado y que resulte práctico. Muchas gracias por su tiempo, y… mientras nos vemos de nuevo (virtualmente)… ¡Que lo pasen muy bien!


*Imagen de cabecera: congerdesign en Pixabay

Piedra
Reflexión

¿Qué vas a hacer con tu piedra?

El distraído tropezó con ella. El violento la usó como proyectil. El emprendedor construyó con ella. El campesino cansado la usó como asiento. Para los

Sobre el autor

Jaír Amores
Mi nombre es Jaír y soy de la cosecha del 78. Estoy felizmente casado; tenemos dos preciosas hijas, y vivimos en Las Palmas de Gran Canaria, España. ¡Sí! ¡El paraíso! Desde muy chico, ya me atraía la efectividad. Disfrutaba haciéndome un horario, automatizando tareas. Y… no sé si a ti te ha ocurrido también: me daba cuenta de muchas cosas que podrían hacerse mejor. Me sigue pasando, por cierto. Estoy convencido de que la efectividad y la productividad personal son fundamentales, pero… sin olvidar las cosas importantes de la vida. Porque, ¿de qué serviría mejorar si no nos hace más felices?