¿Sientes que tu vida es caótica? ¿Que tienes muchos frentes abiertos y todos ellos escapan a tu control? ¿Ves (como yo) que el mundo a tu alrededor se desmorona a pasos agigantados? En realidad, en muchas ocasiones el caos es el resultado de un proceso provocado.
Si te fijas, la naturaleza tiene un diseño complejo, pero poco caótico. La tendencia es a la auto-regulación. Y eso ocurre aunque nos empeñemos en hacer muchas cosas mal. Por eso, si quieres conseguir caos, debes trabajar para ello, y por eso se usa la expresión «sembrar el caos».
Por ejemplo, en la película «Caos«, un grupo de atracadores siembran el caos para conseguir un objetivo oculto. ¿Cómo funciona este proceso y cómo podemos protegernos?
Cómo sembrar el caos
En general, el caos viene después de una serie de sucesos o pasos:
- Paso 1: Desinformación, noticias falsas, cortinas de humo. Tal y como ya explicaba el libro «El arte de la guerra», el objetivo es saberlo todo de tu enemigo, pero que él no sepa nada de ti. O mejor aún, que crea que sabe de ti, pero en realidad sea información falsa. Al final, la verdad se oscurece a tal modo que ya no se sabe qué es cierto y qué no lo es.
- Paso 2: Control de la población y pérdida de libertades, añadido a recortes en los beneficios. Con cualquier excusa dada, se comienza a restringir la movilidad y las acciones del conjunto de personas. El objetivo puede ser aquellas personas a las que se controla, pero también puede ser un modo más de impedir que sepan lo que realmente ocurre.
- Paso 3: Instituciones fuera de control y falta de acceso a servicios básicos. El paso anterior al caos total es la pérdida de estabilidad. La confianza en las instituciones se pierde, ya que ellas mismas pierden el control. Como resultado, se pierde el acceso a servicios como las finanzas, el agua, la electricidad o las comunicaciones.
- Paso 4: Aniquilación, caos. Con el descontrol total y la pérdida de confianza, cada uno busca su propio beneficio, y se producen resultados catastróficos.
- Paso 5: Una vez el caos concluye su trabajo, hay un reinicio. Los sobrevivientes comienzan de nuevo y empieza la restauración del orden natural.
Habrás visto cómo, en películas apocalípticas, o en ataques terroristas, o militares, se ven estos pasos de forma más o menos concreta.
Este ciclo del caos se puede observar en relaciones familiares, en empresas, o en situaciones personales.
Cómo protegernos del caos
Si te fijas, el primer paso es esencial para iniciar el caos: el control de la información. Por eso es tan importante, no solo estar bien informado, sino controlar las fuentes de información. Al mismo tiempo, es vital que tengamos un control de nuestros datos, de nuestra privacidad. Leer constantemente el periódico nacional, ver el telediario, o consultar las redes sociales y dejar libremente nuestros datos por todos sitios no parecen buenas ideas en tiempos de crisis. Realmente, contar con información confiable, es la mejor forma de protegernos.
Por mucho que tengamos información verídica, los siguientes pasos del caos no dependen de nosotros. Pero sí podemos minimizar los riesgos. Algunas maneras son:
- Recortar nuestros gastos
- Elaborar un presupuesto
- Ahorrar (si es posible, guardar algo en efectivo en nuestro hogar)
- Buscar medios alternativos de ingresos
- Deshazte de lo no esencial
- Seguir invirtiendo en nuestro desarrollo personal (por ejemplo, desarrolla desde ahora tu resiliencia)
- Guardar tus datos sensibles de forma segura y cuida tu privacidad
- Tener una mochila de emergencias con lo necesario para 2 semanas
- Hacer una compra para unas 2 ó 3 semanas
- Seguir las instrucciones de seguridad; es mejor pecar de cauto que de «pasota»
Igual los puntos anteriores te han parecido algo catastrofistas, pero en realidad son consejos que viene bien tener en cuenta siempre. Siempre es bueno hacer un presupuesto, ahorrar, tener activos… etc. Además, nunca se sabe cuándo puede haber una catástrofe natural en donde vives.
¿Y qué podemos hacer en cuanto a la pérdida de control de las instituciones? Aquí la clave es no depender de ellas demasiado. Algunas personas se empeñan en vivir de ayudas estatales cuando en realidad podrían generar sus propios ingresos. Cuestiones como la salud, la educación, o la seguridad dependen en mayor o menor medida del gobierno del país donde vivamos. Pero en todos estos campos, podemos hacer mucho por mejorar nuestra posición sin necesitar demasiado de factores externos.
Además, cifrar nuestra confianza en instituciones que han fallado periódicamente a los ciudadanos tampoco parece la mejor forma de incrementar nuestra esperanza. Si vas a tener esperanza en algo, que sea algo de verdad seguro.
Por último, paciencia, mucha paciencia. Si hemos hecho las cosas bien, si hemos tomado medidas prácticas, si tenemos confianza en valores realmente seguros, y sobre todo, si aguantamos, podemos sobrevivir a una situación de caos. Recuerda que, hasta ahora, los periodos de caos siempre han terminado en una regeneración, en una vuelta a la normalidad.
En resumen: Protégete a ti y a los tuyos del caos. No es una película.